E. VILLAREJO
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VALENCIA. Acuchillado, a 40 metros del vehículo con el que se ganaba el jornal, sobre un charco de sangre y entre las naves del polígono industrial La Fillola de Aldaia, una población del área metropolitana de Valencia. Así apareció, a las cinco y media de la madrugada de ayer, el cadáver de José Francisco Sirvent, de 47 años, el segundo taxista asesinado en España en menos de un mes -45 desde el año 1990-, y que presuntamente fue asaltado por el más habitual de los móviles en este tipo de sucesos: el dinero, aunque no más de 50, 100, 150, 300 euros como mucho. Casado y con varios hijos, no era el titular de la licencia del taxi; era simplemente el chófer y tenía más de 12 años de experiencia al volante.
En el momento del asesinato, Sirvent se encontraba de servicio, trasladaba a dos hermanos en su vehículo, uno de los cuales, presuntamente toxicómano, acabó con su vida tras una discusión.
Fue un vecino quien se encontró el cadáver del taxista y avisó al servicio de emergencias 112 -los efectivos sanitarios no pudieron hacer nada por salvarle la vida-. El hermano del presunto homicida le obligó a que se entregase en la Comandancia de la Guardia Civil de Paiporta, para explicar lo ocurrido, a lo que accedió. Ambos eran de nacionalidad española. En una operación conjunta entre el Cuerpo Nacional de Policía y la Guardia Civil posteriormente se produjo una tercera detención, aunque nos trascendió su relación con los hermanos. Aún prosiguen las investigaciones para aclarar el grado de inculpación de los tres detenidos por este crimen.
Este segundo asesinato de un taxista en España en apenas un mes generó ayer una nueva reacción del gremio, que colapsó el centro de la capital del Turia tras una marcha-protesta a la que acudieron más de dos mil taxistas.
«Estamos vendidos, así es esta profesión. Además necesitamos más seguridad en las calles. El GPS sirve para localizarte pero no te socorre contra este tipo de incidentes y la mampara molesta a los clientes», indicaba uno de los taxistas presentes.
¿Mampara obligatoria?
A este respecto, desde la Confederación del Taxi de España se reclamó al Gobierno central que exija la dotación de mamparas a todos los vehículos. El presidente de la confederación, el asturiano José Artemio, informó a través de un comunicado de la solicitud realizada a los ministerios de Interior, Industria y Fomento para que intervengan y modifiquen la legislación relativa a las condiciones necesarias para que un vehículo pueda ser autorizado para prestar servicio como auto-taxi.
Un taxi seguro, ésa es la gran reclamación que realizaron desde el gremio. «El problema es que hay numerosos modelos de coche y en muchos no se puede poner el sistema de mampara porque son pequeños. Debería ser el mismo vehículo en toda España el usado para este servicio».
La organización admite que las administraciones públicas no son directamente responsables de estos «penosos y lamentables» hechos, pero también dice entender que «son las obligadas a poner en práctica medidas que contribuyan a disminuir y a eliminar totalmente estos hechos».
VALENCIA. Acuchillado, a 40 metros del vehículo con el que se ganaba el jornal, sobre un charco de sangre y entre las naves del polígono industrial La Fillola de Aldaia, una población del área metropolitana de Valencia. Así apareció, a las cinco y media de la madrugada de ayer, el cadáver de José Francisco Sirvent, de 47 años, el segundo taxista asesinado en España en menos de un mes -45 desde el año 1990-, y que presuntamente fue asaltado por el más habitual de los móviles en este tipo de sucesos: el dinero, aunque no más de 50, 100, 150, 300 euros como mucho. Casado y con varios hijos, no era el titular de la licencia del taxi; era simplemente el chófer y tenía más de 12 años de experiencia al volante.
En el momento del asesinato, Sirvent se encontraba de servicio, trasladaba a dos hermanos en su vehículo, uno de los cuales, presuntamente toxicómano, acabó con su vida tras una discusión.
Fue un vecino quien se encontró el cadáver del taxista y avisó al servicio de emergencias 112 -los efectivos sanitarios no pudieron hacer nada por salvarle la vida-. El hermano del presunto homicida le obligó a que se entregase en la Comandancia de la Guardia Civil de Paiporta, para explicar lo ocurrido, a lo que accedió. Ambos eran de nacionalidad española. En una operación conjunta entre el Cuerpo Nacional de Policía y la Guardia Civil posteriormente se produjo una tercera detención, aunque nos trascendió su relación con los hermanos. Aún prosiguen las investigaciones para aclarar el grado de inculpación de los tres detenidos por este crimen.
Este segundo asesinato de un taxista en España en apenas un mes generó ayer una nueva reacción del gremio, que colapsó el centro de la capital del Turia tras una marcha-protesta a la que acudieron más de dos mil taxistas.
«Estamos vendidos, así es esta profesión. Además necesitamos más seguridad en las calles. El GPS sirve para localizarte pero no te socorre contra este tipo de incidentes y la mampara molesta a los clientes», indicaba uno de los taxistas presentes.
¿Mampara obligatoria?
A este respecto, desde la Confederación del Taxi de España se reclamó al Gobierno central que exija la dotación de mamparas a todos los vehículos. El presidente de la confederación, el asturiano José Artemio, informó a través de un comunicado de la solicitud realizada a los ministerios de Interior, Industria y Fomento para que intervengan y modifiquen la legislación relativa a las condiciones necesarias para que un vehículo pueda ser autorizado para prestar servicio como auto-taxi.
Un taxi seguro, ésa es la gran reclamación que realizaron desde el gremio. «El problema es que hay numerosos modelos de coche y en muchos no se puede poner el sistema de mampara porque son pequeños. Debería ser el mismo vehículo en toda España el usado para este servicio».
La organización admite que las administraciones públicas no son directamente responsables de estos «penosos y lamentables» hechos, pero también dice entender que «son las obligadas a poner en práctica medidas que contribuyan a disminuir y a eliminar totalmente estos hechos».
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