FUENTE :
http://elespiadigital.com/index.php/noticias/historico-de-noticias/29076-2020-04-05-14-24-43
El Gobierno tardó más de una semana en pedirle respiradores a la única empresa que los fabrica en España, a pesar de que el mercado internacional llevaba días colapsado y los importadores habían advertido de que las comunidades autónomas no lograban conseguir unidades. Los primeros 100 respiradores encargados por Moncloa no fueron entregados al Ministerio de Sanidad hasta este viernes, tres semanas después de la declaración del estado de alarma y ya con 10.935 fallecidos por Covid-19 en toda España, según las estadísticas oficiales.
Pedro Sánchez apadrinó la entrega visitando este viernes la planta del fabricante, Hersill, una pyme de Móstoles con apenas 60 empleados que se dedica desde los años 70 a la producción de material sanitario. A petición del Ejecutivo, la compañía firmó un acuerdo con una industria de material de Defensa, la también española Escribano Mechanical & Engineering, para producir a gran escala uno de sus respiradores portátiles, el Vitae 40, de fácil uso. En total, ambas han anunciado que pretenden producir para Sanidad hasta 5.000 unidades de ese modelo en unas ocho semanas.
Puede que lleguen tarde. Los expertos y el Ministerio coinciden en que la peor parte de esta primera ola de coronavirus ya ha pasado. Los ingresos hospitalarios están descendiendo, así como el número de pacientes en las unidades de cuidados intensivos, donde se utiliza fundamentalmente la ventilación mecánica para insuflar oxígeno en los pulmones más castigados por el SARS-Cov-2. Los respiradores de Hersill y Escribano habrían sido más útiles durante las últimas tres semanas de marzo, cuando colapsaron las UCI de la Comunidad de Madrid, Castilla-La Mancha, Castilla y León y Cataluña y parte de los contagiados no pudieron ser asistidos con ventiladores por la escasez de aparatos.
Moncloa perdió días que podrían haber dibujado otro escenario. Según fuentes conocedoras de la operación, el Gobierno no llamó a Hersill y Escribano para pedirles que fabricaran todos los respiradores que pudieran hasta el día 18 de marzo, cuatro jornadas después de la declaración del estado de alarma y nueve días después de que la epidemia se descontrolara (9 de marzo) y la Comunidad de Madrid decidiera cerrar los colegios. En aquella semana ya se sabía que en torno a un 20% de los infectados con síntomas podía requerir soporte ventilatorio y las comunidades autónomas se lanzaron a tratar de conseguir dispositivos. Como publicó este diario, los importadores alertaron de que el 'stock' se estaba agotando y era imposible satisfacer tanta demanda.
La tardanza provocó que, al menos hasta el 18 de marzo, con 598 muertes acumuladas, el único fabricante de ventiladores en España ralentizara incluso su actividad. Los responsables de Hersill declararon a Vozpópuli días antes que una parte de su plantilla estaba teletrabajando por la nueva situación sanitaria. En ese momento, Italia ya había enviado militares a una fábrica de respiradores de Bolonia para aumentar sus recursos humanos y tratar de llevar al máximo su capacidad de producción.
Las mismas fuentes precisan que la alianza entre Hersill y Escribano no se formalizó hasta el sábado 21 de marzo, una semana después del estado de alarma y en plena curva ascendente de contagiados. Para entonces, las estadísticas del Ministerio de Sanidad reflejaban 1.326 muertes por coronavirus. Pero las dos empresas aún necesitaron más días para incrementar su capacidad de producción. El propio Sánchez reconoció este sábado, durante su declaración en Moncloa para anunciar la prórroga de la situación de alarma, que Hersill no consiguió fabricar entre 90 y 120 aparatos al día hasta este pasado lunes.
Compras a China
El Ministerio de Sanidad solo necesitó unos días para interiorizar que había dado la orden de producción en España demasiado tarde. El 25 de marzo, Salvador Illa compareció tras el Consejo de Ministros para anunciar que el Gobierno había aprobado la compra de material sanitario a China por importe de 432 millones de euros. Parte de los fondos servirían para comprar cuanto antes 950 respiradores. En paralelo, las comunidades autónomas han tratado de conseguir dispositivos en el exterior por su cuenta. Este viernes, Turquía vetó la exportación de ventiladores producidos por empresas de ese país que habían sido adquiridos por los gobiernos de Castilla-La Mancha y Navarra. El Ministerio de Asuntos Exteriores dio los respiradores por perdidos en un primer momento pero el Ejecutivo de Erdogan terminó levantando la prohibición horas después.
El Ministerio de Sanidad, que ha rechazado en los últimos días decenas de proyectos de construcción de respiradores caseros por no estar debidamente homologados, ha rechazado dar su versión a este diario sobre los motivos por los que tardó tantos días en encargar respiradores al único productor nacional autorizado. Tampoco ha querido confirmar la fecha en la que se puso en contacto con Hersill y Escribano. "Siento decir que no podemos ofrecer esa información", ha contestado un portavoz.
Dentistas, enfermeros, farmacéuticos, médicos y veterinarios cargan contra Sanidad por actuar con una «temeridad inaceptable»
Ante el nuevo protocolo de actuación frente al coronavirus aprobado el 31 de marzo por el Ministerio de Sanidad, los Consejos Generales de Dentistas, Enfermeros, Farmacéuticos, Médicos y Veterinarios, ante la pandemia del Covid-19, instituciones que engloban a más de 700.000 profesionales sanitarios en España, han enviado un comunicado conjunto expresando «su absoluto rechazo respecto de las medidas y recomendaciones contenidas en este documento».
Algunas de estas nuevas pautas presentadas ayer 3 de abril, por el Ministerio de Sanidad «suponen un riesgo elevado contra la seguridad de los profesionales y de sus pacientes. Algunas de estas medidas y recomendaciones, lejos de contener la epidemia y preservar la salud pública, representan un riesgo evidente para sanitarios y pacientes», insisten.
Los colegios señalan en la misiva que les parece especialmente alarmante el punto B. 2 que hace referencia a la incorporación al puesto de trabajo de los profesionales sanitarios transcurridos 7 días desde el inicio de los síntomas y en ausencia de fiebre cuando no se realiza prueba diagnóstica.
«Tampoco incluye la Guía la situación de muchos profesionales asistenciales que no se encuentran en el ámbito hospitalario y que se encuentran en diferentes centros y establecimientos sanitarios, de adscripción pública y privada».
El comunicado prosigue señalando que bajo ningún caso se puede aceptar «que ningún profesional sanitario sin hacerse el test y con pruebas confirmadas de negatividad se incorporen a sus puestos de trabajo, ya que supone un riesgo elevado para la población, pacientes atendidos, compañeros de trabajo e incluso su propia salud».
Dicha pauta de actuación introducida por el Ministerio de Sanidad viene a evidenciar dos realidades:
1. La ausencia de test suficientes para poder afrontar con garantías la pandemia de coronavirus y su expansión.
2. La falta de planificación necesaria en recursos humanos para poder cubrir las contingencias que genera la alta infestación en personal sanitario sin políticas de reingresos tras periodo de curación clínica de garantías.
«Somos el país con mayor número de profesionales contagiados del mundo. La solución de reincorporar a toda prisa a los profesionales sanitarios infectados o con sospechas de estarlo, supone una temeridad inaceptable que puede provocar un aumento mayor aún de la expansión del virus entre los profesionales sanitarios, pacientes y ciudadanos. Las experiencias en países que han conseguido un mayor control de contagios demuestran que es fundamental hacer el test a los profesionales sanitarios de forma masiva con intención de conocer, con total certeza y evidencia científica quién debe incorporarse con garantías al puesto de trabajo tras haber padecido la infección», continúa el comunicado.
«Hemos denunciado, de forma reiterada, no solo la falta de test de diagnóstico, sino también de los equipos de protección necesarios, así como los riesgos a los que se estaba sometiendo a los profesionales sanitarios al tener que afrontar la atención de primera línea sin los equipos de protección adecuados. Esta medida, que hoy denunciamos, no solo traspasa los limites científicos, sino los deontológicos de nuestras organizaciones y sin duda los jurídicos al poner en riesgos no solo al profesional sino a los ciudadanos a los que atiende. Necesitamos medidas eficaces, efectivas y eficientes para poder vencer a la pandemia del COVID-19, necesitamos una dirección firme y confiable. Por eso hemos demandado con insistencia que las autoridades sanitarias cuenten con el compromiso y la colaboración de las profesiones que representamos. Juntos lograremos los objetivos. Ni un día más con un profesional sanitario infectado o en riesgo de contagio por no tener medios de protección».
Illa no acudió a la cumbre que la OMS organizó en febrero en Ginebra para hacer frente al coronavirus
El ministro de Sanidad, Salvador Illa, no estuvo presente en la cumbre que la Organización Mundial de la Salud (OMS) celebró durante la segunda semana del mes de febrero para abordar la adopción de medidas para hacer frente al coronavirus a nivel mundial. A ella acudieron 400 autoridades y expertos de todo el mundo.
Dicha reunión se celebró en Ginebra los pasados días 11 y 12 de febrero. A ella fueron convocados «los ministros de Sanidad del mundo». En el foro se plantearon las reacciones gubernamentales en materia de salud con el Covid-19 y en el desarrollo de vacunas, tratamientos y diagnósticos.