Esta entrevista apareció publicada en el Diario La Tribuna de Marbella el pasado día 08 de Julio, ante la masiva petición por parte de los compañeros de conocer esta información, publicamos integramente dicho articulo.
Reportaje y entrevista
Entrevista Juan Torrijos, presidente de Taxisol
La odisea del taxi en Marbella
Conductores pirata y la seguridad en las paradas, principales problemas
Por Estefanía Contreras
Última actualización 07/07/2008@00:53:39 GMT+1
Juan Torrijos es el presidente de Taxisol. Hace tres semanas desconvocó una huelga que el sector quería secundar en la ciudad. Sólo pudieron evitarla las promesas del equipo de gobierno sobre el control de los conductores pirata, convertidos en plaga, y la vigilancia en las paradas. Los afectados decidieron contener un paro que sin duda, habría tenido serias consecuencias para el sector turístico en plena temporada alta. Un recurso siempre arriesgado.
De hecho la menor afluencia de turistas ha solventado problemas históricos para los usuarios como las interminables colas en lugares tan céntricos como la cafetería Marbella o puntos negros del servicio, que ahora gozan de cierta popularidad, como las paradas de Puerto Banús.
Hay 308 licencias de taxi en Marbella y de ellas dependen 2.000 familias. Tener una cuesta 60 millones de las antiguas pesetas, sin contar el vehículo. Se puede amortizar en nueve o diez años si se trabaja duro en verano y en invierno más de doce horas al día. Parece que en este gremio trabajar cuesta dinero, pero los conductores dicen que es un trabajo para toda la vida. Aunque más de uno cambiará de opinión con los precios que podría alcanzar el gasóleo; llenar el depósito diariamente de un coche que trabaja día y noche cuesta 80 euros.
Torrijos explica que el descenso en los visitantes se ha apreciado claramente en el mes de mayo, pero lo que ha sucedido en julio es preocupante. “Un descenso impresionante. Estamos ciertamente inquietos. Se nota tanto de día como de noche, pero más de mañana. Eso de las colas sucede en momentos puntuales como con el tema de la Eurocopa, en domingo. Los días que realmente se está trabajando son los viernes, sábados y domingos. Tenemos un 30 por ciento menos de recaudación”.
Los fines de semana hay problemas para encontrar un taxi, también entre los propios clientes. Entonces, ¿queda en el alero dotar a la plantilla de un número mayor de licencias? El fondo del asunto reside en el descenso de turistas en temporada baja y en el entendimiento al que se ha de llegar con el Gobierno andaluz. “Trabajamos dos meses increíbles en verano, pero luego llega el invierno y si aumentamos plantilla, ¿qué hacemos con los conductores en invierno cuando ya tenemos dificultades para ganar 50 euros diarios? Debemos llegar a la solución de las licencias temporales como en Cataluña. Hemos tenido conversaciones con la alcaldesa, Ángeles Muñoz con respecto a este asunto y hay buena predisposición”. La misma que se pretende para solventar la lucha contra el intrusismo y la mejora de la seguridad de las paradas.
De momento, Torrijos desea dar una tregua al Ayuntamiento para ver si las condiciones mejoran y no hay que ir a la huelga…
Cada verano es lo mismo. Todo comienza en el aeropuerto, que es la gran golosina para el que se decide a usar su propio coche y sacarse un sueldo extra engañando a los “guiris”. Estos conductores oscuros ofrecen de todo menos garantía, pero tienen la virtud de aparecer siempre en el momento adecuado y en el lugar propicio, saturado de público. Visten con ropa muy informal y conducen vehículos bastantes modestos que pasan desapercibidos. Sus coches no están identificados, no poseen tarifas, ni taxímetro y es posible que tampoco posean ningún tipo de seguro. Muchos de ellos hablan inglés con fluidez o son extranjeros que captan a sus congéneres para repartirlos por toda la Costa del Sol. “Ahora hay una banda de brasileños que trabaja con sus coches en Puerto Banús. El otro día casi hubo un conato de reyerta en la parada entre ellos y los taxistas asalariados”.
En Marbella la estafa es de lujo. Ahora los problemas vienen representados por los coches de abono, vehículos de alta gama que poseen algunas empresas que hacen este tipo de servicios contratados previamente por hoteles o grupos. Aprovechan los trayectos vacíos de vuelta para captar a pasajeros de las paradas de taxis. Una práctica completamente ilegal, pero que representa el mayor obstáculo que tienen los taxistas locales actualmente. “Los empleados de los hoteles llegan a acuerdos con estos conductores y se llevan un tanto por ciento. Claro, que el visitante paga de más sin enterarse. La única solución es presionar con la vigilancia y las preguntas de la policía para que no nos quiten el trabajo, y para que el cliente no pague el pato y no sea estafado en beneficio de las personas que trabajan en la conserjería”.
Al presidente de los taxistas no le falta razón; esta primavera los conductores decidieron interrumpir el servicio que prestaban a la puerta del Hotel Don Pepe por esta razón. “Sólo hay que ir por las noches al Nicki Beach para ver cómo trabajan estos coches en la puerta a partir de las tres de la mañana. Si se tiene ganas de trasnochar es cuando se ven las prácticas que soportamos los trabajadores del taxi”. Y le tomamos la palabra...