La Guanábana se descubrió 
útil para usos médicos hace 25 años pero a pesar de las multinacionales 
ha salido a la palestra popularmente en la lucha contra el cáncer, 
contra los efectos de la quimioterapia y con la esperanza de hacer del 
cáncer una enfermedad crónica, no letal
La guanábana 
(Annona muricata) es un árbol de hoja perenne endémico del Caribe, 
México, Centro y Sudamérica, estrechamente relacionado con la chirimoya.
 Se cultiva, como ésta, por su fruto, de cáscara verde y sabor muy 
dulce.
La fruta es muy delicada de color verde oscuro cubierta de espinas 
suaves. Es relativamente grande y de cáscara muy delgada. Se debe 
cosechar antes de estar madura. La pulpa es blanca, cremosa, carnosa, 
jugosa y ligeramente ácida, mide 20-30 cm de largo, pudiendo pesar más 
de 2 kg.
En los últimos años, el extracto de guanábana ha llegado a ser 
ampliamente aclamado por tener propiedades poderosas para combatir el 
cáncer. Desde marzo de 2003, e-mails circulan por internet afirmando que
 el té de guanábana cura el cáncer. Hay diversos estudios sobre la 
anonacina, el compuesto de la guanábana que tendría efectos 
anticancerosos.
Antes de entrar en materia sobre las propiedades anticancerígenas de 
la guanábana una breve consideración sobre el destino de los bosques 
tropicales incluidas las plantas medicinales, todos ellos en grave 
riesgo.
El bosque tropical-según Norman Myers-es una de las maravillas del 
mundo. En muchos países los bosques son una parte viva de su cultura. Y 
sin embargo la mitad de ellos está en peligro, por la deforestación 
galopante a partir de 1980. La diversidad de esos bosques tiene una 
riqueza legendaria. Un solo arbusto del Perú puede albergar más especies
 que un bosque de Inglaterra. En el mundo comercializado de hoy la clave
 del aprovechamiento mantenido del bosque tropical reside en asegurar 
que una parte de los beneficios que puedan obtenerse se utilice para 
conservarlo, pero tal cosa está lejos de ocurrir.
Biodiversidad, Evolución y Extinción
La biodiversidad que hoy se encuentra en la Tierra es el resultado de cuatro mil millones de años de evolución.
Aunque el origen de la vida no se puede datar con precisión, la 
evidencia sugiere que se inició muy temprano, unos 100 millones de años 
después de la formación de la Tierra.
La biodiversidad no se distribuye uniformemente en la tierra. Es más 
rica en los trópicos, y conforme uno se acerca a las regiones polares se
 encuentran poblaciones más grandes y menos especies. La flora y fauna 
varían, dependiendo del clima, altitud, suelo y la presencia de otras 
especies.
Se han usado las especies de plantas silvestres subsecuentemente para
 propósitos medicinales en la prehistoria. Por ejemplo, la quinina viene
 del árbol de la quina (trata la malaria), el digital de la planta 
Digitalia (problemas de arritmias crónicas), y la morfina de la planta 
de amapola (anestesia). Los animales también pueden jugar un papel, en 
particular en la investigación. Se estima que de las 250.000 especies 
calculadas de plantas conocidas, se han investigado sólo un 10% o menos 
para posibles aplicaciones médicas.
Actualmente existen unas 250.000 especies de plantas con flores. Tres
 cuartas partes de ellas crecen en selvas tropicales. Es decir que 
cuando vamos a comprar un medicamento a la farmacia, uno de cada cuatro,
 procede o tiene ingredientes básicos de una planta tropical.
Entre tantos miles sólo unas pocas proporcionalmente, como la guanábana, aportan al hombre soluciones definitivas
Se calculan en 90.000 las especies de plantas en la región 
neotropical comprendida entre México y el norte de la Argentina por 
30.000 a 45.000 en la zona tropical de Asia-África. Y aunque estamos 
estudiando la guanábana, queremos ofrecer una somera idea de la riqueza 
que encierra el trópico latinoamericano, en plantas decisivas para el 
futuro de la salud humana.
Por ejemplo se han encontrado especies de la pervinca (fuente de dos 
poderosas drogas usadas contra la leucemia y la enfermedad de Hodgkin 
(Caranthus roseus) en dos países tropicales. Y existe la posibilidad de 
una importante droga contra el SIDA en una planta de los bosques de 
Queensland y eso que Australia cuenta con unas 25.000 especies por 
60.000 que tiene el Brasil, en cabeza de la diversidad vegetal del 
mundo.
Junto a esos datos se puede lanzar un brochazo pesimista en del 
respeto a esa biodiversidad que también lo encabeza el Brasil, que 
quema, tala y allana una superficie de cinco campos de fútbol al día y 
los dedica a la agricultura.
La riqueza de las plantas -muchas de ellas medicinales- contrasta con
 la debilidad del continente europeo que posee sólo unas 10.000 especies
 de las cuales, científicamente, se han estudiado el 60% y la penuria de
 los Estados Unidos, que en una superficie 33 veces mayor que la franja 
ecuatoriana, apenas dispone de un número muy bajo no cuantificado de 
especies y dispone de un 20% de plantas que ha importado para su 
industria farmacéutica del trópico de América latina, incluido México.
Un elevado porcentaje de las especies tropicales de Latinoamérica 
tienen importantes aplicaciones en la medicina moderna. Entre otras, son
 fuente directa de agentes terapéuticos, se emplean como materia prima 
para la fabricación de medicamentos semisintéticos más complejos, la 
estructura química de sus principios activos puede servir de modelo para
 la elaboración de drogas sintéticas y tales principios se pueden 
utilizar como marcadores taxonómicos en la búsqueda de nuevos 
medicamentos.
Descolgamos de la red lo que ha colgado un periodista colombiano, estudioso de la Guanábana.
Ante las primeras evidencias de laboratorio, una multinacional 
norteamericana gastó ingentes sumas de dinero para probar las 
propiedades anticancerosas del árbol de la guanábana o graciola y sus 
científicos quedaron asombrados de los resultados. Parecía que la 
planta, impronunciable, casi se iba a convertir en la fuente millonaria 
de dólares americanos. Ahora se trataba de comercializarla debidamente, 
patentar la planta como hallada en la selva por su ‘ scouts’ y pasarla 
al departamento de publicidad para hacer la promoción del gran 
descubrimiento de sus investigadores y desde ya atribuir el hallazgo a 
alguien ya famoso. Un nuevo Indiana Jones médico y explorador.

 
Pero la empresa se encontró con un obstáculo insalvable: el árbol de 
la guanábana o graviola, no ha sido plantado con semillas propias, ni 
hallado al azar, descubierto por alguien a sueldo del consorcio, ni 
logrado por manipulaciones transgénicas, sino que crecía desde los 
orígenes del tiempo y producía sus frutos y sus semillas que caían en la
 tierra y salían nuevas plantas... el proceso de la Madre Naturaleza. 
Pertenecía a todos, no era un monopolio exclusivo de nadie sino un bien 
común. Así lo vio el encargado de aprobar o desaprobar la patente. Y la 
petición razonada del consorcio fue desestimada, así como la apelación. 
Además era ley federal. Se trataba de un bien que no se podía patentar. 
Los esfuerzos fueron vanos. Incluso hubo un edicto o sentencia denegando
 la ‘ aplicación’ de la compañía. Por lo visto el membrete del Consorcio
 no impresionó a las autoridades federales. Menos mal.-
No fue posible obtener por síntesis ni bautizarlo o rebautizarlo, 
diciendo, por ejemplo que aunque no se trataba de un producto natural se
 había logrado en laboratorio reproducir las cualidades de una planta 
tropical descubierta por el químico fulanito de tal, y elaborado luego 
por tal corporación, etc. Como tantas fórmulas antes. Los esperados 
beneficios económicos que se esperaban de limitación también fallaron. 
No había manera de hacer ganancias serias.
La compañía optó entonces por tratar de sintetizar dos de los 
ingredientes del potente anticancerígeno del árbol de la graviola. Si 
hubiera podido aislarlos, estaría en condiciones de patentarlo 
legalmente y ganar billones. Pero se encontraron con un muro 
infranqueable. El original simplemente es imposible de reproducir.
Tampoco podía la multinacional protegerse comercialmente si divulgaba
 los resultados de sus investigaciones, con carácter de exclusividad, y 
si cualquiera usaba la planta no le pasaba nada. Perdió así la 
multinacional muchas horas de trabajo de sus especialistas. Y la 
oportunidad del ‘ business’ .
Como ese sueño se evaporó, la compañía prefirió archivar el proyecto 
decidiendo abstenerse de publicar los resultados de su investigación y 
hasta el nombre de la planta estudiada para, siquiera, tomarse una 
revancha sobre las instituciones contra el cáncer.
Por suerte, un científico que participó en esos trabajos, cuya ética 
profesional no le permitía aprobar tal conducta de la empresa, resolvió 
arriesgarse. Y se puso en contacto con una firma dedicada a estudiar las
 plantas tropicales del Caribe y se hicieron públicas las propiedades de
 la planta de Guanábana que no habían sido estudiadas científicamente.
Cuando los investigadores del Instituto de Ciencias de la Salud se 
enteraron de la información, comenzaron a investigar la posibilidad de 
que la guanábana pudiera combatir el cáncer. La evidencia de la 
efectividad asombrosa de la planta y la forma como se pretendió encubrir
 esa verdad no se hicieron esperar, levantando una oleada de 
indignación.
La verdad llana era ésta: en lo profundo de la selva tropical en la 
zona del Caribe y otras crece un árbol capaz de solucionar algo que la 
gente, su doctor, y el resto de los humanos esperan encontrar algo para 
luchar contra el cáncer, gracias a las oportunidades de supervivencia 
que ofrece. Ese algo se llama Guanábana.
Lo que se debe decir ahora claro es que no se trata de la vacuna 
absoluta que se espera sino que al menos por el momento es un remedio 
eficaz contra ese mal quizás transformando pronto una enfermedad letal 
en un mal crónico, como se ha logrado en ciertos tipos de SIDA y en 
otras enfermedades como la malaria. Y no se conseguido aún con el 
alzheimer y otras pandemias.
El afirmar como un artículo de fe que es la vacuna tan esperada, no 
sería realista. Mañana mismo puede ser realidad. Nunca antes se había 
presentado un panorama tan esperanzador como lo indican los resultados 
de la investigación, sobre los extractos de este árbol tan olvidado o, 
mejor, ignorado.
Algunas conclusiones basadas en hechos:
* Es una terapia natural que no causa náuseas extremas, ni pérdida de peso o del cabello, como en la quimioterapia.
* Protege el sistema inmunológico, evitando las infecciones mortales o las alergias.
* El paciente se siente más confortado y esperanzado a lo largo del 
tratamiento, porque ve y cree que sus expectativas de vida aumentan.
La fuente de esta información es fascinante. Procede de uno de los 
fabricantes de productos médicos más grandes del mundo, quien afirma que
 después de más de veinte pruebas de laboratorio, realizadas a partir de
 1970 los extractos revelaron lo siguiente:
- Destruye las células malignas en doce tipos de cáncer, incluyendo 
el de colon, de mama, de próstata, del pulmón y de páncreas...
- Los compuestos de este árbol demostraron actuar 10.000 veces más 
que cualquier cura convencional probada hasta ahora, como 
especificaremos más adelante. Por ejemplo retarda el crecimiento de las 
células cancerosas de una forma mucho más eficaz que el producto 
Adriamycin, una droga quimioterapéutica, muy usada en el mundo médico.
La biodiversidad de las zonas tropicales de 
América es la gran riqueza pero las talas, los laboratorios y los 
terratenientes han terminado con tres cuartas partes de las 250.000 
plantas del continente
- Y lo que es todavía más 
espectacular: este tipo de terapia con el extracto o el polvo de 
graviola, o guanábana, tan solo destruye las células malignas del cáncer
 sin afectar a las sanas.
La pregunta que surge de todo lo dicho es ésta: ¿Y si las propiedades
 anticancerígenas de la graviola han sido investigadas tan intensamente,
 por qué nadie había oído hablar antes nada al respecto?. Si ese 
extracto tuviera tan siquiera el 50% de la importancia que se le 
atribuye, ¿por qué los oncólogos, en los hospitales no instan a sus 
pacientes a usarlo?-esta interrogante la han formulado y la responden 
estudiosos de Colombia.
La respuesta es sencilla: no es ningún secreto que nuestra salud está
 bajo el control del poder económico. Y la graviola es una planta que 
era demasiado o sea un gran ‘ pactolo’ . Y sólo hacía falta ser 
discreto, lograr una fácil patente y luego hacer un tiraje tan gigante 
como el que se hizo con la gripe A.
La corporación norteamericana, multimillonaria, tantas veces citada 
es la que inició la búsqueda de una cura para el cáncer en plantas 
tropicales y su investigaciones de laboratorio se centraron en la 
humilde y abundante guanábana, tan dulce y tan sabrosa. Todas sus partes
 mostraron ser útiles: las hojas, las raíces, la pulpa y las semillas.
Todas han sido utilizadas durante siglos por los chamanes que 
cuidaban religiosamente de sus pacientes, los indígenas nativos en 
América del Sur o de cualquier continente. ¿Qué enfermedades trataban 
los ‘ brujos’ .? Todas. ¿Qué medicina o plantas medicinales usaban?. 
Todas.
Impresionante casuística de miles de casos tratados de cáncer de 
colon, cáncer gástrico, cáncer de páncreas, cáncer de próstata, cáncer 
de mamas, cáncer de riñones y cáncer de pulmones, entre los mil males 
tratados. ¿Curados?. No se sabe, ¿como van a hacer estadísticas los 
chamanes?.
Desde entonces, la guanábana ha demostrado fuera del ámbito de la 
medicina tribal, en más veinte pruebas de laboratorio homologadas, 
independientes entre sí, que su poder anticancerígeno era muy poderoso. 
Pero todavía no se han adelantado pruebas a ciegas (doble-ciego) que son
 las utilizadas por la ciencia médica como referencia para juzgar el 
valor exacto del tratamiento, antes de comenzar a usarse a tope una 
publicidad, digamos, universal, de su valor científico. Eso costaría 
además no un riñón como se suele decir sino los dos.
Un estudio publicado en el Natural Journal of Products (Boletín 
Diario de Productos Naturales), recogió fielmente un reciente estudio de
 la Universidad Católica de Corea Sur. Allí se decía que un elemento 
químico de la Guanábana o guanábana había sido utilizado para matar las 
células de un cáncer de colon de manera selectiva, y había mostrado una 
potencia 10.000 veces superior a la Adriamicina normalmente usada para 
ese tratamiento.
La parte más significativa de ese estudio de la universidad coreana 
confirmaba que la guanábana como era ya vox populi en México, Colombia, 
Brasil y Venezuela, y Perú sobre todo en el primero de esos países, 
tiene una cualidad selectiva extraordinaria. Es decir la planta elimina 
las células del cáncer, dejando intactas a las células sanas.
Al contrario de lo mencionado, la quimioterapia tradicional, casi 
único remedio existente hoy día, que ataca, sin discriminación, a todas 
las células en proceso de reproducción (como las del estómago, el 
cabello y otras). Los efectos colaterales a menudo devastadores de la 
quimio como náuseas, la pérdida ominosa de pelo y la de células sanas, 
quedaban obviados por una planta tropical nueva.
Otro estudio reciente, de la Universidad de Purdue, demostró que las 
hojas del árbol de guanábana matan las células de seis tipos de cáncer, 
en especial de la próstata, el páncreas y los pulmones. ¡Una verdad 
escamoteada por más de siete años había sido revelada!!!.
Las acetogeninas de las anonáceas son sustancias cerosas que resultan
 de la combinación de ácidos grasos de cadena larga (C32 ó C34) con una 
unidad de 2-propanol en el carbono 2 para formar una lactona terminal 
(dicha lactona queda al inicio de la cadena). Estudios en el Caribe 
sugieren una conexión entre consumo de esta fruta y formas atípicas de 
la enfermedad de Parkinson debido a la muy alta concentración de 
annonacina. La concentración de ésta en la fruta (15 mg/fruta) o en el 
néctar comercial (36 mg/lata) es cien veces mayor que en el té elaborado
 a partir de sus hojas (140 ? g/taza).
Detalles técnicos de la planta de la guanábana
Nombre científico: Annona muricata. Familia: Anonáceas. Siendo el nombre común el de
Guanábana, Guanábano, Catuche, Catoche, Anona de México, Graviola, Anona de la India, Mole.
Origen: no se conoce con certeza su lugar de nacimiento. Actualmente 
se cultiva en la América tropical, el sudeste Asiático y en las islas 
Filipinas. Es un árbol o arbusto perenne, que puede tener hasta 10 m. de
 altura, hojas oblongas y flores solitarias a lo largo del tallo.
La cáscara de color verde oscuro brillante, se vuelve verde mate 
cuando está madura, y está cubierta de espinas no puntiagudas. La pulpa 
es blanda, generalmente de color blanco puede ser ligeramente 
amarillenta, de una textura carnosa y jugosa y un sabor marcadamente 
ácido. El fruto alberga en su interior numerosas semillas de color negro
 que se desprenden fácilmente.
La Guanábana es muy apreciada en todos los países latinoamericanos ya
 que con ella se preparan helados deliciosos, bebidas y confituras. Se 
debe cosechar antes de estar madura.
Es de climas húmedos y se ha intentado cultivarla en España habiendo 
fracasado el intento. Este es un factor crítico en el cultivo de la 
Guanábana. Definitivamente pertenece a la selva húmeda. El árbol de 
guanábana es exigente, principalmente, en nitrógeno, fósforo y potasio. 
De otro modo las plagas se ceban en ella enseguida. Por ejemplo la 
polillas, avispas, ácaros y pulgones, no sólo eso puede tener 
enfermedades que para ella son letales como la producida por el hongo 
Colletrotrichum que le produce la Antracnosis que le ataca en las ramas,
 tallo... en todo. Después de todo no resiste el calor ni la sequía.
Centenares de trabajos de investigación en más de veinte laboratorios
 del más alto nivel científico como por el Instituto Nacional del 
Cáncer, National Health Center, la Purdue University de Estados Unidos y
 la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Católica de Corea del
 Sur, pueden dar fe de lo que ‘ Diáspora’ dice aquí.
La Guanábana o Graviola es algo más que una esperanza contra todos 
los tipos de cáncer. Y no tiene efectos secundarios adversos. Hay quien 
sostiene su de gran utilidad en todas las variantes del cáncer y se le 
considera además como un agente antimicrobiano de ancho espectro contra 
infecciones bacterianas y causadas por hongos. La guanábana es eficaz 
contra los parásitos intestinales y los gusanos, regula la tensión 
arterial, es un antidepresivo y buena contra los desórdenes nerviosos.
Dado que se trata de un producto natural no patentable, no es posible
 afirmar que sea la vacuna absoluta absoluta certeza-según hemos dicho. 
Sin embargo, existen diversos estudios al respecto que acreditan la fama
 que la Guanábana tiene al respecto. También la han estudiado otras 
universidades de Estados Unidos y hasta Japón.
Es la mejor alternativa cuando no se puede recurrir a la cirugía o a 
la de Cobalto Terapia o Radium Terapia o cuando se tiene que suspender 
la quimioterapia por los motivos harto repetidos y porque su acción y 
atrogénica sobre el hígado y los riñones es nociva. En las mil cartas 
que se publican en Internet se mencionan otros remedios-esperanza 
utilizados en el trópico tales como el mapurite, los famosos cocos o 
gorgojos aparte del espárrago, el lino, etc... También se aconseja, si 
no se consiguen frutos, lograr por lo menos hojas, ponerlas en el 
frigorífico o sitio fresco e irlas empleando como remedio aromático tres
 veces al día, cuidando al hervir que el agua que ésta suelta tinta 
color obscuro. También se puede hervir la hoja y tomarla, etc... La 
eficacia de las hojas o las semillas trituradas como té es ya conocida.
No hay incompatibilidad y al contrario se complementa muy bien, con 
cualquier tratamiento al que esté sometido el paciente mejorando la 
calidad del mismo. No tiene absolutamente ningún efecto secundario ni 
reacciones de intolerancia o alergia.
El primero en publicar las virtudes de la planta fue, en 1976, el Dr.
 Jerry Mc Laughlin de la Purdue University-ya mencionada. Continuaron 
esas investigaciones en el Instituto Nacional del Cáncer comprobando su 
efectividad en el de colon y de próstata. El National Health Center la 
utilizó para otros tipos de cáncer (gástrico, de riñones y de mama).
Las acetogeninas, derivados de la larga cadena de ácidos grasos 
existente tienen acción directa sobre las mitocondrias, el ATP, el 
Aparato Reticular de Goldi y las membranas y plasmas celular de las 
células cancerosas destruyéndolas selectivamente sin dañar las células y
 tejidos sanos, además contienen Bullatacin, Betasitosterol, Sitosterol,
 Campesterol, Ácido Miristico, Ácido Esteárico, Stigmasterol, 
Aminoácidos, Vitaminas y Minerales que actúan a nivel Enzimático y 
Molecular.
¿Cómo debe consumirse la guanábana?
Dado que la planta es un producto vegetal que también limpia el 
estómago, se recomienda tomar las cápsulas de guanábana de una manera 
gradual, de menos a más, con el fin de lograr que el cuerpo se 
acostumbre a este medicamento natural. Porque además de ser ayudante en 
tratamientos de los tipos de cáncer ya ampliamente numerados, también es
 Antibacteriana, Antiparasitaria, Antiespamódica, Astringente, 
Febrífuga, Hipotensora, Sedativa, Estomacal y Vasodilatadora.
También se utiliza tradicionalmente para combatir los estados de 
ansiedad, depresión y nerviosismo, como otras muchas infusiones 
naturales más tradicionales y con idénticos efectos...
En otros países de América Latina parte de la acción anticancerígena 
actual ha sido un remedio de uso ancestral y tradicional: en Brasil 
(acción analgésica, antirreumática y anticetrífuga). En Haití (astenia, 
gripe y antiespasmódica). México (bronquial y antidiarreico). Panamá 
(dispepsias y alergias). Venezuela (afecciones hepáticas). Malasia 
(afecciones reumáticas y dermatológicas)
Todas las partes del árbol de Guanábana se utilizan en medicina 
natural en las zonas tropicales.  Las distintas características y 
aplicaciones se atribuyen a las diversas partes del árbol. Popularmente 
desde tiempo ancestral, la fruta y el zumo de fruta se toman además, 
para refrescar fiebres, para aumentar leche después del parto, y como 
astringente para la diarrea y la disentería. Las semillas machacadas se 
utilizan contra parásitos internos y externos, piojos principales, y 
gusanos, las raíces se consideran sedativas, antiespasmódicas e 
hipotensas.
Datos laterales sobre el tema y un libro importante
Quizás uno de los descubrimientos más importantes relacionados al 
cáncer es el de los parásitos. Todos los pacientes de cáncer están 
infectados con parásitos. Los parásitos (los mismos que le dan a 
nuestros perros y gatos) crean tanto tóxico dentro del cuerpo, con sus 
excrementos y su orina, que simplemente al cuerpo no le queda ninguna 
defensa contra el cáncer y sucumbe ante el ataque de las células 
cancerosas.
Este descubrimiento lo hizo la Doctora Hulda Clark cuyo libro "The 
Cure for All Cancers" (La Cura para Todos los Cánceres) ha vendido 
millones de ejemplares. Hay miles de personas que pueden dar testimonio 
del éxito del tratamiento herbal de la doctora Clark. En algunos 
pacientes se ha conseguido detener totalmente el progreso de un cáncer.
Si nos escriben, contestaremos a sus preguntas.