No hay rubro en el que los derechos humanos se pisoteen
tanto como en el del petróleo. Para obtener ganancias a
partir del oro negro, algunas multinacionales del petróleo
financian guerras, pagan comandos asesinos y tornan
inhabitables regiones enteras.Informe extraido del Libro Negro de las Marcas - KLAUS WERNER HANS
WEISS
una vez esta región debió de haber sido hermosísima: playas de arenas blancas y
esteros con palmeras y manglares. Tierra adentro, un sistema de ríos ramificados en
medio de la espesura del bosque. Aguas ricas en peces, que ofrecían a los lugareños
alimento y agua potable y alimentaban la tierra fértil. Gente amistosa, ciudades llenas de vida,
naturaleza virgen y especies animales exóticas como el cocodrilo enano, el hipopótamo
enano y el leopardo. Un paraíso turístico.
Pero por el delta del Níger, en el sur de Nigeria, no se ve ningún turista. La austríaca
Susanne Geissler, quien visitó la región en enero de 2001 en el marco de un proyecto de la
UE, describe la situación como la de una película de terror: "Apenas se puede respirar. El
paisaje se ve sólo a través de una capa de niebla gris. El aire está apestado por las plantas
industriales y el tránsito. Y a través de ese velo gris resplandecen por todas partes unas
llamaradas de gas ardiente de varios metros de altura 1 . Al principal culpable de este
escenario fantasmagórico, que transformó una próspera región de unos 35.000 kilómetros
cuadrados en un desierto industrial, aquí lo conocen todos: se llama Shell.
Shell en Nigeria
La multinacional angloholandesa
Royal Dutch Shell extrae y produce petróleo en el delta
del Níger desde 1958, cuando este país aún era una colonia perteneciente a la corona
británica. Shell Petroleum Development Corporation (SPDC), la compañía subsidiaria local,
es la principal extractora de petróleo en Nigeria. Casi la mitad de la producción nigeriana, de
más de dos millones de barriles diarios 2 , va a parar a su cuenta. Shell trabaja en estrecha
colaboración con la compañía nigeriana nacional, Petroleum Corporation (NNPC), con la
compañía petrolera francesa Elf y con la italiana Agip. Todas ellas conforman un holding. 3
Pero desde el 10 de noviembre de 1995 se ha interrumpido la paz familiar. Ese día, el
dictador nigeriano Sani Abacha mandó a matar a Ken Saro Wiwa, escritor y activista por los
derechos humanos que había protestado durante años contra Shell. Sus familiares afirman
que por ese motivo había que apartarlo del camino. Su asesinato colocó tanto al régimen
1 Entrevista realizada por Klaus Werner el 19.3.2001
2 En un barril caben casi 159 litros. En el año 2000, el precio por barril en el mercado mundial rondaba
los 28,5 dólares. En una entrevista con el semanario alemán Die Zeit, Jeroen van der Veer, director
ejecutivo de Shell, declaró: "Nuestras ventas mundiales superan los cinco millones de barriles de 159
litros por día, de los cuales nosotros solamente extraemos alrededor de 2,3 millones. Esto significa que
más de la mitad del petróleo que vendemos tenemos que comprarlo al precio del mercado mundial."
(Extraído del artículo "Wir machen gute Gewinne", publicado en Die Zeit, 39/2000)
3 La SPDC se encuentra a la cabeza de una joint vetiture con la compañía estatal "Nigerian National
Petroleum Corporation" (NNPC), que tiene una participación del 55 por ciento. Shell se queda con el
30%, y el resto se lo llevan la petrolera francesa Elf (10%) y la italiana Agip (5%)
como a la compañía bajo una fuerte presión internacional.
Cómplices de la dictadura militar
Entre 1966 y 1999, Nigeria fue gobernada en forma casi ininterrumpida por dictaduras
militares que, en su mayoría, cooperaron estrechamente con la compañía europea. El más
brutal de estos regímenes fue sin duda el del general Abacha, que comenzó el 12 de junio de
1993 y se extendió hasta su muerte en junio de 1998. Su mandato se caracterizó por la
persecución de miles de opositores, por detenciones masivas y por ejecuciones, violaciones y
saqueos llevados a cabo por altos jefes militares, pero sobre todo por un aumento
generalizado de la corrupción y el enriquecimiento personal de las cúpulas políticas. Abacha y
su familia habrían depositado tres mil millones de dólares estadounidenses en 19 cuentas de
bancos suizos y franceses, 4 mientras que la mayor parte de los 120 millones de nigerianos ni
siquiera tiene acceso al alimento, la educación y la atención médica. En 1960, año de la
independencia de Nigeria, el 30% de la población vivía por debajo de la línea de pobreza. Ese
porcentaje fue creciendo hasta llegar al 70% en 1999.
Otros grandes beneficiarios de la corrupción y la explotación del país fueron las
multinacionales petroleras, a quienes incluso se acusa de haber propiciado el ascenso de los
militares al poder. Como contrapartida, las empresas pudieron explotar a discreción las
riquezas regionales del subsuelo. De ese modo, no sólo se despojó al país de sus riquezas y
se le quitó a la población sus posibilidades de desarrollo: la industrialización del delta del
Níger, así como las instalaciones y los métodos antediluvianos de extracción utilizados por
una de las principales petroleras del planeta, dejaron la tierra estéril por décadas, destruyeron
la agricultura y la pesca, contaminaron el agua potable y el aire y redujeron la potencial
explotación turística de la zona al nivel de una ocurrencia absurda.
En octubre de 1990, cuando los habitantes de la localidad de Umuechem convocaron a
una protesta contra Shell, se desató una masacre. Amenazada por estas manifestaciones, la
compañía recurrió a la tristemente célebre Unidad Móvil de Policía. Unas 80 personas fueron
asesinadas y 495 viviendas destruidas. 5
La lucha de los ogoni
En 1993, el Movement for the Survival of the Ogoni People (Movimiento para la
Supervivencia del Pueblo Ogoni, MOSOP), bajo la conducción de Ken Saro Wiwa, logró
movilizar a decenas de miles de personas en contra de la compañía Shell. Esta resistencia
finalmente logró atraer la atención de la opinión pública mundial, cuya presión obligó a uno de
los más poderosos productores de petróleo del planeta a suspender por un tiempo sus
extracciones en Nigeria. Para reanudarlas, el gobierno de Abacha decidió adoptar brutales
medidas de represión. Cabe recordar que en Nigeria la industria petrolera representa casi el
noventa por ciento de los ingresos provenientes de la exportación. Cientos de ogoni fueron
arrestados y ejecutados en forma arbitraria. En total fueron asesinadas 2.000 personas, y se
estima que unas 80.000 perdieron sus casas en los años posteriores. 6 Dos años más tarde,
Ken Saro Wiwa, de 53 años, fue ahorcado junto con ocho de sus compañeros, a pesar de las
4 "Des banques suisses accusées d'avoir accepté des fonds détournés au Nigeria", Le Monde,
6.9.2000
5 "Some things never change", Tlie Guardian, 8.11.2000
6 Ibidem
protestas internacionales. El régimen alegó que los ogoni eran responsables de asesinar a
varios jefes de tribus rivales y condenó a los nueve hombres a la horca.
La sentencia, dictada tras un juicio irregular, se ejecutó en Port Harcourt, la capital del
estado nigeriano de River State. "Mi energía intelectual y todos los medios de los que
dispuse, mi vida misma la dediqué a una causa en la que creo firmemente y que no
abandonaré ni con chantajes ni con amenazas", declaró ante el tribunal militar este hombre
de prestigio internacional, quien se hizo acreedor al Premio Nobel alternativo. 7 Como en todo
el delta del Níger no se encontró a nadie que accediera a llevar a cabo la ejecución, hubo que
traer al verdugo especialmente desde la ciudad desértica de Sokoto, situada a unos 1.000
kilómetros de distancia.
"La horca sigue estando allí. Cada vez que se cuela una corriente de aire por las
sofocantes instalaciones carcelarias de Port Harcourt, la soga con el nudo corredizo todavía
se balancea", escribió un periodista africano. 8 Tampoco se revisó hasta el día de hoy esa
injusta sentencia, ni siquiera se entregaron los restos mortales de Ken Saro Wiwa para que
recibieran sepultura, a pesar de que hasta las Naciones Unidas pusieron en duda la legalidad
de la sentencia. 9
Proceso contra Shell
Lograr un tratamiento jurídico correcto en Nigeria era algo impensable. Pero en los
Estados Unidos existe una ley que permite efectuar demandas por violaciones a los derechos
humanos aun cuando éstas se hayan perpetrado en otro lugar del mundo. Por eso, algunos
miembros de la familia de Saro Wiwa residentes en los Estados Unidos (entre ellos su hijo,
Ken Wiwa, y el hermano, el doctor Owens Wiwa) acudieron en 1996 a un tribunal
neoyorquino para obtener una indemnización por parte de Shell y su filial nigeriana.
Sus acusaciones:
Shell
• habría instigado al gobierno militar nigeriano a torturar y asesinar a Ken Saro Wiwa y a
otros miembros del pueblo ogoni;
• habría ayudado a lanzar las acusaciones de asesinato contra ellos, sobornando a tal fin a
los testigos;
• se habría apropiado de tierras para la extracción de petróleo sin pagar a cambio las
compensaciones adecuadas;
• habría contaminado el agua y el aire del lugar, quitándole a los ogoni su sustento vital;
• habría reclutado policías y militares para atacar poblaciones locales. Esos ataques
habrían causado muertos y heridos;
• habría puesto dinero, armas y apoyo logístico a disposición de los militares, con el objeto
de combatir a aquellos miembros de la población que se manifestaran contra la
contaminación causada por la empresa. 10
Entretanto, la compañía admitió que en 1993, por lo menos en una oportunidad, "se había visto obligada" a contratar en forma directa a fuerzas de seguridad nigerianas. 11 Sin embargo,
Shell rechazó las acusaciones e intentó impedir la demanda durante años alegando que las
víctimas no eran ciudadanos americanos.
Por esa razón, en 1998 un juez federal norteamericano rechazó la demanda, pero el
tribunal de apelaciones retomó el caso en septiembre de 2000 (dos meses antes del quinto
aniversario de la ejecución) y lo derivó a la Corte Suprema en Nueva York. 12 El abogado de la
empresa envió una carta de protesta: "Con esta decisión, prácticamente todas las
multinacionales que cotizan en Bolsa en los Estados Unidos corren el riesgo de ser citadas
por la Corte Suprema de Nueva York para enfrentar demandas que no tienen relación con los
Estados Unidos ni violan ninguna ley federal." 13
Sin embargo, el 26 de marzo de 2001 la Corte Suprema de Nueva York anunció que daría
curso a la demanda de la familia de Ken Saro Wiwa contra Shell. De este modo, surge la
posibilidad concreta de que una empresa que opera internacionalmente deba rendir cuentas
por su actuación en un Estado represivo. Deeka Menegbon, secretario general del
movimiento ogoni MOSOP, celebró la decisión neoyorquina: "Fuera de Nigeria tenemos
muchas más chances de que se haga justicia." 14 El proceso comenzará después de
finalizadas las investigaciones para este libro.
La familia, que responsabiliza a la empresa de "favorecer la ejecución de Saro Wiwa",
exige varios millones de dólares en concepto de indemnización. Pero para Shell hay mucho
más en juego que esos millones. Shell se está jugando su buena reputación. Y en ese
sentido, un proceso llevado adelante por un tribunal norteamericano no le hace nada bien a
su imagen.
Ken Sato Wiwa y Brent Spar: imagen dañada
La imagen de la compañía no sólo se vio perjudicada por el asesinato del nigeriano Ken
Saro Wiwa, sino también por los incidentes relacionados con la plataforma petrolífera Brent
Spar. La plataforma de perforación, anclada en el mar, 190 kilómetros al nordeste de las islas
Shetland, sirvió como depósito transitorio de petróleo crudo entre 1976 y 1991. Para
ahorrarse el costoso y complicado proceso de desguace, Shell pretendía hundir en el Mar del
Norte el coloso de acero, con alrededor de 130 toneladas de lodo, metales pesados y
desechos radiactivos.
La organización ecologista Greenpeace destapó e hizo pública la catástrofe ambiental en
cierne. En una campaña sin precedentes, los Guerreros del Arco Iris consiguieron dañar la
imagen de la compañía petrolera, a tal punto que ésta terminó abandonando la idea por
propia voluntad. Previamente, Shell había agudizado aún más la confrontación a través de
peligrosos ataques tales como la utilización de camiones hidrantes contra los activistas,
cosechando en respuesta una condena masiva de los medios. Los defensores del medio
ambiente también cometieron un desliz por el que más tarde tuvieron que disculparse: por un
error de medición, Greenpeace sobredimensionó la cantidad de petróleo que quedaba en la
Brent Spar. Pero la presión de la opinión pública era ya tan grande que en junio de 1995 Shell
se declaró dispuesta a desguazar Brent Spar conforme a las normas. En 1998, los ministros de Medio Ambiente de los quince países ribereños del Atlántico nordoriental prohibieron el
hundimiento de plataformas petrolíferas en el mar. 15
Boicot a Shell
Según una encuesta realizada en 1995, el 74% de los ciudadanos alemanes estaba
dispuesto a boicotear a las gasolineras de Shell como medida de protesta frente al
hundimiento pergeñado por la empresa. El boicot de los consumidores provocó una caída de
hasta un 80 por ciento en las ventas de la compañía. 16 El entonces vocero de la Shell de
Austria lamentaba que, incluso meses después, numerosos automovilistas seguían evitando
los surtidores con el logo del molusco. 17
Una agencia británica de información económica, que había sido creada por ex
colaboradores del M16 (servicio secreto de ese país) y que mantenía relaciones con altos
ejecutivos de Shell y BP, llegó incluso a introducir un espía entre los ecologistas. Su misión
era conocer de antemano las estrategias de aquéllos contra las petroleras multinacionales
para que las empresas pudiesen reaccionar a tiempo. Por ejemplo, cuando en 1997
Greenpeace planeaba manifestaciones contra las perforaciones de petróleo en el Atlántico,
BP cubrió de demandas a los activistas ambientales antes de que la campaña terminara de
ponerse en marcha. 18
¿Precursores en temas de derechos humanos?
A todo esto, las empresas intentan presentarse como precursoras en la protección del
medio ambiente y los derechos humanos. Shell promociona su política empresarial "verde"
mediante grandes avisos y fotos de selvas florecientes: "Cuando buscamos reservas de
petróleo y de gas en regiones delicadas, consultamos ampliamente a los diferentes grupos de
interés locales o globales para asegurar que se preserve la biodiversidad en cada lugar. (...)
Lo consideramos como una inversión importante para lograr nuestra meta: un desarrollo
sustentable y un equilibrio entre progreso económico, protección ambiental y responsabilidad
social." 19
Otro tópico muestra el bello rostro de una mujer africana acompañado del texto: "¿No es
asunto nuestro? O es la médula de nuestros asuntos: los derechos humanos. Generalmente,
no son una prioridad en los asuntos comerciales. Pero en Shell nos sentimos llamados a
apoyar los derechos humanos fundamentales."
"Cuando Shell dice que respeta los derechos humanos, yo no les creo", responde Ike
Okonta, de la agrupación ecologista Environmental Rights Action. "Shell sigue trabajando en
forma conjunta con el gobierno nigeriano. El objetivo es evitar el levantamiento y las protestas
de la población local, que quiere que sus tierras vuelvan a ser fértiles." 20
15 Más detalles en http://www.greenpeace.de/GP DOK 3P/BROSCHUE/AKTION/ C12IAO2.HTM
16 "Das Auge der Multis", BerUner Tagesspiege!, 10.12.2000
17 Entrevista con Klaus Werner hacia fines de 1996
18 "Das Auge der Multis", BerUner Tagesspiegel, 10.12.2000
19 Extraído de un aviso publicitario aparecido en la revista Nezosweek
20 "Some things never change", The Guardian, 8.11.2000
La empresa niega sus culpas
En la página de Internet de la SPDC (filial de Shell en Nigeria 21 ), uno puede conocer la
versión de la compañía acerca del conflicto con los ogoni. Allí se señala: "Las noticias sobre
la muerte de los famosos ogoni, la ejecución de Ken Saro Wiwa y otros ocho generaron
estupor y tristeza en la compañía SPDC"; pero "negamos rotundamente todas las
acusaciones de violaciones a los derechos humanos".
La compañía se muestra abierta al diálogo con la población. Sin embargo, considera que
hasta ahora sus intentos han sido bastante infructuosos, "probablemente a causa de la
diversidad de opiniones entre los mismos ogoni".
En general, Shell no es muy capaz de reconocer las culpas por su comportamiento. Por
ejemplo, la empresa atribuye la mayor parte de los "aparentes daños ambientales" en el delta
del Níger a sabotajes y actos de vandalismo: "A nuestro entender, esos hechos han causado
más derrames de petróleo que los habituales. Por eso la acusación de destrucción ambiental
aparece como exagerada y evidentemente para lo único que sirve es para desviar la atención
hacia otros temas referidos a la lucha de los ogoni y al delta del Níger."
Acusaciones de sabotaje
Susanne Geissler, del Instituto Austríaco de Ecología, también oyó algo acerca de las
acusaciones de sabotaje. "Sólo que, independientemente de con quién uno hable, nadie cree
en esas acusaciones. Con las destrucciones, Shell provocó una altísima desocupación
juvenil. Y ahora se usa a los jóvenes desocupados como chivos expiatorios, imputándoles la
destrucción de los oleoductos y echándoles así la culpa de la destrucción ambiental." 22
"Vivo junto a este oleoducto desde que tengo uso de razón. En los últimos cuarenta años,
jamás lo cambiaron ni le hicieron mantenimiento. Y ahora sencillamente se rompió. Yo lo vi:
no fue un acto de vandalismo juvenil, sencillamente era demasiado viejo" 23 , cuenta un
habitante de la región de Warri. Ya en diciembre de 1998, activistas del pueblo ijaw
protestaban contra esta historia del sabotaje: "Estamos hartos de las antorchas de gas, de los
derrames de petróleo y de las explosiones. Y también estamos hartos de que nos tilden de
saboteadores y terroristas." Lógicamente, la respuesta a esta declaración fue un golpe de los
militares, en el que más de doscientas personas murieron asesinadas y muchas más fueron
torturadas y encarceladas. Los militares torturaron y violaron incluso a niñas de 12 años,
según informa la agrupación de derechos humanos Human Rights Watch. 24
Destrucción total del medio ambiente
Durante los últimos 35 años, la industria petrolera generó en Nigeria siete millones de
metros cúbicos de residuos por perforaciones. Esos residuos se arrojaron en lugares
aledaños a los centros de producción. Según cifras oficiales, se producen alrededor de
trescientas manchas de petróleo por año, derramándose en ellas 2.300 metros cúbicos. El
Banco Mundial calcula que la cifra es diez veces mayor.
"La causa de la mayoría de los accidentes fue el mal mantenimiento. Después de estar veinte años en terrenos pantanosos y húmedos, muchos oleoductos están totalmente
oxidados", concluye un estudio realizado a pedido de Greenpeace. 25
Como consecuencia aparecen los denominados oil spills (derrames de petróleo), que se
producen con frecuencia en las inmediaciones de los pueblos.
La tierra escupe petróleo
Un video casero 26 muestra un hecho que ya casi ha pasado a ser parte de la vida cotidiana
en esta región: julio de 2000, aldea de Ugbomron, estado nigeriano de Delta State. Por
encima de los manglares, inmediatamente detrás de las casas, se eleva una inmensa nube
de humo negra que oscurece el cielo. Un oleoducto subterráneo se averió, el petróleo alcanzó
la superficie y se transformó en llamas. Mujeres y niños recogen lo indispensable y se
marchan de la aldea por la calle angosta que atraviesa la sabana. Los hombres se reúnen a
una distancia prudencial del foco de incendio y sólo atinan a observar cómo el bosque entero
es alcanzado por el fuego. Llega una autobomba con el logo amarillo de Shell. Los bomberos
aplican extintores durante horas para apagar el incendio. Lo que queda es una alfombra de
petróleo, negra y pegajosa, que cubre tierras y bosques. Y una pequeña laguna de agua,
sustancias extintoras y petróleo, cuyo centro borbotea en forma ininterrumpida como el cráter
de un volcán. Cuando el primer rayo de sol atraviesa la nube de humo en retirada, estalla el
júbilo. Pero la alegría cede rápidamente el paso a la furia. La gente va desfilando delante de
la cámara quejándose de que eso sucede continuamente, de que se repite una y otra vez:
"Shell deja que las cañerías se deterioren, el petróleo se filtra hacia la superficie y destruye
todo lo que tenemos."
Muchos de los oleoductos datan de fines de los años cincuenta. "Shell fue informada sobre
las averías, pero no hace nada", dice Susanne Geissler. Según la ecologista, los centros de
producción también son completamente obsoletos: "El gas que se origina en las refinerías
como desecho industrial simplemente se quema. Antes nosotros también lo hacíamos, pero
ahora ya existen tecnologías que permiten utilizar ese gas. Por supuesto que tienen su costo,
pero ¿cómo es posible que una multinacional en África pueda extraer todo lo que quiera sin
invertir nada a cambio?"
Según el estudio de Greenpeace, "el venteo de los gases residuales se realiza en
aproximadamente sesenta centros, casi siempre al nivel del suelo, con un simple terraplén
como única protección. Algunas de esas plantas vienen quemando gas natural justo al lado
de las casas desde hace treinta años, todos los días y durante las 24 horas."
En Nigeria se queman veinte mil millones de metros cúbicos de esos gases residuales por
año. Esto constituye una de las principales fuentes de emisión de los gases de efecto
invernadero, que promueven en modo sustancial el recalentamiento del planeta. "Como
consecuencia de la defectuosa quema del gas natural, cada año llegan a la atmósfera 12
millones de toneladas de metano. Esto representa once veces la emisión total de metano en
los Países Bajos", indica el estudio de Greenpeace.
La enfermedad breve y la muerte
La lluvia acida, generada por las llamaradas de gas y la quema de petróleo, no sólo dejó
yerma la tierra. También podría ser responsable de una enfermedad ampliamente extendida
en la zona: la denominada "Brief Illness" o "Enfermedad Breve". "Casi todo el mundo aquí
tiene algún familiar que ha muerto a causa de esta enfermedad", relata Geissler. "Todo
comienza con dolores de cabeza y dificultades respiratorias, seguidas por fiebre alta. La
mayoría se muere dentro de los tres días." Las víctimas se cuentan por miles. Debido a la
ausencia de investigaciones oficiales, la relación con la quema de petróleo y de gas no está
comprobada. Médicos ambientalistas detectaron en los cabellos de las víctimas cantidades
considerables de plomo, que provienen con seguridad de la contaminación. Incluso los peces
(que alguna vez fueron un importante recurso alimenticio y fuente de ingresos) estarían altamente
contaminados.
Shell, en cambio, se ve a sí misma como una bendición para la región. Según datos
propios, la compañía destina alrededor de 60 millones de euros por año a proyectos sociales,
lo cual la convierte en uno de los inversores más importantes de esa zona. "Con quien
tenemos que vérnoslas aquí es con una población perseguida por la pobreza que ha
encontrado un camino para sacar provecho del negocio del petróleo", dice Dierdre Lapin, de
SPDC, la subsidiaria de Shell. 27
Cifras ridiculas para proyectos solidarios
"¿60 millones? ¡Qué ridiculez! ¿Cuál es el costo de tener los ríos y las tierras así, tan
contaminados que el sustento vital de la población ha quedado aniquilado por décadas?",
replica Geissler. "Tal vez estén especulando con que algún día la población de aquí se
extinga de una vez por todas, así pueden extraer petróleo tranquilos." En 1992, el movimiento
ogoni MOSOP exigió a la compañía Shell el equivalente a unos once mil millones de euros
como indemnización (sólo por los daños causados en su territorio desde 1958): siete mil
millones en concepto de participación en las exportaciones de petróleo, cuatro mil millones
por la destrucción ambiental causada en el país.
El MOSOP calcula que, contando desde el comienzo de la explotación petrolera, Shell
realizó extracciones por un valor total de aproximadamente 35 mil millones de euros. 28
Según Geissler, en las regiones que carecen de movimientos étnicos tan fuertes como el
de los ogoni, no hay ni rastros de contribuciones para el desarrollo social. Allí no se eliminan
los desechos ni las aguas residuales, y la cuota anual de un colegio privado equivale al triple
del salario mensual, tomando como base el ingreso mínimo. "Así y todo, el cálculo es
optimista, ya que la mayoría está desocupada." Y agrega que la industria petrolera genera en
toda Nigeria menos de 10.000 empleos, que para colmo están ocupados en gran parte por
extranjeros.
Superación del pasado
Sin embargo, desde 1999 –es decir, desde que Nigeria es gobernada por un presidente
electo, Olusegun Obasanjo, ex dictador militar devenido demócrata– ha habido muchos
cambios. El Estado intenta tímidamente investigar las consecuencias de la dictadura. Esto
27 "Nigeria protests prompt development moves", Financial Times, 22.2.2001
28 "Ogoni Wars: Arms Were Sponsored By Shell", This Day, Lagos, 25.1.2001
incluye los negociados de Shell.
En junio de 2000, por ejemplo, un tribunal de Port Harcourt condenó a la SPDC a abonar
una multa de 4 mil millones de nairas (41 millones de euros) por las consecuencias derivadas
de un derrame de petróleo ocurrido en 1970. Aún no hay una sentencia firme porque Shell
apeló. "La estrategia de Shell es dilatar el juicio", dice el abogado Ledum Mitee, líder electo
del movimiento ogoni MOSOP. "Esto puede llegar a extenderse unos diez o veinte años más.
Cuando paguen, los afectados ya van a estar muertos." 29
Shell esgrime que entre 1967 y 1970 la compañía ni siquiera estaba en el país, ya que en
esos años tuvo lugar la guerra de Biafra. Pero, según cuentan los pescadores y agricultores
afectados, el derrame de miles de litros de petróleo, que penetraron a varios metros de
profundidad inutilizando la tierra y los ríos hasta el día de hoy, se debe a un oleoducto
oxidado que ya en 1967 pertenecía a Shell y al que nunca le realizaron trabajos de
mantenimiento.
En octubre de 2000, otras dos víctimas de los derrames de petróleo exigieron una
indemnización por parte de Shell. Sostienen que desde hace 38 años sus tierras están
expuestas a una continua contaminación producida por plantas de extracción mal
mantenidas. Y que dos explosiones de petróleo, la última el 8 de agosto de 2000,
contaminaron el agua potable y aniquilaron por completo la pesca y las cosechas. Una de las
víctimas, el agricultor Bariseru Nsenu, se quejó también por los problemas de salud que
desde la explosión aquejan a él y a su hijo, en aquel entonces de dos meses de edad. Dijo
que la empresa había rechazado con desprecio su demanda de indemnización. Y que, no
conforme con eso, también había enviado a sus agentes para amedrentarlo. 30
En la actualidad, los medios nigerianos presentan ese tipo de noticias casi a diario. 31 La
que puede arrojar más luz sobre los hechos es una comisión especial, que está investigando
el trasfondo y los motivos de las múltiples violaciones a los derechos humanos cometidas
durante las distintas dictaduras militares desde 1966. La Human Rights Violations
Investigation Commission, presidida por el juez retirado Chukwudifu Oputa, fue creada el 14
de junio de 1999 con el principal objetivo de que las víctimas pudieran expresarse. Pero la
comisión de Oputa no posee facultades jurídicas, sólo tiene funciones consultivas.
De todos modos, la comisión, que en enero de 2001 sesionó con relación al tema de la
extracción petrolera, constituye una amenaza para la Shell, ya que crea un foro para que
todos puedan preparar demandas contra la compañía. Fue a causa de esas demandas que la
empresa se vio obligada a reconocer que en el año 1983 había comprado armas portátiles
para las patrullas policiales del régimen.
Shell admite la compra de armas
El vicedirector de la subsidiaria SPDC, Egbert Imomoh, admitió ante el tribunal que las
pistolas y municiones habían servido para proteger a la compañía de los "frecuentes
atentados" contra sus instalaciones y contra el personal, pero dijo que, por lo que él sabía, las
armas compradas por Shell no habían tenido otro uso que el de "disparar al aire". 32
En respuesta a ello, el presidente del MOSOP, Ledum Mitee, trajo a colación el caso de un
29 "Nigeria fines Shell £ 26 m for 1970 spill", The Guardián, 27.6.2000
30 "Shell's Oil Spillage Victims Demand N 700 m", P.M. News, Lagos, 30.10.2000
31 En estas direcciones se pueden encontrar periódicos nigerianos: http:// www.postexpresswired.com,
http://www.ngrguardiannews.com, http://www.this dayonline.com, http://www.cometnews.com.ng
joven discapacitado que fue fusilado por policías contratados para custodiar las instalaciones
de Shell cuando pasaba casualmente por esa zona. "En Gran Bretaña o en los Países Bajos,
donde Shell también posee instalaciones, no se toleraría un hecho semejante", opinó el
abogado, refiriéndose a la relación entre la compañía y los militares. 33
A principios de 2000, Mitee exigió a la Shell International el pago de una indemnización a
los ogoni. Al poco tiempo le incendiaron la casa y sufrió dos atentados.
La violencia continúa
Los ogoni exigen una disminución en los niveles de extracción petrolera. En cambio, el ex
presidente de los Estados Unidos, Bill Clinton, presionó a Nigeria durante su visita en agosto
de 2000 para que impulsara aún más la producción de petróleo. 34
En octubre de 2000 fueron asesinados diez activistas nigerianos de la etnia de los ijaw que
habían realizado una protesta contra la compañía petrolera italiana Agip. 35 En enero de 2001
murieron al menos veinte personas en enfrentamientos entre milicias locales que se
disputaban el control de dos estaciones de bombeo de Shell. Al mismo tiempo, en otra región
del país, cuatro kilómetros cuadrados de tierra quedaban inundados de petróleo tras la
explosión de un oleoducto. 36
Si hay algo que quedó claro ante la comisión de derechos humanos de Oputa en Port
Harcourt es que no hay reconciliación posible. Porque ni los representantes de la anterior
dictadura militar ni los dueños de las empresas mostraron el menor signo de arrepentimiento.
Al padre de Ken Saro Wiwa, un anciano al que los integrantes de la comisión visitaron en
su casa en Ogoniland, todo esto dejó de importarle: "¿Qué es lo que quieren de mí?", dijo Jim Wiwa a los jueces. "Mi hijo está muerto y yo estoy triste."
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