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Hoy en los telediarios nos lo cuentan entusiasmados ya que es una noticia que debería alegrarnos a todos. Que baje la inflacción significa que los precios de las cosas que “consumimos habitualmente” están más baratas.
La inflacción se mide a través del IPC (Índice de Precios de Consumo). Para calcular el IPC, se comparan los precios de un conjunto de productos representativos de lo que consume la población respecto a meses anteriores. El IPC da una estimación del Costo de Vida. Sin embargo el Costo de Vida es un concepto teórico que representa lo que tiene que gastar un hogar para tener unas condiciones de satisfacción determinadas. A los economistas no les interesa demasiado trabajar con la subjetividad de este concepto ni preocuparse por la satisfacción de las personas, por lo que usan la estimación del IPC. Pero ojo, esto no significa que el cálculo del IPC no sea subjetivo porque para calcularlo es fundamental la encuesta de gastos de los hogares. Sabiendo que depende de como se haga una encuesta se puede meter en la cesta de la compra lo que al funcionario de turno le venga bien para arreglar la cifra.
Respecto al año pasado han subido las patatas, carnes, huevos y el pan respectivamente en un 24%, entre 5% y 9%, 4% y 5%
Sin embargo Solbes tiene esperanza en que la inflacción está bajando. ¿Cómo se consigue amañar las cifras para que el IPC baje? Muy fácil, metiendo en la canasta productos que tienen un precio que puede bajar. Por ejemplo, operaciones de estética, viajes al caribe, etc… Además de que estos productos tienen un precio que puede bajar, son los primeros de los que la gente prescinde si no puede llegar a final de mes. Por otra parte, la canasta de productos del IPC no tiene en cuenta variaciones de calidad en estos productos. Por lo que si proliferan los viajes de bajo coste gracias a una degradación del servicio, se podrán arreglar las cifras de manera que compense la subida del gasto en trasporte urbano que usamos la mayoría.
Hay muchas críticas más al cálculo del IPC, entre ellas que no tiene en cuenta la variación del precio de la vivienda en propiedad (que influye también en los alquileres). Esta variación del precio de la vivienda es justamente lo que está arrancando mayor porcentaje del sueldo a cualquiera que esté entrado en una hipotéca o alquilando.
El IPC tampoco tiene en cuenta la economía sumergida de la que tendremos que echar mano cuando no nos llegue para pagar la hipoteca.
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Pepe Escobar, Sputnik
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