Un centenar de taxistas sin licencia `trabajan´ en Eivissa durante los meses de verano. Algunos de ellos llevan varios años desarrollando la misma actividad y aseguran que mantienen una autorregulación de tarifas y servicio. Niegan estar organizados
EIVISSA - Ibiza
PEDRO PRIETO I. es un joven español que, en invierno, trabaja como informático. Pero, desde hace cuatro años, es uno del cerca de un centenar de taxistas `pirata´ que hace la temporada en Eivissa. Comenzó hace cuatro años, cuando estaba trabajando como recepcionista en un hotel. Cansado de facilitar el teléfono de otros `piratas´ a sus clientes, desesperados porque iban a perder el avión, decidió probar suerte al acabar la temporada, coincidiendo con las fiestas de cierre de las discotecas. Desde entonces, lleva cuatro años trabajando en esta actividad.
No es el único caso. R. es otro joven que lleva una especie de doble vida: en invierno trabaja como entrenador de tenis en Cataluña y en verano logra siempre dos meses libres («Le digo a mi jefe que me voy a trabajar y aprender idiomas a Estados Unidos. En realidad, es lo que hago, pero en Eivissa»). Los aprovecha para pasar las vacaciones y a ganar dinero. La primera vez que lo hizo fue al finalizar sus vacaciones de una semana en la isla. En vista del éxito, decidió quedarse una semana más. «En Palma no funciona»A. es un argentino que hace 6 años se dedicaba a hacer fotos a los turistas y que, al ver que le ofrecían dinero para que les llevara de un lado a otro, empezó con esta actividad, que también ha desempeñado, con menor éxito, en Marbella. «En Palma no funciona, y en Barcelona tampoco. ¿Quién va a pagar más por un taxi `pirata´ si esperando cinco minutos tienen uno legal?», se preguntan para resaltar el mal funcionamiento del transporte público en Eivissa. «El día que los turistas esperen sólo diez minutos en vez de dos horas, a nosotros se nos acaba el negocio», argumenta P., un profesor de inglés argentino que lleva tres años haciendo la temporada en Eivissa. El único de los seis entrevistados por este diario que vive habitualmente en la isla es un argelino que ahorra todo lo que pueda para poder vivir en invierno «trabajando en lo que puedo».Los `piratas´ niegan estar organizados ni que una mafia les controle. «Cada uno va por libre. Yo tengo mis dos o tres amigos, y él tendrá los suyos, pero nada más», explica uno de ellos. Incluso revelan que hace un par de años, un grupo mafioso intentó coaccionarles, pero sin éxito. También explican que el personal de seguridad de las discotecas quiso vetar la entrada a los `piratas´ que «no son de fiar» a sus aparcamientos haciendo listados de matrículas, pero la iniciativa tampoco pudo llevarse a cabo, precisamente por su desorganización.«Si estuviéramos organizados, podríamos montar una huelga de dos o tres días. Tendría más consecuencias que la de los taxistas `blancos´ porque hay mucha gente a la que le dará igual que paren un día: nunca han podido coger ninguno».Dicen también que no trafican con droga: «No porque seamos santos. Hacemos esto por dinero. Pero con lo que ganamos, no nos hace falta». Ninguno de los seis `piratas´ que accedieron a ser entrevistados ayer por Diario de Ibiza quiso explicar lo que puede ganar en una noche. «Depende de cada uno».Su forma de trabajo, según dicen, también es irregular. Suelen llegar a Eivissa en julio, aunque cada uno adapta su calendario a sus circunstancias personales. «En cuanto vemos que empieza a haber colas en las paradas, empezamos a trabajar», lo que suele ocurrir a mediados de julio. Su experiencia les lleva incluso a tener una cartera de clientes que les llama directamente al móvil: «Yo sólo trabajo por la noche, de doce a siete, pero si me llama algún cliente de día voy a buscarle». Esa flexibilidad les permite también otras alegrías: «Si un día unas clientas me dicen que me vaya de fiesta con ellas, pues igual aparco el coche y me voy, y desaparezco un par de días», confiesa divertido I., ante las risas de sus compañeros.
No es el único caso. R. es otro joven que lleva una especie de doble vida: en invierno trabaja como entrenador de tenis en Cataluña y en verano logra siempre dos meses libres («Le digo a mi jefe que me voy a trabajar y aprender idiomas a Estados Unidos. En realidad, es lo que hago, pero en Eivissa»). Los aprovecha para pasar las vacaciones y a ganar dinero. La primera vez que lo hizo fue al finalizar sus vacaciones de una semana en la isla. En vista del éxito, decidió quedarse una semana más. «En Palma no funciona»A. es un argentino que hace 6 años se dedicaba a hacer fotos a los turistas y que, al ver que le ofrecían dinero para que les llevara de un lado a otro, empezó con esta actividad, que también ha desempeñado, con menor éxito, en Marbella. «En Palma no funciona, y en Barcelona tampoco. ¿Quién va a pagar más por un taxi `pirata´ si esperando cinco minutos tienen uno legal?», se preguntan para resaltar el mal funcionamiento del transporte público en Eivissa. «El día que los turistas esperen sólo diez minutos en vez de dos horas, a nosotros se nos acaba el negocio», argumenta P., un profesor de inglés argentino que lleva tres años haciendo la temporada en Eivissa. El único de los seis entrevistados por este diario que vive habitualmente en la isla es un argelino que ahorra todo lo que pueda para poder vivir en invierno «trabajando en lo que puedo».Los `piratas´ niegan estar organizados ni que una mafia les controle. «Cada uno va por libre. Yo tengo mis dos o tres amigos, y él tendrá los suyos, pero nada más», explica uno de ellos. Incluso revelan que hace un par de años, un grupo mafioso intentó coaccionarles, pero sin éxito. También explican que el personal de seguridad de las discotecas quiso vetar la entrada a los `piratas´ que «no son de fiar» a sus aparcamientos haciendo listados de matrículas, pero la iniciativa tampoco pudo llevarse a cabo, precisamente por su desorganización.«Si estuviéramos organizados, podríamos montar una huelga de dos o tres días. Tendría más consecuencias que la de los taxistas `blancos´ porque hay mucha gente a la que le dará igual que paren un día: nunca han podido coger ninguno».Dicen también que no trafican con droga: «No porque seamos santos. Hacemos esto por dinero. Pero con lo que ganamos, no nos hace falta». Ninguno de los seis `piratas´ que accedieron a ser entrevistados ayer por Diario de Ibiza quiso explicar lo que puede ganar en una noche. «Depende de cada uno».Su forma de trabajo, según dicen, también es irregular. Suelen llegar a Eivissa en julio, aunque cada uno adapta su calendario a sus circunstancias personales. «En cuanto vemos que empieza a haber colas en las paradas, empezamos a trabajar», lo que suele ocurrir a mediados de julio. Su experiencia les lleva incluso a tener una cartera de clientes que les llama directamente al móvil: «Yo sólo trabajo por la noche, de doce a siete, pero si me llama algún cliente de día voy a buscarle». Esa flexibilidad les permite también otras alegrías: «Si un día unas clientas me dicen que me vaya de fiesta con ellas, pues igual aparco el coche y me voy, y desaparezco un par de días», confiesa divertido I., ante las risas de sus compañeros.
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