miércoles, 3 de diciembre de 2008

20-N CARTA A UN TERRORISTA


Me dicen que no has cambiado de dirección, la verdad es que no ha sido difícil encontrarte. Ya sé que el 20 de Noviembre es una fecha muy especial para ti, por eso te escribo, además te quiero comentar algunas de las novedades que están pasando por aquí fuera. Hace mucho que no sales pero tranquilo que la mayoría de las cosas están igual. Eso sí, la cuadrilla no te olvida. No sé si te acuerdas de tu amiga la griega, sí hombre, con la de veranos que habéis pasado juntos en Galicia. Últimamente hasta ella se atreve a hablar de ti, tendrías que oírla, cómo te recuerda. Dice que eres “un hombre sencillo, con ganas de agradar y muy tímido”. Pero no te enfades, lo dice para defenderte ante un montón de enemigos que te han salido. Por cierto, otro que se acuerda mucho de ti, cómo no, es su marido. Este creo que es italiano de nacimiento, aunque ha vivido en varios lugares porque su abuelo se quedó en paro y tuvieron que buscarse la vida. Ya se le nota que es un ciudadano del mundo, bueno qué te voy a contar a ti que le has visto crecer, con la de veces que habéis compartido balcón en esas fiestas que organizabais. Oye, pues cómo te defiende también, dice la griega que el italiano “se muestra tajante desde el primer momento proclamando que delante de él no se habla mal” de ti. Es tan campechano, bueno tendrías que verle cómo manda callar a cualquiera que le lleve la contraria, cómo se nota que habéis compartido media vida juntos. Y es que la griega se ha quedado a gusto, acuérdate que ya se saltó el protocolo para abrazar a tu esposa en tu despedida física, que no política. También habla muy bien de tu hija, y de otro amigo tuyo, uno con apellido navarro que tenía una carnicería. Vamos, eso tengo entendido porque según le recuerdan por allí era el “carnicero de Málaga”. Fíjate qué nivel, siendo carnicero y llegó a presidente del gobierno. Por cierto, ahora ha salido a la luz que en aquellos años de incertidumbre el carnicero se ofreció a los de las hamburguesas para declarar la guerra al vecino por si hacía falta parar la extensión de la carne roja. Bueno de eso igual no te acuerdas, porque fue después de que pusieran en la radio la canción de “Grandola, Vila Morena” y tú ya estabas con el permiso del enterrador. Qué tiempos aquellos, ahora el carnicero ya no está con nosotros pero todavía quedan muchos de tus tiempos en los bancos, iglesias, tribunales, poltronas… que no se han hecho vegetarianos precisamente, y es que has marcado una época. Están pasando muchas cosas más, imagino que te habrá llegado algo sobre un movimiento popular que se ha puesto en marcha desde hace unos años. Supongo que habrás oído algún comentario a los monjes que cuidan tu cripta, se llama coloquialmente “lo de la memoria histórica”, es un fenómeno reciente y ha calado en la sociedad como nunca hubieras creído posible.


Sí, porque en tu ausencia han sido muchas las pruebas, los documentos, los testimonios y los trabajos de investigación que han conseguido despertar conciencias y superar el miedo. Para muchos amigos tuyos, todo esto está resultando desconcertante. Toda esta gente del nuevo régimen constitucional del que nos dotaste, tú y los tuyos con la complicidad de los que decían ser tu oposición, no se han dado cuenta o no han querido ver el verdadero recorrido que tiene “esto de la memoria”. Es importante que lo sepas, esa es la razón principal por la que te escribo. No te extrañes, o es que no sabías que aquellos muertos tenían vivos, y que las ideas no se pueden asesinar. Deberías haberlo aprendido tú que has arrancado tantas flores y seguías viendo cómo crecían. De todas formas, supongo que no te quejarás de la “bendita transición”, y es que desde ahí, bajo 1500 kilos de granito, sigues disfrutando de tu “atado y bien atado”. Mientras tanto aquí, al otro lado de esa losa, somos muchos los que nos seguimos acordando de ti y de los tuyos. Pero no te equivoques, no somos unos nostálgicos del pasado como tus amigos, muy al contrario, nos acordamos porque creemos en el presente y en el futuro. Porque hemos pasado del silencio a la denuncia, del olvido a la memoria y del miedo a la reivindicación. Si quieres, puedes darle recuerdos de mi parte al “ausente” que creo que anda por allí también. Pero te recomiendo que ni te atrevas a mirar a los ojos de los miles de luchadores antifascistas que secuestraste en 1959 y contra su voluntad siguen enterrados contigo en la mayor escenificación de la apología del terrorismo de Europa. Feliz 20-N, Terrorista.
Firmado: Ahaztuak 1936-1977

lunes, 1 de diciembre de 2008

¿Qué es Wikipedia?

por Brent Bedford
Creo que uno de los aspectos más positivos del enfoque de colaboración abierta es que echa abajo rápida y eficazmente las conspiraciones insostenibles. Es bastante fácil ver un seudodocumental [sobre los ataques del 11–S] como "Loose Change" y encontrarlo conmovedor, hasta que retrocedes un paso e investigas un poco con la ayuda de portales como Wikipedia.—Jimbo Wales,[1] 02:48, 7 de julio de 2006 (UTC), de la página sobre "Conspiraciones del 11–S" en campaigns.wikia.com en inglés.
Según su página "Lo que Wikipedia no es", "Wikipedia no es un editor (sic) de pensamientos originales", "Wikipedia no es un experimento de democracia", "Wikipedia no es una colección de información sin criterio". No obstante, al mismo tiempo "a Wikipedia no se le censura" (WP:NOT#CENSORED).[2] Entonces, ¿qué es Wikipedia? Y, ¿cómo es que semejante "enfoque de colaboración" amorfo echa abajo con tanta eficacia y rapidez las "conspiraciones"?

Jimmy Wales habla de las prerrogativas reales que se abroga para la toma de decisiones en Wikipedia: "Me reservo el derecho... de disolverlo todo... Pienso hacerlo tan seguido como la Reina de Inglaterra disuelve el Parlamento contra su voluntad". Creyéndose toda una reina, Wales tratará de convencerte de que no es sino uno de los muchos súbditos simplones de la Reina. (Foto: Brent Bedford).
¿Tú no crees en conspiraciones, verdad?

¿Tú no crees en conspiraciones, verdad?
En un mundo que descarta las "conspiraciones", no se te permite determinar el motivo de nada. Todo lo que puedes hacer es llegar a un consenso convenientemente arbitrario, al someterte a la manipulación y la persuasión. Wikipedia se creó para asegurarse de echar abajo "rápida y eficazmente" las conspiraciones. Wikipedia no es más que una cábala de redactores anónimos que crean y alteran los registros en Wikipedia. ¿Facilitaron los nazis el incendio del Reichstag, el Parlamento alemán, para consolidar la dictadura de Hitler? Si lees la página de Wikipedia sobre el "incendio del Reichstag" (como aparece ahora), se te induce a creer que fue obra de comunistas.
Pero, ¿hay realmente un consenso contra las conspiraciones?
Para crear dicho consenso, o para romperlo cuando sea "necesario", Jimmy Wales ha estructurado Wikipedia como un acervo muy inexacto y sin autoridad. Como Wales lo describe, su relación con Wikipedia es análoga a la de la Reina con su Parlamento. En el primer paso de Wikipedia para lograr un consenso participa el Comité de Mediación (o MedCom, en inglés), que Wales creó en 2004 para resolver "disputas". Wales tiene la última palabra sobre sus miembros. Cuando el MedCom no logra neutralizar a los disidentes, se les lleva ante el Comité de Resolución de Conflictos (WP:CRC), el cual resuelve las cosas por decreto (por supuesto, Wales se reserva el derecho de "indulgencia ejecutiva" en cualquier problema).
El CRC se asegura que nunca se contradiga el WP:PVN (punto de vista neutral). De fallar, Jimbo Wales tiene la última palabra, e incluso se reserva la facultad de disolver el CRC en cualquier momento. Para asegurarse de que Wikipedia no degenere en la anarquía, Jimbo estableció como política oficial de sus páginas en español que "Wikipedia no es un experimento de anarquía". Como muestro a continuación, estas reglas no hacen sino disimular el hecho de que Jimbo siempre tiene la última palabra, no el "redactor" ni la "comunidad".
En la página Wikipedia:Elections (Wikipedia:elecciones) hasta se afirma explícitamente que Wikipedia desalienta el voto y favorece los decretos por consenso. En el caso del CRC, aunque tuvieron "elecciones", sólo fueron "sugerencias" para Jimbo sobre quién pensaban que debía escoger, rechazar o conservar en el CRC. Él siempre tiene la última palabra, ¡siempre! (WP:CONEXCEPT, "excepciones al consenso").
Y la política del CRC mismo no se funda en ninguna clase de principio, excepto que "puede torcerse conforme el Comité cobra experiencia y aprende formas mejores de hacer las cosas". Esta política sobre las políticas, sugiere Wales, no está sujeta a enmiendas de la "comunidad".
Entonces, ¡qué es Wikipedia?
Bueno, resulta que la razón por la que Wikipedia apesta tanto, es que sus leales wikipedófilos veneran a un hombre, Jimbo Wales, que sigue los pasos de... ¡Ayn Rand! Wales se inspiró en un personaje de la epopeya barata de la Rand, Los que vivimos, para el nombre de su pobre hija. Lo que es peor, la historia entera de Wales viene desembuchándose en diatribas diarias que publican alt.philosophy.objectivism, bit.listserv.politics y otros portales, desde los 1990, cuando sufrió una transformación religiosa a manos de expertos para convertirse en el anarquista adorador del yo y defensor de Ayn Rand que hasta la fecha sigue siendo. Ésta es la documentación más dolorosa de la existencia patéticamente mediocre de Wales. ¡Y pensar que la ciudad natal de Wales, Huntsville, Alabama, fue la residencia de los científicos alemanes que crearon el cohete V–2 y cuyo conocimiento científico impulsó a Estados Unidos a la era espacial!
Antes de fundar Wikipedia, Wales moderaba y contribuía con portales dedicados a la doctrina de Ayn Rand del objetivismo. Cuando esto no cobró vuelo, empezó algo no muy diferente a una novela de la Rand, un portal de pornografía erótica llamado Bomis.com. Se mudó a California, y más tarde fundó Wikipedia con su buen amigo libertario de los grupos USENET, Larry Sanger. Al eliminar el nombre de Ayn Rand, pero exigiendo que sólo se tolerarían escritos de su mundo infernal en las páginas de Wikipedia, se burló a cientos de personas a darle crédito a Wikipedia por sus aspectos buenos, ninguno de los cuales fue de hecho la intención de Wales (y que la gente viene hablando de aplicarlos desde los 1940), en tanto que perdían de vista la importancia de sus defectos, así como su misteriosa alianza con Google.
'¿La-Rou-che? Lo busqué en Google y leí sobre él en Wikipedia...'
En agosto de 2004 el usuario Herschelkrustofky siguió el procedimiento y solicitó arbitraje en una disputa que involucraba a los usuarios Adam_Carr, John_Kennedy y Homey, tres personas que entraron en una "guerra editorial" con él sobre la situación de Wikipedia:Lyndon LaRouche. Estos usuarios rechazaron participar en la solicitud previa de mediación de Herschelkrustofky a través del MedCom, que es el procedimiento que se le pide seguir a los wikipedófilos.
La guerra editorial empezó con el siguiente superlativo: "El proponente más franco del Sistema Americano de economía a principios del siglo 20 era el doctor Sun Yat–Sen; hoy lo es el político y economista estadounidense Lyndon LaRouche", que Herschelkrustofky había añadido a Wikipedia:Sistema Americano. El usuario Homey eliminó esta oración, y también deshizo los cambios que se habían hecho a Wikipedia:Escuela de Fráncfort, que citaban a Lyndon LaRouche como la tercera corriente crítica principal contra la Escuela de Fráncfort.
Tratar de resumir aquí el proceso de esta batalla legal sería largo e inútil. El caso se mantendrá en línea —a menos que WP:OFFICE lo borre— en Wikipedia:Request_for_arbitration/Lyndon_LaRouche y /Lyndon_LaRouche_2. Cabe señalar que Adam_Carr es un enemigo político del movimiento de LaRouche en Australia. Como desenlace del juicio de LaRouche1, se sometió a Herschelkrustofky a un período de prueba.
A la larga, en LaRouche2, que implicó la oposición de otros enemigos políticos LaRouche —Chip Berlet (usuario cberlet) y la sospechosa Linda Mack (usuaria SlimVirgin)— a Herschelkrustofky, el CRC dictaminó que éste había violado las condiciones del período de prueba y decretó que por un año le estaba prohibido participar en Wikipedia, lo cual luego se amplió hasta julio de 2008.
Tras pronunciar esta fatídica sentencia, el CRC promulgó los siguientes decretos, con sanciones para los usuarios que en el futuro los contravengan:
* Pueda que los escritos originales que provengan de LaRouche y su movimiento se eliminen de cualquier artículo de Wikipedia en que aparezcan, que no sea el artículo Wikipedia:Lyndon LaRouche y otros muy relacionados.
* A los simpatizantes de LaRouche se les ordena que no incluyan referencias directas a él en los artículos, excepto donde sea muy pertinente, y a no participar en actividades que puedan percibirse como una "difusión" de LaRouche.
A la luz de este decreto, el usuario Will_Beback no sólo borra lo que tiene que ver con LaRouche, sino con José Rizal, Federico List, Henry Carey, cómo doblar el cubo, el papa Juan Pablo II y las políticas de Milton Friedman y George Shultz para la legalización de las drogas.
SlimVirgin
Esta historia es tan descabellada y discorde a tantos niveles, que es bastante difícil saber siquiera por dónde empezar. Aquí tenemos a un administrador excelente de Wikipedia que ha sido víctima de lunáticos de la conspiración, un particular que no tiene absolutamente ninguna relación con los cuentos descabellados que ese artículo proclama. Slashdot, mordiste el anzuelo.—Jimmy Wales.
A fines de julio de 2007 un profesor de física y Derecho humanitario internacional, el doctor Ludwig de Braeckeleer, reveló cómo servicios de inteligencia han penetrado en Wikipedia. El artículo lo publicó el portal coreano OhMyNews, y Slashdot y otros sitios electrónicos pronto lo retomaron.
El doctor De Braeckeleer venía investigando el incidente de 1988 sobre el vuelo 103 de Pan Am, conocido como el atentado de Lockerbie, sobre el que escribió:
"A consecuencia del atentado de Lockerbie en 1988, el dedo de la sospecha pronto apuntó a una organización palestina con sede en Siria —Frente Popular para la Liberación de Palestina Comando General (FPLP–CG)— contratado por Irán. El grupo terrorista fue creado por un ex capitán del Ejército sirio, Ahmad Jibril, quien rompió con el Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP) en 1968.
"Me enteré por un expediente que dieron a conocer hace poco los Archivos Nacionales de EU, de que la agencia de seguridad israelí Shin Bet había infiltrado el FPLP y ayudado a los secuestradores de Entebbe (comandos israelíes rescataron a los rehenes en Uganda en 1976), así que quise saber más sobre los vínculos entre el FPLP y el FPLP–CG. También quería saber más sobre lo que alegó David Colvin, el primer secretario de la Embajada británica en París, en cuanto a la colaboración más bien extraña entre el FPLP y Shin Bet.
"Como no pude encontrar el artículo en el que me enteré de estas afirmaciones, consulté en Wikipedia el artículo sobre la operación Entebbe, donde sabía que se había anotado el reportaje. Para mi sorpresa, me encontré con que todas las referencias a la supuesta colaboración entre el FPLP y Shin Bet se habían suprimido. Es más, la página ya no puede corregirse".
Al inspeccionar más de cerca estos artículos de Wikipedia relacionados con lo de Lockerbie, De Braeckeleer identificó a SlimVirgin como corrector de los artículos relacionados con el vuelo 103 de Pan Am, así como los del periodista Pierre Salinger de ABC News, uno de los investigadores originales del incidente, quien en ese entonces trabajaba para la oficina de ABC News en Londres. Salinger fue secretario de prensa en la Casa Blanca para los presidentes Kennedy y Johnson, senador por California, y jefe de la campaña presidencial de Robert Kennedy de 1968. Mientras investigaba el incidente de Pan Am en Londres, él y su colaborador, John Cooley, contrataron a una joven recién graduada de Cambridge, Linda Mack.
Cooley más tarde escribiría en una declaración que envió al portal de Wikipedia Review, el cual investiga a administradores de Wikipedia sospechosamente poderosos, como SlimVirgin:
"Ella alegaba haber perdido a un amigo o amante en el [vuelo de Pan Am] 103, y por eso estaba ansiosa por develar el misterio. ABC News le pagó su viaje y sus gastos, así como un salario...
"Salinger llegó a creer que [el primer nombre se suprimió, pero se sabe que es Linda] trabajaba para [el nombre de la agencia de inteligencia se suprimió, pero se sabe que es la MI5 de Gran Bretaña], y que lo había hecho desde el principio; la habían asignado legítimamente para que investigara el vuelo 103 de Pan Am, pero también para infiltrarnos y vigilarnos".
El un sitio electrónico de la Universidad de Cambridge con los nombres y correos electrónicos de su alumnado se encontró el vínculo entre Linda Mack y su antigua dirección de correo electrónico, slimvirgin1@yahoo.com.
A SlimVirgin también se le conoce por sus revisiones a las páginas de Wikipedia que tengan que ver con LaRouche, y que se remontan hasta 2004.
FOOTNOTES:
[1] Wikipedia identifica a Jimmy Donal "Jimbo" Wales como presidente de Wikia, Inc. y como directivo y presidente emérito de la Fundación Wikimedia.
[2]Ésta es la notación oficial del "wikilenguaje", al menos en la versión de la página de Wikipedia en inglés. Cabe señalar que en la traducción de este artículo se usaron las citas y los términos originales en español que emplea Wikipedia, excepto cuando no estaban disponibles más que en inglés u otros idiomas—Ndt.

¡Éste nuestro nuevo milenio!


por Lyndon H. LaRouche
Por dos décadas —veinte años— a partir de la Paz de París de febrero de 1763, cuando nació, en efecto, el Imperio Británico, hasta que ese imperio de facto de la Compañía de las Indias Orientales británica reconoció la independencia de Estados Unidos de América en 1783, cierto orden mundial de lo que devino en un conflicto entre esos dos sistemas anglófonos, con sus altas y sus bajas, ha influenciado los elementos estratégicos decisivos de la historia de este planeta. A lo largo de todo el período de 1783–2007, hasta la fecha, este conflicto ha girado en torno a la pugna entre el sistema de la usura que representa el monetarismo liberal angloholandés imperial con centro en Londres, por un lado, y por el otro, el republicano americano de crédito nacional que se asocia con el nombre del primer secretario del Tesoro de EU, Alexander Hamilton, de la nueva república federal constitucional.

Ahora bien, en las últimas semanas el actual sistema monetarista liberal angloholandés mundial, que a escala global ejerce una forma de usura desenfrenada, además de prácticamente rabiosa, viene experimentando un proceso de autodesintegración. De modo que al presente nos debatimos ante el anticipado nuevo sistema mundial. La pregunta es: ¿representará la afirmación del Sistema Americano de economía política o una forma de caos infernal, una nueva Era de Tinieblas planetaria?

El Imperio Británico, con su patrón oro depredador, dominó al mundo la mayor parte de esos siglos, hasta que en 1931 se formó el Banco de Pagos Internacionales de Basilea, Suiza.

Así que, desde la época en que llegó a la Presidencia estadounidense Andrew Jackson, el compinche del traidor a EU y paniaguado de Londres Aaron Burr, hasta la elección del presidente Abraham Lincoln, agentes de Londres como Jackson, Martin van Buren, Polk, Pierce y Buchanan en general arruinaron la Presidencia misma. Sin embargo, tras la victoria contra los agentes confederados de Londres con el presidente Lincoln, emergimos como una potencia continental al interior de nuestras propias fronteras, una potencia que la fuerza militar externa no podía conquistar.
Sin embargo, aun entonces, cuando la reputación de la victoria que encabezó el presidente Lincoln propagó su influencia por Japón y el continente eurasiático, los asesinatos de presidentes elegidos y otras actividades subversivas reiteradamente debilitaron nuestro sistema político. Dos presidentes a los que se eligió y que encarnaban los instintos del frustrado instrumento británico que fue la Confederación, Theodore Roosevelt y Woodrow Wilson, nos arruinaron, hasta la elección del presidente Franklin Roosevelt.

Lyndon LaRouche es el único economista del mundo que pronosticó, con toda exactitud, la hecatombe económica y financiera que ahora se cierne sobre el mundo. Como LaRouche ha señalado, es posible que el sistema no llegue siquiera a octubre. (Foto: Stuart Lewis/EIRNS. Diseño: Alan Yue/EIRNS).


Inmediatamente después de darse a conocer la muerte del presidente Franklin Roosevelt, la facción liberal angloamericana cobró cada vez mayor control de la política nacional y exterior de nuestra república, a pesar de la seria advertencia que hizo el presidente saliente Dwight Eisenhower contra aquellas fuerzas de las reformas cesáreas en los asuntos militares a las que denominó el "complejo militar industrial", el mismo que metió a EU en dos series de guerras destructivamente largas (1964–1972 y 2003–2007), en las que cada una de ellas fue un eco de la antigua guerra del Peloponeso que destruyó a la civilización de la Grecia clásica y que, como ésta, se emprendió con el pretexto fraudulento de las mentiras que se profirieron desde lo más encumbrado de la república en cuestión.

Ahora tenemos la crisis de desintegración monetario–financiera global del agregado actual de los sistemas monetaristas del mundo, que al presente cobra impulso. En estos momentos el mundo es presa de lo que, de hecho, es una crisis sistémica mundial que tiene ciertas similitudes internas con la crisis de desintegración que azotó con todo a la Alemania de Weimar durante la segunda mitad de 1923, pero cuyo alcance es mundial, más que el de los efectos susceptibles de confinarse, al menos de manera temporal, a una sola nación.

Una crisis del dólar, con un marcado parecido con el "crac" de Wall Street de 1929, ya hizo mella a principios de octubre de 1987. Por desgracia para el mundo en general, por una decisión que tomaron entonces EUA y otros, la factura de la necedad que acarreó esa crisis bursátil de octubre de 1987 no llegó sino hasta aproximadamente dos décadas después. Esta vez, un proceso que recibió nombres como "globalización", "posindustrialismo" y el de la manía "neomaltusiana" anticientífica del "calentamiento global", ha generado un grado tal de hiperinflación a la John Law en los mercados crediticios, que la deuda financiera pendiente real excede con mucho los medios con los que cualquier procedimiento de bancarrota ordenado podría resistir una crisis de desintegración económica general de todo el sistema mundial.

Ya hemos pasado a una situación, esta vez a escala planetaria, que debe considerarse desde la perspectiva de su parecido con la llamada "Nueva Era de Tinieblas" que azotó a la civilización europea medieval a mediados del siglo 14.

Ante esta crisis mundial que ahora arremete, sólo cierta clase definida de reforma podría prosperar.

La reforma sistémica esencial

El actual sistema monetario mundial, con sus sistemas monetarios integrados, tiene que someterse a la protección supervisada de una reforma general mediante un proceso de bancarrota, por un período de varios años o más. Por tanto, todos los llamados sistemas monetarios independientes y de banca central relacionados deben supervisarse para su protección, y la autoridad de la que disfrutaban, cedérsele por completo a un concierto de acuerdos entre las autoridades de Estados nacionales perfectamente soberanos.

Tenemos que acreditar una red de sistemas de crédito soberano creada por gobiernos soberanos, que ha de echar mano de un conjunto interrelacionado de tratados entre naciones soberanas, acuerdos que, en efecto, restablecerán un sistema mundial de tipos de cambio fijos de las organizaciones convenidas. La intención inmediata de adoptar tales acuerdos ha de ser: a) remplazar los sistemas monetarios actuales del mundo con sistemas de crédito dirigido, del modo que el secretario del Tesoro Alexander Hamilton definió la banca nacional; b) desencadenar la expansión de largo plazo y a gran escala de la infraestructura físico–económica, pasar el acento de vuelta al empleo en las modalidades de progreso tecnológico con un uso intensivo de capital en las manufacturas, la agricultura y la ganadería independientes, el transporte colectivo de alta tecnología con acento en la magnetolevitación, el abasto mundial de agua dulce, la generación y distribución de electricidad y la producción sintética de combustibles de hidrógeno mediante la tecnología de fisión nuclear con una alta densidad de flujo energético, y en programas económicos, de salud y de salubridad impulsados por la ciencia.

El horizonte económico visible de semejante reforma abarca las dos generaciones de vida económica activa que se espera de los jóvenes que hoy pasan a la edad adulta. Como la mayor parte de la construcción de infraestructura necesaria y tareas relacionadas tendrá una maduración por el orden los 25 a 50 años, estamos en una situación al presente en la que los tratados de largo plazo entre gobiernos soberanos deben reconocer que lo que hagamos o dejemos de hacer a esos respectos necesariamente afectará a nuestras poblaciones por los próximos 50 años o más.

En vez de tener paridades flotantes, tenemos que permitir que los precios fluctúen dentro de un sistema de tipos de cambio fijos fundado en consideraciones de largo alcance, en especial la importancia de la protección del capital físico de largo plazo que se expresa en formas tales como la productividad y el mejoramiento progresivo de la calificación de la población.

Si podemos decidirnos a llevar a cabo tales acuerdos de emergencia entre naciones soberanas ahora, es probable que hayamos definido el futuro de esperanza para toda la humanidad, al menos por el milenio venidero.

Entre tanto...

Ningún esfuerzo debe desperdiciarse en tratar de ajustar el valor de lo que en esencia son acreencias monetarias ficticias. En lo inmediato, y por algunos años, tenemos que proteger lo que en estos momentos es esencial, como que las familias ocupen sus viviendas, el funcionamiento de los bancos autorizados localmente por los gobiernos nacionales o regionales, y otras cosas. Al presente no hay modo de determinar de manera fundada cuánto debe cobrarse por una propiedad. Eso sólo quedará más o menos claro en el transcurso de varios años o más. Entre tanto, la vida tiene que continuar; hay que proteger todas las funciones esenciales de la economía física y el bienestar de los hogares; debe dársele prioridad al crecimiento real del empleo productivo, en vez de al financiero–especulativo y en otros "servicios" dudosos. La función de y entre los gobiernos ha de ser la de asegurar que lo que es esencial marche, y que se alcance el crecimiento físico de la producción útil en tanto capital físico y elemento indispensable para toda la población.

Actualmente esto no podría lograrse con un procedimiento ordinario de bancarrota. El mero intento de tomar esa vía sería un desastre para todos los afectados. En cambio, tenemos que usar los "muros de contención" de emergencia de una reforma gubernamental para asegurar que se tomen las medidas físicas esenciales de apoyo a un ritmo de vida normal y una productividad física mejorada, con lo que de otro modo es una presión y tensión mínimas sobre una población que pretende reanudar tanto una vida estable, con sentido y de progreso en los hogares, como el movimiento de los negocios locales en sus respectivas comunidades. Tenemos que fomentar las iniciativas creativas y, por ende, las privadas que sean útiles, en vez de desalentarlas.


El alza de intereses en Japón podría ser el acabose financiero mundial


por Helga Zepp–LaRouche

No obstante las ilusiones de los pequeños inversionistas a los que llevan como reses al matadero a especular con su dinero en los mercados bursátiles, y pese a la insistencia de numerosos analistas financieros de que la decisión del Banco Central de Japón de elevar las tasas de interés, de 0,25 a 0,50%, no afectará mucho el llamado “acarreo de yenes”, el hecho es que esta alza sí tendrá repercusiones tremendas para el sistema financiero mundial, y hasta podría causar su derrumbe.

“No hay nada en el sistema financiero mundial que no esté conectado con el acarreo de yenes”, comentó un banquero europeo. Hay entre 500 y 600 mil millones de dólares en inversiones fuera del Japón, producto del acarreo de yenes baratos. Si el yen empieza a subir ahora debido al alza de intereses, el efecto sería mucho mayor que lo que representa el aumento a 0,50%. Los más beneficiados por el acarreo de yenes son los grandes bancos, los fondos especulativos y los fondos de inversión de capitales, cuyo negocio de derivados en épocas recientes ha llevado a un aumento escalonado en todos los segmentos del mercado mundial. La burbuja gigantesca de la economía tiene que hincharse, es decir, tiene que generar ganancias, y esto requiere un flujo constante de liquidez. Al momento en que estas corrientes de capital empiecen a fluir en dirección contraria por cambios en los tipos de interés y de cambio, el pánico resultante y la aglomeración de riesgos entrelazados podrían causar la desintegración del sistema.

¿Quién tiene la culpa?




Hay un concepto erróneo muy difundido, de que detrás de las “langostas financieras” —que se llevan la mayor tajada del acarreo de yenes y que ahora acaparan todo lo que tienen a la vista, incluyendo las Mittelstand (pequeñas y medianas empresas de Alemania)—, de algún modo acechan “Estados Unidos” y “Wall Street”. De hecho, sí tienen parte; pero, como la revista The Economist informó en un artículo titulado “Revive Britania: Un informe especial sobre Gran Bretaña”, que apareció en su edición del 3 al 9 de febrero de este año, la City de Londres hace alarde de que es el centro financiero más importante del mundo, por lo que el Imperio Británico ha resucitado en la forma de la “globalización”.

Y Londres no es la ciudad capital de una nación común y corriente, sino también de la Mancomunidad, a la que pertenecen las islas Caimán, Bermuda y las Bahamas. Según la autoridad financiera de las Caimán, CIMA, de 9.000 fondos especulativos que hay en el mundo, 7.481 tienen su domicilio legal en las Caimán, una dependencia de la Corona británica. Estos mercados de ultramar no están sujetos a la supervisión o regulación de ningún banco central o gobierno. En 1993 fue aprobada la “ley de Fondos Mutuos”, la que simplificó el establecimiento o registro de fondos especulativos en un sistema desregulado. El propósito era que las islas Caimán —que ya eran, desde el principio de la economía de burbuja y el establecimiento del mercado de eurodólares, una fuente para la creación desmedida de crédito— fueran un eje aun más crucial de la “industria financiera”.

Ya a partir de mediados de los 1990, a los fondos especulativos les dijeron que obtuvieran su personería jurídica en las Caimán, donde podrían operar al margen de las leyes y regulaciones nacionales. Así, los fondos especulativos obtuvieron la mayor tajada del sistema financiero británico. Con el pasar del tiempo los bancos, que al principio eran la fuente principal de crédito para los fondos, fueron consolidándose con los mismos, los cuales, con la absorción de otras empresas, explotan y saquean la riqueza de muchas naciones.

Cómo operan los fondos langosta

Según un informe emitido por la firma consultora McKinsey & Co. en enero de este año, Wall Street y EU están perdiendo terreno frente a Londres como el centro de las finanzas mundiales. Y esto es un asunto de montos demasiado grandes. El Banco de Pagos Internacionales señala que hay en circulación 370 billones de dólares en derivados no regulados. La mayoría de los derivados son los de tipos de interés, que ascienden a 262 billones de dólares, de los que Londres maneja 34%, y Nueva York y Chicago 24%. La tercera categoría más grande de derivados son los de divisas extranjeras, de los que Londres maneja 49% y Nueva York solamente 16%. Y estas burbujas crecen a un ritmo tan descabellado, que sus activos aumentaron cerca de 63% en Londres en 2006, mientras que en EU “sólo” aumentaron 13%.

Pero nadie, ni gobierno ni banco central, sabe la verdadera magnitud de las actividades de las “langostas financieras”, que le chupan la savia a importantes empresas industriales y las dejan en la ruina. Varios se quejan de la falta de transparencia en estas transacciones, entre ellos el ministro de Finanzas de Alemania, Peer Steinbrück. Si uno suma el enorme saqueo que llevan a cabo estos “ladrones y pillos”, como les llamó un dirigente sindical de la GBM británica, no es de sorprender que los Gobiernos de Gran Bretaña y EU se opongan, hasta la fecha, a cualquier intento por regular a este monstruo depredador.

Cuando el dirigente socialdemócrata alemán Franz Müntefering primero llamó “langostas” a los fondos especulativos y de inversión de capitales a mediados de 2005, la prensa financiera internacional cometió el absurdo de acusarlo de antisemita. Desde entonces, han creado el mito de que Alemania, por declaraciones como ésta y por sus reiteradas demandas de que haya transparencia y hasta regulación, ha causado un daño irreparable. En realidad ésta es una calumnia velada que han puesto en circulación círculos financieros internacionales, del tipo que describe John Perkins en su libro Confesiones de un sicario económico, mismo que vale la pena leer.

El hecho es que la piratería desalmada de las langostas no sólo ha causado pérdidas enormes de propiedad pública, sino que la codicia desmedida de los especuladores los lleva a tomar riesgos que representan el peligro más grande que haya enfrentado el sistema financiero mundial en mucho tiempo. El creciente volumen del acarreo de yenes, respaldado por el ascenso de los fondos especulativos, podría causar que explote el sistema en cualquier momento. Las langostas, con sangre fría, aprovecharían el hecho de que las tasas de interés no fluctúan por la oferta y la demanda, sino que las fijan los bancos centrales. Desde que Japón cedió a las demandas de Washington y Londres de mantener sus tasas de interés al mínimo, por años la política efectiva ha sido la de cero interés, lo que permitió que estallara una espiral especulativa debido a la inyección de liquidez en varias burbujas con el acarreo de yenes. Pero ahora que ocho miembros de la junta gobernante del Banco Central de Japón han mostrado más interés en la estabilidad del yen que en la reacción en cadena potencial que desataría este aumento en las tasas, las cosas van a cambiar.

En septiembre de 1998, resultado de un incumpliento del Estado ruso en agosto de ese año, el fondo especulativo LTCM, a la sazón el más grande del mundo, quebró, lo que a su vez amenazó con echar por tierra a todo el sistema financiero mundial, como reconoció el Banco de Pagos Internacionales en un informe anual. Sólo por la intervención de los 16 principales bancos del mundo, que juntaron un fondo de rescate de más de 4 mil millones de dólares para el LTCM, con lo que estabilizaron más de 100 mil millones de dólares en derivados, pudo salvarse al sistema del acabose.

A partir de entonces, el número de fondos especulativos y la magnitud de su saqueo han crecido de forma desmedida. El sistema financiero mundial y sus bancos, que están endeudados hasta el cuello, son hoy un campo minado y, literalmente, miles de esas minas estallarán, lo que causará un superderrumbe. De allí que, por ejemplo, una guerra contra Irán sería un golpe mortal al sistema financiero y sumiría al mundo en el caos. No puede descartarse que un sector de la oligarquía financiera vea eso como la única forma de mantener su control, y de impedir que los desplacen aquellos a favor del bien común.

Un Nuevo Bretton Woods, ¡ya!

Tan sólo hay una salida: un Gobierno de Estados Unidos libre de Dick Cheney y George W. Bush que, junto con Rusia, China e India, ponga sobre el tapete la propuesta de Lyndon LaRouche de establecer una nueva arquitectura financiera mundial en la tradición de Franklin Delano Roosevelt, cosa que ya se discute en el Congreso estadounidense. Los fondos especulativos y de inversión de capitales, y sus activos virtuales, no tendrían cabida en un nuevo sistema semejante. La mejor forma en que las naciones de Europa y América podrían actuar en aras de su interés propio, sería ayudar a que este Nuevo Bretton Woods se haga realidad.

El crac hipotecario aniquila al 'importador de último recurso'

Resumen Ejecutivo.
por Dennis Small


El último anuncio del Banco Central mexicano en gran medida pasó desapercibido en el ámbito internacional, y aun en México apenas hizo ruido. Pero fue un hito de la mayor importancia para las economías de México y Estados Unidos de América, y en realidad para todo el sistema mundial de la globalización y el libre comercio que ahora estalla.

Según cifras oficiales, las remesas de dinero que envían los 13 millones de mexicanos que ahora viven en EU cayeron 2% en el segundo trimestre de 2007. Ésta es la primera vez que se da una caída trimestral, de un año para el otro, en las remesas, en lo que algunos neciamente llegaron a creer que era una máquina de reciclamiento perpetuo de mano de obra extranjera barata que generaba un flujo creciente de dólares que, luego de pasar por México, iba a parar como pago a los acreedores financieros internacionales de México.

Esa ilusión ha quedado totalmente pulverizada ahora. Las cifras del segundo trimestre de 2007 no pueden minimizarse como una mera lucesita en la pantalla: las remesas han sufrido una caída continua en los últimos cinco trimestres. Y lo peor aún está por venir. Lo que presenciamos en realidad es lo que Lyndon LaRouche ha descrito como "la defunción de un importador de último recurso". Tal como lo pronosticó LaRouche hace casi siete años, en un artículo que con ese título publicó Resumen ejecutivo en su edición de la 2ª quincena de enero de 2001:

"Lo que se viene abajo ahora no es una economía, sino una vasta burbuja financiera cuya expresión económica principal es el papel del sistema financiero estadounidense como 'importador de último recurso' para el mundo en general...




"Vean cómo se recurre a operaciones prácticamente de esclavización de la mano de obra en el extranjero para exportar empleo productivo de los Estados Unidos (así como de Europa Occidental) a regiones donde el precio de la mano de obra es el más bajo y las destrezas relativas las más marginales. Miren esas dizque empresas industriales estadounidenses. ¿Qué porción de los ingresos totales de esas entidades ha sido reflejo de la pura especulación financiera, como la de las fusiones y adquisiciones con eje en el distrito financiero de Londres?

"De hecho, el mundo viene sosteniendo hasta ahora una enorme burbuja financiera denominada en dólares estadounidenses, en gran medida para apuntalar el papel de 'importador de último recurso' que desempeña para buena parte del mundo la inflada e intrínsecamente quebrada economía estadounidense.

"¿Qué pasa cuando esa burbuja financiera entra a su fase inevitable de desintegración en cadena?"

Lo que LaRouche advirtió entonces, hace siete años, está sucediendo ahora; y el estallido en marcha de la burbuja inmobiliaria golpeará de lleno la capacidad de México para sencillamente sobrevivir. Los antecedentes inmediatos de esto son los siguientes.

El fiasco del libre comercio
Con la destrucción de las manufacturas mexicanas, que aceleró con la instauración del TLCAN en 1994, millones de mexicanos huyeron hacia EU en un esfuerzo desesperado por sobrevivir y por salvar a sus familias. Hoy México no sólo exporta productos a EUA; exporta su fuerza laboral, que no puede sobrevivir en el país con la política británica de la "globalización". Casi 13 millones de mexicanos —más de 10% de la población— han emigrado a EU.

Como resultado, las remesas que estos refugiados económicos envían a sus hogares aumentaron 20% por año entre 1994 y 2006, para llegar a la asombrosa cifra de 23 mil millones de dólares el año pasado. Eso es más de lo que México obtiente de cualquier otra fuente de divisas, aparte de sus exportaciones de petróleo. Sin eso, México no puede pagar sus importaciones ni su gran deuda externa.

Aunque el total de las remesas trimestrales ha aumentado —hasta la caída del último trimestre—, su ritmo de crecimiento ha venido disminuyendo a paso firme desde principios de 2006, conforme el desplome de la economía estadounidense se traduce en pérdida de empleos hasta para la mano de obra barata de los inmigrantes. Como muestra la gráfica 1, la desaceleración se aprecia con más claridad en la curva del promedio variable tetratrimestral de la última década.

Cuando nos enfocamos en el período que empieza en enero de 2004 (como lo hacemos en la gráfica 2), la disminución abrupta del ritmo de crecimiento es aun más patente, hasta alcanzar un crecimiento negativo en el segundo trimestre de 2007.

Y esto no es más que una probadita de lo que viene. El estallido actual del mercado inmobiliario de EU causará estragos en este estrato, pues la principal fuente de empleo de los trabajadores que envían remesas es la construcción, que da cuenta de 18,6% de todo el empleo migrante. Hasta la agricultura, que históricamente había constituido la principal actividad de los inmigrantes, ahora sólo representa 16,5% del total. Los obreros se ubican en un distante tercer puesto, con 6,3%.

Las cifras para los hispanos que llegaron a EU después de 2000 son aun más impresionantes: hasta 2006, 30% de ellos trabajaban en la construcción.

Otro indicador significativo del efecto del derrumbe estadounidense es el promedio de remesas por emigrante (ver gráfica 3). No sólo el aumento en el número de emigrantes fue continuo desde los 1970, sino que los envíos por emigrante también aumentaron de manera impresionante de 1990 a 2006. Esto se debió a la dependencia creciente que tienen las familias de los emigrantes en México de las remesas que reciben, para satisfacer sus necesidades más elementales. De hecho, 86% de todo el dinero que mandan a casa es para el "sustento" básico —o sea, comida—, según un estudio reciente del Banco de México.

Pero, como muestra la gráfica 3, el promedio de lo que envía cada inmigrante ha empezado a disminuir, lo cual tendrá graves consecuencias económicas y sociales en México. Con más razón, conforme empeora la cosa, porque el desplome inmobiliario aún no golpea de lleno al estrato de los trabajadores migrantes. Según un estudio del Centro Hispano Pew de marzo de 2007, "los empleos en la construcción se ampliaron para los latinos, a pesar de la depresión del mercado inmobiliario", de 2004 a 2006, porque hasta ahora este estrato ha recibido una tajada más grande del pastel cada vez más pequeño del empleo en la construcción.

Por ejemplo, en 2006 comienza una caída continua en el sector inmobiliario estadounidense, de 2,1 millones en el primer trimestre, a 1,6 millones en el cuarto; una caída de casi 25%. En este período el empleo hispano en la construcción no disminuyó proporcionalmente, sólo porque dos de cada tres plazas nuevas en la construcción las ocuparon hispanos (mexicanos, entre otros). Es claro que este proceso no podía continuar por mucho tiempo.

Con la muerte del "importador de último recurso", el total de mexicanos que emigran a EU también ha empezado a dismninuir. Según el Centro Hispano Pew, en los últimos cuatro o cinco años han emigrado unas 500.000 personas por año, pero en los primeros dos trimestres de 2007 ese ritmo cayó a poco más de la mitad de eso, a unos 290.000 al año.

Además de la tendencia económica subyacente, las redes leales al vicepresidente estadounidense Dick Cheney han emprendido una sucia campaña antiinmigrante que también ha contribuido a esta reducción. LaRouche comentó hace poco a este respecto: "A veces lo que haces, cuando montas una operación, es que aprovechas una tendencia. La tendencia te da una palanca; entonces aumentas el efecto de esa palanca. La mejor forma de encubrir una operación sucia es con algo que ya está en marcha por otros motivos".

La comida también
Con la globalización, que ahora ha topado con pared, la capacidad de México para exportar su fuerza laboral a EU ha hecho las veces de una válvula de seguridad que alivia la presión de la contracción de las oportunidades de empleo a su interior, de la producción manufacturera, y en especial de la producción de alimentos. Pero ahora que dicha válvula de seguridad se está cerrando y el ambiente de deportaciones se calienta en EUA, la caída en la producción de alimentos en México está rompiendo nuevas marcas.

A consecuencia del TLCAN y políticas relacionadas de la globalización, México, que en gran medida había alcanzado la autosuficiencia alimentaria hace 30 años, ahora importa cerca de 30% de sus granos básicos. De hecho, ahora es el tercer importador mundial de productos básicos como maíz, arroz, sorgo y leche en polvo. La situación es especialmente peligrosa en cuanto al maíz, el ingrediente principal del alimento básico en la dieta del mexixcano: la tortilla. A principios de 2007, cuando el precio del maíz aumentó 50% en sólo dos semanas, el presidente Felipe Calderón dijo que importaría maíz de donde fuera para tratar de reducir su precio y mitigar la escasez. Al menos en eso sí se apegó a su palabra: en los nueve meses desde que asumió la presidencia, las importaciones de maíz han aumentado 119%, pero la producción nacional está desapareciendo por falta de crédito, de agua y de la infraestructura de la que carece toda la economía en general.

El cierre de la válvula de seguridad de la emigración; la caída en las remesas, que deja a México con menos dinero para comprar la poca comida disponible; y la producción menguante de alimentos en relación con las importaciones, la muerte del "importador de último recurso", que hace tanto pronosticó LaRouche y que ahora deviene en realidad con la crisis inmobiliaria estadounidense, no le augura nada bueno a la estabilidad económica y social de México bajo el sistema actual

Declaración del LYM para Iberoamérica:


Únete a LaRouche en la construcción del puente al futuro
Los informes económicos sobre el caos en los mercados que presentan los medios de comunicación en estos días, no son más que la lluvia de escombros que cae del cielo, de una explosión que ya sucedió. El sistema financiero, que en los últimos treinta años se montó sobre el proceso económico mundial, se agotó y, junto con él, nuestra capacidad física para mantenernos vivos.

Sin embargo, esto no ha sucedido por falta de alternativas.

Lyndon LaRouche, el connotado economista y ex candidato presidencial demócrata estadounidense, advirtió de este proceso ¡hace más de 35 años!

Pero la generación que hoy tiene a su cargo la toma de decisiones -los políticos, los empresarios, los académicos, etc.- una y otra vez ha dejado de adoptar las medidas necesarias para evitar una caída estrepitosa de la economía, como la que hoy vivimos y que nos acarreará las condiciones de reducción de la población mundial -el genocidio que desea la oligarquía global- mediante la hambruna y las pestes, que el desplome financiero mismo generará.

Así, el pasado 12 de agosto la presidente del Instituto Schiller y del partido BüSo (Movimiento de Derechos Civiles Solidaridad) de Alemania, Helga Zepp-LaRouche, en su llamado internacional para la creación de un Nuevo Bretton Woods, explica:

"El derrumbe sistémico del sistema financiero mundial está en plena marcha. Lo desató -aunque no es la causa- el desplome del mercado de las hipotecas de alto riesgo en Estados Unidos y el fin del acarreo inflacionario de yenes en Japón, con lo cual se derrumbó el castillo de naipes de los 'instrumentos financieros creativos', como definió Alan Greenspan a los diversos derivados de crédito. Muchos más financieros hipotecarios estadounidenses se van a declarar en insolvencia y más bancos irán a la quiebra en el vórtice de la crisis crediticia. Actualmente circulan casi 10 billones de dólares en préstamos hipotecarios en EU, de los cuales más de un tercio son créditos de alto riesgo. En Alemania los ejemplos de los bancos IKB-Bank y Westdeutsche LandesBank muestran que sus directivas no quieren admitir a cuánto ascienden sus pérdidas.



"El mito de que los bancos centrales tienen una cantidad ilimitada de recursos para mantener siempre bajo control cualquier derrumbe está reventando. Están atrapados entre la Escila del combate a la inflación con altas tasas de interés -que urge por la evidente inflación en los alimentos, las materias primas y el petróleo, pero que llevará a un estallido más grande de las burbuja hipotecaria estadounidense y otras parecidas- y el Caribdis de la crisis crediticia que ha desatado el derrumbe de los créditos apalancados. Si los bancos centrales tratan de detener una reacción en cadena mediante la inyección de liquidez por el orden de los cientos de miles de millones de dólares, como ocurrió precisamente en cuestión de 24 horas durante la segunda semana de agosto, esto sólo puede significar que habrá una hiperinflación como la de la Alemania de Weimer en 1923, pero esta vez no sólo en un país, sino a escala mundial.

"Es un dilema sin salida: el sistema está acabado".[1]
Vivimos momentos históricos: - - El plan LaRouche
En medio de esta debacle financiera, el estadista y economista físico estadounidense Lyndon LaRouche ha venido impulsando una propuesta internacional para forzar un cambio de fase en el actual modelo económico mundial, con su reestructuración por bancarrota y rompiendo con los parámetros monetaristas y financieros actuales, para fundarnos en la economía física, que encuentra su pilar fundamental en la chispa de la creatividad, cualidad exclusiva del ser humano.

Primero, hay que someter al sistema del Fondo Monetario Internacional (FMI) a una reorganización por bancarrota y crear un Nuevo Bretton Woods, para emitir crédito nuevo de largo plazo y a bajas tasas de interés. Con esto, podemos poner de nuevo el acento en la inversión productiva en grandes obras de infraestrucutra.

El eje de esta propuesta estriba en su perspectiva de largo plazo, algo impensable o cuasiinexistente en las finanzas de los banqueros actuales, una perspectiva que cobra cuerpo en el proyecto del Puente Terrestre Mundial que uniría a casi todos los continentes, al fortalecer el florecimiento de Estados verdaderamente soberanos mediante la aplicación de tecnologías de punta en las áreas cruciales de la infraestructura económica básica. Estamos hablando de corredores troncales de transporte terrestre a base de trenes de levitación magnética (maglev), y de mucha, mucha energía nuclear de fisión. Es decir, en una primera etapa se emprendería un programa de desarrollo del potencial energético nuclear, con lo cual podremos desencadenar procesos que antes eran imposibles, como reverdecer los desiertos, desalar agua de mar para el consumo humano, olvidarnos de la combustión de petróleo para así destinarlo a la industria química y de los plásticos, y abrirle paso al perfeccionamiento de la energía de fusión. En fin, hay que romper la regla de oro de la oligarquía financiera mundial y de sus voceros como el desprestigiado Al Gore, con esta idea truncada de que el ser humano es una peste que está destruyendo al mundo con su "sobrepoblación" y el consiguiente "desarrollo industrial".

La humanidad abrió una puerta al optimismo cuando parte del proyecto que ha impulsado el señor LaRouche en las últimas décadas para alcanzar la paz mediante el desarrollo saltó a primer plano el 18 de abril, cuando Rusia le propuso oficialmente a Estados Unidos colaborar en la construcción de un túnel por debajo del estrecho de Bering, que uniría el Ferrocarril Transiberiano ruso con las redes ferroviarias de Alaska y Estados Unidos mediante trenes de alta velocidad. El "Plan LaRouche" especifica que hay que crear corredores de desarrollo de 100 km de ancho en torno a estas nuevas vías férreas, para que el interior de los países se desarrolle en beneficio de la calidad de vida de sus habitantes, con tecnología de avanzada y obras de infraestructura básica financiadas con el crédito estatal del sistema financiero de un Nuevo Bretton Woods. Esto recibió una rápida respuesta por parte del presidente de la Asociación Lyndon LaRouche de Colombia, Maximiliano Londoño Penilla, quien instó al presidente colombiano Álvaro Uribe a actuar de inmediato para vincular el Puente Terrestre Eurasiático-Norteamericano con Sudamérica, con la construcción de un ferrocarril que salve el tapón de Darién y, así, hacer realidad el Puente Terrestre Mundial.

El progreso no es algo imposible. En un mundo en el que hay desarrollo, debemos madurar como generación en este planeta, asumir nuestra humanidad, y acabar de una vez por todas con la pobreza en la que hoy viven 3 mil millones de personas. Para la humanidad, la economía es la ciencia que le permite ir en la busqueda constante del bienestar general. Nuestra misión como seres humanos es desarrollarnos para contribuir al provecho de las generaciones por venir.

Los jóvenes construiremos el futuro
El Movimiento de Juventudes Larouchistas (LYM) internacional tiene este papel decisivo que desempeñar en la creación y puesta en marcha del liderato necesario que consolidará la cooperación continental de todas las naciones en las próximas generaciones.

En EU la batalla es árdua y acelerada por enjuiciar al vicepresidente Dick Cheney antes de que el sistema mundial se desplome, a fin de poder regresar a las políticas de crecimiento, construcción de infraestructura y empleo a gran escala de Franklin Delano Roosevelt, como lo propone LaRouche en su ley de Recuperación Económica de 2006.[2]
En Europa, el LYM tiene la tarea de construir el lazo con esta tradición, que ya resuena en ambos extremos del Atlántico, en EU y en Rusia. Y esto lo catalizará la próxima conferencia que tendrá lugar el 15 y 16 de septiembre en Alemania, "¡El Puente Terrestre Eurasiático se hace realidad! Un nuevo orden mundial para la paz mediante corredores de desarrollo", en la que intervendrán expositores de varios continentes.

Y en Iberoamérica, el desafío que este movimiento de jóvenes ha aceptado es histórico y divertido. Tenemos que consolidar la integración continental en torno a estos proyectos mundiales. Hay que reivindicar a nuestros líderes actuales, a los verdaderos héroes de la patria, a aquellos que supieron darle batalla al pulpo de la oligarquía financiera al reconocer el carácter histórico de sus decisiones políticas. Tal es el caso del ex presidente de México, José López Portillo, quien a principios de los 1980 se alió con Lyndon LaRouche para defender a su país de las políticas genocidas del FMI, e hizo un llamado histórico por un nuevo orden mundial más justo en un discurso que dio en las Naciones Unidas el 1 de octubre de 1982, cuyo 25 aniversario celebramos este año.[3] En 1998 López Portillo hizo un nuevo llamado público, cuando dijo: "Es necesario que el mundo escuche la sabia palabra de Lyndon LaRouche".

Hoy también tenemos dirigentes que enarbolan la bandera de la soberanía económica y nacional, lejos de las ataduras de los fondos buitre y de las decrépitas instituciones financieras del FMI y el Banco Mundial. Un caso ejemplar es el del actual Presidente de Argentina, Néstor Kirchner, así como el de su esposa, Cristina Fernández de Kirchner, candidata a continuar este legado, y el del actual Presidente de Ecuador, Rafael Correa, quienes hoy promueven -junto con otras naciones- un proceso de integración con la propuesta de crear el "Banco del Sur" y el "Fondo del Sur", destinados fomentar el desarrollo infraestructural que los países iberoamericanos necesitan, libres de las recetas retrógradas del FMI.

Por eso, para ser victoriosos, tenemos que vincular estas peleas nacionales y regionales con la batalla internacional que encabeza Lyndon LaRouche por un Nuevo Bretton Woods y por una nueva era de la humanidad, de fomento de las condiciones económico-física que permitan el pleno desarrollo de los poderes creativos de todo ser humano en el planeta, presente y futuro.


Los paréntesis del capitalismo


Miguel Izu
Rebelión
Hace unos días causaron cierto escándalo las declaraciones del presidente de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) pidiendo que se haga un paréntesis en la economía de mercado para salir de la actual crisis económica. Se le vino a acusar por tal sugerencia de desfachatez e incoherencia, dando por supuesto que los empresarios deben defender siempre el mercado.

Y sin embargo, el presidente de la CEOE, en mi opinión, actuaba en total coherencia con los intereses que defiende (también con la desfachatez propia del cargo, pero esa es otra cuestión). No hay que olvidar que vivimos en una economía capitalista. Cierto que a lo largo del siglo XX la crítica al capitalismo, basada en buena medida en la que hizo Marx pero también en la de otros campos como la doctrina social católica o el keynesianismo, ha conseguido un importante éxito y es que sus defensores se avergüencen del nombre. Hoy se prefiere hablar de economía de mercado, libre competencia, libertad de empresa, apertura de los mercados, sociedad abierta, globalización del desarrollo, crecimiento económico, toda una serie de etiquetas biensonantes que pretenden describir el sistema imperante. Incluso hay quienes lo describen simplemente como democracia.





Pero arañando un poquito para que salga a la superficie lo que disfraza esta operación de marketing nos encontramos con el mismo sistema económico que viene funcionando desde hace unos siglos: el capitalismo. Adaptado, eso sí, a los tiempos, porque su capacidad de adaptación es notable. Pero capitalismo al fin, que no supone otra cosa que un sistema basado en la acumulación incesante de capital y el dominio del capital (de los que lo poseen o manejan) sobre todos los factores económicos, sobre el trabajo, la producción y el intercambio de bienes y servicios, y a través de ese dominio también sobre la estructura social y política.

Lo que mueve al capitalismo, un sistema esencialmente depredador y con escasos escrúpulos, es la necesidad de acumular, de ganar más y más, de vencer todos los obstáculos que se opongan a mejorar la cuenta de resultados, lo único importante. Lo demás es todo accidental o, mejor, instrumental, y por ello se puede adoptar o se puede abandonar, o si hace falta se abandona transitoriamente haciendo un paréntesis para retomarlo cuando interese.

Así, la economía de mercado suele constituir una buena herramienta para el desarrollo capitalista. Pero ojo; no siempre imprescindible. Contrariamente a lo que se dice, ni el mercado lo crea la iniciativa privada ni se opone a la intervención estatal. Es el Estado quien garantiza la existencia de mercado porque este exige seguridad en las transacciones y confianza de los participantes en que los contratos se cumplen y las deudas se pagan. Esto sólo se consigue de dos maneras: o lo hace el Estado estableciendo leyes, jueces, policías, o lo hacen los propios hombres de negocios (así se denominaban a sí mismos Vito Corleone y los suyos). Pero con esta segunda opción, la ley de la jungla y las prácticas mafiosas, a medio y largo plazo se degenera en la destrucción del propio mercado y el establecimiento del monopolio a favor del más fuerte, riesgo que acecha siempre a los sistemas basados en la competencia si no aparece un árbitro con autoridad para regularla. Ni el mercado ni la iniciativa privada son capaces por sí mismos de producir la estabilidad y confianza necesarias para que funcione la economía; y si queremos un ejemplo claro, ahí tenemos ahora mismo a los bancos centrales, encabezados por la Reserva Federal norteamericana, tomando medidas desesperadas para remediar la crisis de confianza que se ha instalado en el sistema financiero. Después de unos años de abusar del libre mercado y de predicar la limitación de la intervención estatal el caos generado por la mano invisible aconseja prescindir un tiempo de la receta.

No hay problema. El capitalismo ha sido liberal a ratos, pero no siempre. En sus inicios ha estado aliado con el absolutismo, el proteccionismo y la concesión de monopolios industriales y comerciales. Es decir, con el mercado limitado. Casi todos los países han cimentado su desarrollo económico en una fuerte iniciativa estatal (¿tendremos que recordar otra vez los planes de desarrollo del franquismo?). Pero la compañía del Estado es prescindible; a partir de cierto momento los empresarios prefieren volar solos en el mercado y se reconvierten al liberalismo, sobre todo, económico pero que acaba contagiándose en el plano político. Los cambios que experimenta un capitalismo inicialmente basado en la producción pero luego en el consumo desenfrenado primero de productos y más tarde de servicios requieren también un entorno político adaptable. Del absolutismo pasan a impulsar los sistemas constitucionales liberales, y de éstos a los democráticos. Pero tampoco hay que ser fundamentalistas de la democracia; cuando el capital está en riesgo también se puede hacer un paréntesis en la democracia (Alemania 1933, España 1936, Chile 1973, China ahora mismo y un larguísimo etcétera de alianzas entre dictaduras y capitalistas).


Tampoco ha sido problema transigir, cuando ha interesado, del liberalismo económico. En la Europa de las posguerras mundiales hubo que pactar y dar lugar a lo que se ha llamado “economía social de mercado”. Es decir, mercado pero con cierto grado de intervención estatal y un sistema público de protección social. En España incorporamos este modelo a la Constitución de 1978. Se garantiza la economía de mercado, la propiedad y la iniciativa privada. Pero también la subordinación de toda la riqueza a los intereses generales; la posibilidad de reservar al sector público recursos o servicios esenciales; el fomento de la participación de los trabajadores en la empresa, de las cooperativas y del acceso de los trabajadores a la propiedad de los medios de producción; la planificación de la actividad económica general para atender a las necesidades colectivas; una distribución de la renta regional y personal más equitativa; la política de pleno empleo; la utilización del suelo de acuerdo con el interés general para impedir la especulación y la participación pública en las plusvalías que genere la acción urbanística. Puede parecer mentira pero todas estas medidas no provienen del programa de Hugo Chávez sino que están literalmente en la Constitución española. Claro que llevamos ya muchos años de paréntesis en su aplicación porque tuvo la desgracia de promulgarse justo cuando los vientos estaban girando hacia el neoliberalismo.

En fin, que no hay nada nuevo bajo el sol. Tras el de la economía social ahora le toca un pequeño paréntesis al mercado. Mientras se pudo ordeñar el mercado, se ordeñó con avaricia, pero ahora que sus ubres están secas hay que ir a sacar dinero de donde hay, al erario público. Retomemos el criterio social aunque sólo para socializar el riesgo y las pérdidas. Los contribuyentes que hemos estado pagando para apoyar que las empresas ganen dinero seguiremos pagando para que no lo pierdan. Estas son las reglas del juego.


domingo, 30 de noviembre de 2008

LA VERDADERA ESTRUCTURA DEL PODER MUNDIAL


EL COUNCIL ON FOREIGN RELATIONS (CFR): La CARA OCULTA del PODER GLOBALIZADO

Como funciona el gobierno mundial invisible ... El Council on Foreign Relations (CFR) conforma una organización discreta, de muy bajo perfil público, y de alta efectividad, integrada por unos 3.600 miembros del más alto nivel, prestigio e influencia en sus respectivas disciplinas y ámbitos de poder, tanto en EEUU como en Europa. Reúne a los más altos directivos de instituciones financieras, colosos industriales y medios de comunicación social, investigadores, académicos, oficiales militares de máxima graduación, políticos, funcionarios públicos, decanos de universidades y centros de estudios. Un verdadero gobierno mundial invisible.

Por Adrian Salbuchi
10/06/03/
El Council on Foreign Relations (CFR) es una organización poco conocida pero muy influyente en los asuntos internacionales que ha ido creciendo en poder, prestigio y amplitud de ámbitos de acción, hasta tal punto que ya en nuestros días podemos decir que conforma el auténtico “cerebro del mundo” que direcciona el rumbo complejo e incierto hacia el que se empuja y arrastra al planeta entero.

No existe pueblo, región o segmento económico, social, o político que pueda extraerse a su influencia y es, precisamente, el hecho de haber logrado permanecer “detrás del telón” lo que le otorga al CFR su inusitada fuerza e influencia. Hoy, el CFR conforma una organización discreta de muy bajo perfil público y de alta efectividad, integrada por unos 3.600 miembros del más alto calibre, prestigio e influencia en sus respectivas disciplinas y ámbitos de poder.

De esta manera, reúne a altos directivos de instituciones financieras, colosos industriales y medios de comunicación social; a investigadores y académicos; a oficiales militares de máxima jerarquía; y a políticos, funcionarios públicos y decanos de universidades, facultades y centros de estudios.

Sus objetivos fundamentales consisten en identificar y evaluar amplios conjuntos de factores políticos, económicos, financieros, sociales, culturales y militares que abarcan a toda faceta imaginable de la vida pública y privada de los Estados Unidos, de sus Aliados y del resto del mundo.



Hoy, gracias al enorme poder de Estados Unidos, el ámbito de análisis del CFR abarca al planeta entero. En rigor de verdad, el CFR conforma un poderoso centro de análisis y planeamiento geopolítico y estratégico.

Sus investigaciones y evaluaciones son realizadas por distintos investigadores y grupos de trabajo conformados dentro del seno del CFR, que se dedican a identificar amenazas y oportunidades del entorno mundial, evaluar las fuerzas y debilidades de los intereses agrupados dentro del CFR, y realizar amplios planes estratégicos, tácticos y operativos en todos los ámbitos a los que nos hemos referido.

Aunque estas intensas, profundas y efectivísimas tareas se realizan dentro del ámbito del CFR, la clave para comprender su accionar radica en el hecho de que el CFR jamás opera por sí misma, sino que son sus miembros individuales los que lo hacen.

Y ello siempre desde sus ámbitos formales de acción y poder, que son las empresas multi y transnacionales, los bancos internacionales, las instituciones multilaterales internacionales, los gobiernos, las universidades, las fuerzas armadas y los medios de comunicación social. Esos mismbros del CFR jamás invocan o siquiera aluden a su pertenencia dentro de la institución, ni mucho menos la invocan.

Los ámbitos naturales de poder de cada uno de sus miembros a los que nos referimos son, por demás, muy poderosos ya que hoy encontramos que son miembros del CFR buena parte de los presidentes, gerentes y accionistas de las empresas Fortune 500[1] que en su conjunto manejan casi el 80% de la economía estadounidense, emplean a más de 25 millones de personas, y en su conjunto tienen un valor de mercado que equivale a dos veces y media el PBI de los Estados Unidos.

Pero también son miembros del CFR los máximos directivos de los grandes bancos como el Chase Manhattan de la familia Rockefeller que acaba de fusionarse con el banco J P Morgan, el Bank of America y el actual número, CitiGroup, cuya capitalización hoy excede los 250.000 millones de dólares; los directivos y formadores de opinión de los ocho monopolios multimedia mundiales; los rectores y decanos de las grandes universidades y facutades como Harvard, MIT Massachussets Institute of Technology, Columbia, Johns Hopkins, Princeton, Yale, Stanford, y Chicago; y – factor clave en esta verdadera rueda de poder planetario -, los 150 puestos clave del gobierno estadounidense incluyendo los cargos más relevantes en sus fuerzas armadas.

MIEMBROS ENCUMBRADOS DEL CFR

En otra obra hemos brindado amplia información al respecto[2]; aquí mencionamos a tan sólo unos pocos encumbrados y podersosos miembros del CFR como David Rockefeller, Henry Kissinger, Bill Clinton, Zbigniew Brzezinski, George H.W. Bush, la ex-secretaria de estado Madeleine Albright, el especulador internacional George Soros, el juez de la corte suprema Stephen Breyer, Laurence A. Tisch (presidente de la cadena Lowes/CBS), el secretario de estado Gral. L. Colin Powell, Jack Welsh (presidente de General Electric Company), W. Thomas Johnson (presidente de CNN y hoy director de Aol/Time-Warner), Katherine Graham (recientemente fallecida presidenta del grupo Washington Post / Newsweek / International Herald Tribune); Richard Cheney (vicepresidente de EE. UU., ex-secretario de defensa de George Bush (padre), y ex-presidente de la petrolera Halliburton), Samuel “Sandy” Berger (asesor del presidente Clinton en seguridad nacional), John M. Deutch (ex-director de la CIA del presidente Clinton), Alan Greenspan (gobernador del Banco de la Reserva Federal), Stanley Fischer (ex-director gerente del Fondo Monetario Internacional y actual director del CitiGroup), Anne Krueger (actual vicedirectora del FMI), James D. Wolfensohn (presidente del Banco Mundial), Paul Volcker (presidente del CS First Boston Bank y ex-gobernador de la Reserva Federal), John Reed (director y ex-presidente de CitiGroup); los economistas Jeffrey Sachs, Lester Thurow, Martin Feldman y Richard N Cooper; el ex-secretario del Tesoro, ex-presidente de Goldman Sachs y actual co-Chairman de CitiGroup, Robert E. Rubin, el ex-secretario de estado del presidente Reagan y “mediador” en el conflicto de Malvinas, Gral. Alexander Haig, el “mediador” en el conflicto de los Balcanes, Richard Holbrooke, el presidente de IBM, Louis V. Gerstner, el senador demócrata por el estado de Maine, George J. Mitchell, el diputado republicano, Newt Gingrich, y la asesora del presidente Bush en seguridad nacional, Condoleeza Rice, el representante comercial de Bush Robert Zoellick, Elliot Abrams, William Perry, Mark Falcoff, Paul Wolfowitz, Richard N. Perle, y Richard Armitage, entre muchos otros.

Aquí, entonces, hallamos la clave de la alta efectividad del CFR, por cuanto aquellas decisiones y planificaciones que se realizan y acuerdan durante sus reuniones, conferencias, y grupos de trabajo a puertas cerradas, son luego ejecutadas por sus diversos miembros desde sus ámbitos formales de poder. ¡Y qué ámbitos de poder que son éstos!

Resulta lógico inferir que si dentro del CFR se diseña un conjunto de planes respecto de, digamos, la globalización de la economía y las finanzas, o cuales regiones del planeta tendrán paz y prosperidad, y cuales se hundirán en sangrientos conflictos, y se las decide llevar a cabo, entonces ¿que duda puede haber que la acción coordinada de personalidades como el presidente de la nación, sus secretarios de estado, defensa, comercio y tesoro, de los principales banqueros y financistas, capitanes de industria, directivos de medios de difusión, militares y académicos, habrá de conducir a resultados concretos, efectivos y, por cierto, irresistibles?

En verdad, para comprender cómo funciona realmente el mundo actual, resulta preciso diferenciar el poder formal del poder real.
Lo que los medios de difusión nos transmiten con altísimo perfil público a diario en los noticieros de televisión y en los periódicos no es otra cosa que los resultados visibles y concretos de las acciones de las estructuras del poder formal: especialmente los gobiernos nacionales y la reacción de los mercados ante las decisiones sualmente unilaterales de la estructura tecnocrática y supranacional de las finanzas y las empresas.

Pero el poder real es aquél que de manera menos visible, planifica y decide qué va a ocurrir cuándo, dónde, y quienes lo ejecutarán.


EL ROL ESPECIAL DE LOS ESTADOS UNIDOS DE NORTEAMÉRICA

Dado que Estados Unidos es hoy la única superpotencia del planeta, resulta razonable suponer que la estructura de poder mundial – pues de ello se trata – que administra el gobierno mundial, lo hace transitoriamente desde el propio territorio y estructura política y económica de los Estados Unidos.

Ello no implica que el pueblo estadounidense necesariamente forme parte de este esquema, sino más bien que lo conforman sus elites y clase dirigente; el así llamado Establishment. Se trata, entonces, de poderes que operan dentro de Estados Unidos (como también lo hacen dentro del Reino Unido, Francia, Alemania, Japón, España, Argentina, Brasil y Corea), pero no necesariamente pertenecen a los Estados Unidos (como sus contrapartidas en otras naciones tampoco representan a esos pueblos, ni obedecen necesariamente a sus intereses).

Para comprender como funciona realmente Estados Unidos, conviene recordar que sus políticas – especialmente su política exterior – se administran desde Washington DC (ellos mismos se refieren a su gobierno como “The Administration”) que es la sede del poder formal.

Sin embargo, el verdadero gobierno estadounidense impera desde Nueva York, sede del poder real.
Ello es comprensible puesto que el poder real requiere de una sólida e ininterrumpida continuidad y consistencia para poder llevar a cabo complejas estrategias en el espacio y el tiempo que abarcan a todo planeta y se proyectan a través de décadas enteras.

Estos centros de poder rápidamente comprendieron hace ya muchas décadas que no hay nada más ineficiente e ineficaz para la continuidad y consistencia en el diseño y ejecución de estrategias políticas, económicas, financieras y sociales, que el sistema democrático que con su alto perfil público y periódicos recambios obliga a dirigentes a dar permanentes explicaciones al demos a cada paso.

Cuánto mejor resulta operar discretamente, desde lo que formalmente es un mero gentlemen’s club[3] como el CFR, del que hombres poderosos e influyentes son miembros, directivos o incluso presidentes durante décadas enteras sin tener que rendirle cuentas a absolutamente nadie, fuera de sus pares dentro de la propia organización.

Así, 3.600 poderosas personas pueden ejercer una influencia gigantesca sobre incontables miles de millones de seres humanos en todo el planeta.

Se trata, en rigor de verdad, del eje central de una verdadera red de hombres y mujeres poderosos, ya que el CFR es complementado por otras organizaciones análogas tanto estadounidenses como internacionales especializadas en el estudio de asuntos geopolíticos internacionales y promover el actual modelo global:
The Hudson Institute, The RAND Corporation[4], The Brookings Institution, The Trilateral Commission[5], The World Economic Forum, Aspen Institute, American Enterprise Institute, Deutsche Gesellschaft für Auswärtigen Politik, Bilderberg Group, Cato Institute, Tavestock institute, y el Carnegie Endowment for International Peace, entre otros.

Todos estos think tanks o bancos de cerebros como se los denomina en el país del norte, reúnen a los mejores hombres en sus respectivos campos a condición de que estén claramente alineados con las premisas básicas de los objetivos políticos de los globalizadores:
la creación de un gobierno mundial privado, la erosión sistemática de las estructuras de todos los estados-nación soberanos (aunque no de todos de la misma manera ni al mismo tiempo, se entiende), la estandarización sociocultural, la imposición de un sistema financiero globalizado especulativo-usurario, el alineamiento de la opinión pública mundial a través de una poderosa acción psicológica a nivel planetaria, y la administración de un sistema de guerra global que mantenga la cohesión de las masas a través del permanente azuzamiento contra algún “enemigo”, sea éste real o imaginario.[6]


LOS PRIMEROS TIEMPOS

Corría el mes de Mayo del año 1919, cuando un grupo compacto de influyentes banqueros, abogados, políticos y académicos – todos ellos participantes de las conversaciones entre los Aliados vencedores y las Potencias Centrales derrotadas en los campos de batalla europeos -, reunidos en el Hotel Majestic de París tomaron una decisión trascendental: formar dos “bancos de cerebros” o logias para defender los intereses mundiales anglonorteamericanos.

Desde estas instituciones que hoy han crecido hasta formar el centro de planeamiento geopolítico y geoeconómico más importante del planeta, se ha venido diseñando a lo largo de ochenta años un nuevo orden mundial que se acomoda a los intereses colonialistas anglo-norteamericanos y de sus aliados de entonces y de hoy.

La estrategia consistía en fundar dos entidades: uno en Londres que habría de denominarse el Royal Institute of International Affairs (RIIA – Instituto Real de Relaciones Internacionales), y otro en los Estados Unidos que tomaría el nombre de Council on Foreign Relations (CFR), con sede en la ciudad de Nueva York.

Ambas organizaciones portaban el claro sello ideológico del socialismo gradual como eje de control colectivo que ya hacia fines del siglo XIX fuera propugnado por la Sociedad Fabiana financiada por el Round Table Group del magnate sudafricano, Cecil Rhodes y la familia de financistas cosmopolitas Rothschild. Al CFR también le darían su apoyo y financiación las más pudientes y poderosas familias estadounidenses como Rockefeller, Morgan, Mellon, Harriman, Aldrich, Schiff, Kahn, Warburg, Lamont, Ford y Carnegie (ésta última, particularmente a través de una organización precursora del CFR, la Carnegie Endowment for International Peace).

Desde su creación, el CFR contó con un importante vocero que, aún hoy, sigue siendo la publicación más prestigiosa e influyente de los Estados Unidos en materia de análisis geopolítico: Foreign Affairs, del que se dice que “lo que hoy se publica en “Foreign Affairs” se transforma mañana en la política exterior oficial de los Estados Unidos”.

Entre los fundadores y primeros directivos del CFR, hallamos a hombres de la talla de Allan Welsh Dulles, uno de los mayores exponentes de la comunidad de planeamiento, inteligencia y espionaje estadounidense que consolidaría la estructura de la CIA, central de inteligencia estadounidense; al periodista Walter Lippmann director-fundador del semanario The New Republic y agudo estratega en acción psicológica; a los banqueros Otto H. Kahn, y Paul Moritz Warburg,[7] éste último nacido en Alemania y emigrado a los Estados Unidos dónde en 1913 diseñó y promovió la legislación que desembocaría en la creación del Federal Reserve Bank, el banco central privado estadounidense que hasta nuestros días ejerce el control sobre toda la estructura financiera de esa nación.

Al finalizar la Segunda Guerra Mundial y como parte del “nuevo orden mundial” de la posguerra, el Banco de la Reserva Federal se vería complementado por el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, también creaciones de miembros del CFR.

Estas tres instituciones en su conjunto controlan el sistema financiero globalizado actual. Conviene aquí señalar que la única verdadera globalización que hoy se aprecia en el mundo es la del sistema financiero que ha escapado a todo control nacional, pues los sistemas económico y político hoy siguen transitoriamente centrados en torno al ámbito nacional.[8]

Entre los fundadores del CFR, hallamos por ejemplo al geógrafo y presidente de la American Geographical Society, Isaiah Bowman, quien tendría a su cargo el equipo angloestadounidense que redibujaría el mapa de Europa tras la Primera Guerra Mundial y que – Tratado de Versalles mediante -, tantos trastornos habría de traer en las décadas subsiguientes. Fueron dos economistas del CFR, Owen D. Young y Charles Dawes, quienes durante los años veinte diseñarían e impulsarían los planes de “refinanciación” de la deuda de guerra impuesta a Alemania por ese mismo Tratado.

Fueron miembros del CFR quienes como altos directivos del Banco de la Reserva Federal generarían las distorsiones y astringencias monetarias que ayudaron a desatar la crisis financiera de 1929.
Fueron miembros del CFR quienes presionarían sobre la opinión pública – a través de los poderosos medios de difusión bajo su control como las cadenas radiales NBC y CBS y los periódicos Washington Post y New York Times, para quebrar la neutralidad estadounidense ante la nueva guerra desatada en Europa a partir de 1939.


LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL

Durante esta contienda en la que Estados Unidos recién participaría formalmente hacia fines de 1941, miembros de alto rango dentro del CFR conformaron el War & Peace Studies Project que se integró lisa y llanamente al Departamento de Estado norteamericano[9] diseñando sus políticas hacia el Japón y Alemania, y luego preparó otro “nuevo orden mundial” para después de la previsible victoria Aliada.

De esta manera, el CFR diseñó y promovió la creación a partir de 1945 de la Organización de las Naciones Unidas como instancia de administración política mundial y algunas de sus agencias económicas clave como el FMI y el Banco Mundial, a través de sus miembros Alger Hiss[10], John J. McCloy[11], W. Averell Harriman, Harry Dexter White[12], James Lovett[13], Dean Acheson[14], George Kennan[15], Charles Bohlen[16] y otros, como así también a través de las conferencias de Dumbarton Oaks (para crear la ONU), Bretton Woods (para crear el FMI, Banco Mundial y el GATT/OMC), Teherán y Yalta (conferencias en las que se acordó la división del mundo en esferas de dominio entre Estados Unidos y la URSS).

Terminada aquella contienda, el Presidente Harry S. Truman instauraría la conocida “Doctrina Truman” de seguridad nacional que toma como punto de partida la doctrina del containment – contención del expansionismo soviético - propuesta por otro miembro del CFR a la sazón embajador en Moscú: George Kennan, en un conocido artículo aparecido en las páginas de Foreign Affairs y firmado “X”, como así también la directiva NSC68 del National Security Council redactado por Paul Nitze, del CFR. Otro tanto fue el caso del así-llamado “Plan Marshall” diseñado por un grupo de trabajo del CFR y ejecutado por W. Averell Harriman entre otros.

De manera que para comprender al mundo contemporáneo, bien vale la pena evaluar y analizar lo que hace, dice y propaga el CFR, pues muchas de sus actividades no son secretas sino meramente discretas.

Cualquier persona que visite su sede en la residencial Park Avenue esquina calle 68 de la ciudad de Nueva York, como lo ha hecho el autor de la presente nota, podrá obtener un ejemplar de su Memoria y Balance en el que figuran descripciones oficiales de sus actividades y la nómina de sus más de 3.600 miembros.

De manera que la información está disponible para quien quiera tomarse el trabajo de pedirla y luego procesarla, analizarla y tomarse el trabajo de correlacionarla con otros datos relacionadas con esas mismas personas.

Preciso es investigar la manera en que a lo largo de este siglo el CFR - sólo o en coordinación con otras organizaciones hermanadas - ha ejercido determinante influencia sobre la más amplia gama de corrientes ideológicas, eventos políticos, guerras, fenómenos de acción psicológica, crisis económicas y financieras, encumbramientos y defenestraciones de personalidades de alto relieve y otros hechos impactantes – muchos claramente inconfesables – que han marcado el rumbo de la humanidad a lo largo del tumultuoso siglo que acaba de terminar.

Es que pareciera que nos tienen a todos demasiado ocupados y fascinados como espectadores pasivos de los vertiginosos eventos y hechos que a diario se suceden en todo el mundo, como forma de asegurarse que a nadie – o al menos a pocos -, se les ocurra fijar la atención en otro lado, para identificar ya no tanto los efectos y resultados impactantes de muchas decisiones y acciones encubiertas, sino más bien los orígenes reales y concretos de esas mismas decisiones y acciones.

Para el éxito de este gigantesco fenómeno de acción psicológica colectiva – pues de ello se trata –, los medios masivos de comunicación social cumplen un rol vital y esencial. Pues son ellos los instrumentos cuyo objetivo consiste en propiciar la anulación de la capacidad de pensamiento independiente y creativo entre los pueblos.

Para ese fin parecieran estar CNN, CBS, NBC, The New York Times, The Daily Telegraph, Le Figaró, The Economist, The Wall Street Journal, Le Monde, The Washington Post, Time, Newsweek, US News & World Report, Business Week, RTVE, todos dirigidos por personeros del CFR y/o de sus organizaciones hermanas en otras naciones.
Luego la información y opiniones que propagan son repetidas ad nauseam por todos los medios “serios” en todos los países del mundo.

En verdad, estos medios, la industria del entretenimiento y las estructuras educacionales conforman una suerte de continuum que contiene implícitamente un conjunto de ejes de acción psicológica colectiva.
Podríamos decir que, en términos generales, una de las estrategias más importantes de dicha acción psicológica se centra en ocultar o al menos soslayar y disimular, tres realidades fundamentales que para las fuerzas globalizadoras resultan muy poco conveniente que sean debidamente conocidas y comprendidas por la opinión pública mundial y en cada país.

Cómo funciona realmente el mundo. La opinión pública ha de pensar que el mundo funciona según lo que indican los medios de difusión; ha de creer que los gobernantes realmente gobiernan y que son elegidos por la voluntad soberana del pueblo. La realidad es muy diferente.

Que la situación de las distintas naciones puede que sea difícil pero que todo se terminará resolviendo a medida que el proceso de la globalización se enraíce. Ello conlleva implícita la idea de que la felicidad de las naciones se halla íntimamente ligada al nivel de alineamiento a las pautas y exigencias del proceso globalizador.

En el caso de la Argentina, se pretende hacernos creer que las cosas están mal pero que van a mejorar; que es sólo cuestión de renegociar (¡una vez más!) los pagos de la deuda externa, que es sólo cuestión de flexibilizar alguna legislación, privatizar más empresas y reformar el Estado para que todo se resuelva como por arte de magia.
La realidad es muy diferente.En el caso de la Argentina, estamos ante la probable desaparición lisa y llana de la Argentina dentro del Leviatán globalizador.

Que, nos guste o no, no existen opciones a la globalización; que la misma es irresistible, indetenible; que su poder es invulnerable y sus exigencias inapelables. Pero aquí también la realidad resulta ser muy diferente. La globalización no es tan poderosa e invulnerable como se nos la presenta. Tiene importantes contradicciones internas algunas de las cuales abordaremos en el presente ensayo y – lo más importante –, existen opciones y alternativas al modelo rígido y único que ofrece al mundo


¿QUÉ ES LA GLOBALIZACIÓN, ENTONCES?

Llegados a esta instancia, se plantea una pregunta esencial que es definir qué es la globalización a la luz de esta realidad que observamos. Aventuramos una definición en el sentido de que el proceso de la globalización conforma una ideología que tiene claros objetivos e intereses políticos y económicos.

El vocablo “globalización”, no es más que un eufemismo que encubre una realidad más profunda que los propios mentores del sistema han definido desde hace casi un siglo como “nuevo orden mundial”: así denominaron el mundo tras la primer guerra mundial, lo hicieron nuevamente tras la segunda guerra mundial y, más recientemente, tras el colapso del imperio soviético, según lo definió el entonces presidente George Bush, padre del actual presidente electo.

La característica principal del fenómeno de la globalización es que aunque sustenta su poder sobre lo económico y especialmente lo financiero, en el planeamiento de sus intereses globales, conforma un proceso auténticamente político.
Como nos enseña el politólo germano Carl Schmitt, el ámbito natural de la política distingue entre amigos y enemigos, siendo la definición que da de enemigo la clásica: no tanto un inimicus, el enemigo personal de cada uno de nosotros sino más bien en el sentido de hostis, que es el enemigo de la comunidad, del grupo, de la institución, o de la nación.

Así, deviene en hostis todo grupo, nación, ideología, credo, empresa, gobierno, ejército u otra organización o fuerza que activa o pasivamente se oponga a los objetivos e intereses del proceso de globalización.

Dentro de este marco conceptual, el principal hostis que los planificadores de la globalización han identificado desde hace ya muchas décadas es el concepto de lo nacional y el Estado-nación soberano como su instrumento ejecutor. En pocas palabras, para defender y promover sus intereses planetarios que prevé un modelo reingenierizado del mundo, los promotores de la globalización no tienen otra opción que combatir las raíces de lo nacional en todo el mundo y a todos los Estado-nación soberanos; cada uno según sus características, historia, fuerza relativa y permeabilidad a alinearse al modelo globalizador.

En las elocuentes palabras de Richard Gardner, uno de los pensadores del CFR, “....En pocas palabras, la ‘casa del orden mundial’ tendrá que ser construida desde abajo para arriba.....impulsando una carrera final alrededor de la soberanía nacional, erosionándola pedazo a pedazo, con lo que se logrará mucho mas que con el anticuado método del asalto frontal” (el resaltado es nuestro). [17]

El modelo planetario propugnado por el CFR podríamos describirlo como la conformación de una suerte de “fábrica” planetaria creadora de bienes y servicios, con su contrapartida de un “supermercado” planetario de consumo de esos bienes y servicios. En ese modelo, la “góndola” que le toca a la Argentina es la de mera exportadora de commodities y los servicios de apoyo táctico asociados con ellos. Es un modelo de una Argentina de no más de 12 a 15 millones de personas....

En ese modelo planetario, no hay lugar para el Estado-nación soberano, por cuanto es un modelo sustentado eminentemente sobre conceptos económicos y financieros; es un proyecto ideado y alineado con un conjunto de poderosísimos intereses privados.

En rigor de verdad, hoy podríamos decir que la gran privatización que se ha dado en el mundo y por cierto en la Argentina no se limita a tal o cual empresa de servicios públicos o a un determinado segmento del mercado. La gran privatización que se está produciendo en el mundo y que se ha producido en la Argentina es la privatización del poder.

Ello se refleja elocuentemente en la última Memoria y Balance del CFR correspondiente al año 1999, en la que el vicepresidente del CFR, Maurice Greenberg[18] nos anuncia que en el mundo actual ya no se trata de diseñar tan solo una geopolítica sino que el eje de poder hoy conforma una auténtica “geoeconomía”, que no es más que el blanqueo de esta realidad que es la privatización del poder.

Según Greenberg, “En política exterior ha llegado el momento de cambiar nuestro principio organizador central de la geopolítica a la geoeconomía; de las preocupaciones tradicionales del equilibrio de poder a los conceptos económicos y de seguridad.....En mi opinión, la mayor amenaza para la seguridad estadounidense provendría de un colapso económico mundial.”[19]



[1] Las “Fortune 500” son las 500 mayores empresas de los Estados Unidos según el ranking que anualmente publica la revista “Fortune”.

[2] Ver el ensayo El Cerebro del Mundo: la cara oculta de la Globalización (Ediciones del Copista, Córdoba, 1999, 404 págs.)

[3] Así se refiere al CFR el historiador Peter Grose en su breve obra sobre los orígenes del CFR, “Continuing The Inquiry” (Council on Foreign Relations publications, Nueva York, 1996). Grose es él mismo miembro del CFR.

[4] Banco de cerebros de la Fuerza Aerea estadounidense, y creadora de la Internet, formado a poco de finalizar la segunda guerra mundial entre la Fuerza Aérea estadounidense y el Douglas Aircraft Company (hoy Boeing Airplane Co.).

[5] Fundada en 1973 por David Rockefeller. La Trilateral agrupa a intereses de Estados Unidos/Canadá, Europa Occidental y Japón. Su ideólogo es Zbigniew Brzezinski, profesor de Georgeton University y Columbia University y ex asesor de seguridad nacional del Presidente James Carter (también CFR y Trilateral),

[6] Entre los “enemigos” de las últimas décadas podemos señalar al fascismo, el nazismo, los japoneses, el comunismo, la contaminacion ambiental, el terrorismo, Saddam Hussein, Slobodan Milosevich, el fundamentalismo musulmán, el militarismo, el antisemitismo, la narcoguerrilla (a pesar del reciente abrazo del presidente de la Bolsa de Nueva York Richard Grasso con el jefe de finanzas de las FARC colombianas, Ricardo Reyes)entre muchos otros.

[7] Warburg era una prestigiosa y poderosa familia de banqueros judeo-alemanes, íntimamente ligada a los Rothschild y a los Schiff de la casa Kühn Loeb & Co. de Nueva York, de la que Paul Warburg era socio y director. Al finalizar la Primera Guerra Mundial, circunstancias elocuentes hicieron que un Warburg – Paul – estuviera en la mesa negociadora de Versalles del lado de los Aliados vencedores, mientras que otro Warburgo, - su hermano Max – estaba del lado de los alemanes vencidos. Ya Jakob Schiff, socio de Paul Warburg, había financiado a los japoneses en 1905 contra el Imperio Ruso y habría de brindarle generosa financiación a los revolucionarios que preparaban la Revolución Bolchevique.

[8] Prueba de ello lo conforma el hecho de que el comercio internacional conforma tan solo entre un 12 y un 15 por ciento del Producto Bruto acumulado de todas las naciones del planeta. O sea, el 85% de la actividad económica mundial aún se centra en las economías internas de los países. No así las finanzas que se hallán globalizadas como sistema. Es más, podría decirse que si el sistema financiero se halla globalizado gracias a las tecnologías de la informática y las telecomunicaciones y se corresponde, por así decirlo, al paradigma del siglo XXI, hallamos entonces que el sistema económico mundial hoy se centra en torno al ámbito de las naciones, o sea al paradigma nacional del siglo XX. Por último, el sistema político por el que hoy se rigen los estados proviene del paradigma liberal democrático del siglo XVIII y XIX. En estas asimetrías hemos de hallar buena parte de los graves conflictos del mundo actual y futuro: un sistema financiero del siglo XXI; un sistema económico del siglo XX; y un sistema político del siglo XIX.

[9] Lo harían a partir de mediados de septiembre de 1939.

[10] Destacado miembro del equipo que diseñó la estructura de la Organización de las Naciones Unidas, presidente de la Conferencia de San Francisco que inauguró la ONU, luego condenado en los Estados Unidos como espía soviético.

[11] Presidente del Chase Manhattan Bank a partir de 1953, Alto Comisionado en Alemania.

[12] Destacado miembro del equipo que diseñó la estructura de la Organización de las Naciones Unidas

[13] Secretario de Estado Adjunto y luego Secretario de Defensa del presidente Harry S. Truman

[14] Secretario de Estado del presidente Truman

[15] Embajador en la Unión Soviética del presidente Truman.

[16] Asesor del departamento de Estado

[17] Richard Gardner, “The Hard Road to World Order”, artículo publicado en “Foreign Affairs”, abril 1974, pág. 558. Gardner es miembro del CFR y de la Trilateral Commission.

·Hasta fines de los años noventa fue embajador estadounidense en España;

·fue embajador en Italia (durante la administración de Jimmy Carter 1977-81);

·fue subsecretario de estado para asuntos de organización internacional (bajo los presidentes

Kennedy y Johnson, 1961-65);

·es profesor de Leyes y Organización Internacional de la Universidad Columbia de Nueva York.

[18] Maurice Greenberg, presidente de American International Group, el mayor grupo asegurador de los Estados Unidos (Fortune 500: ranking Nª 17), director del Federal Reserve Bank of New York, director de la Asia Society, director de The Starr Fondation.


Pensamiento de A. Rogers (1931)

Todo lo que una persona recibe sin haber trabajado para obtenerlo, otra persona deberá haber trabajado para ello, pero sin recibirlo. El gobierno no puede entregar nada a alguien, si antes no se lo ha quitado a alguna otra persona. Cuando la mitad de las personas llegan a la conclusión de que ellas no tienen que trabajar porque la otra mitad está obligada a hacerse cargo de ellas, y cuando esta otra mitad se convence de que no vale la pena trabajar porque alguien les quitará lo que han logrado con su esfuerzo, eso... mi querido amigo...

...es el fin de cualquier Nación. “No se puede multiplicar la riqueza dividiéndola”. Dr. Adrian Rogers, 1931

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El tema de la crisis económica y sus repercusiones, por Juan Torres López, Catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de Sevilla y miembro del Consejo Científico de ATTAC. Una de las mentes más lucidas en temas económicos! .
Se viene el Gobierno Mundial... ¡¡y se viene rápido!! Si logran instaurarlo o no, depende de nosotros. No de una MAYORIA (al menos, no al principio), sino que depende de si un grupo mucho más pequeño, que denominamos LA RESISTENCIA, logra despertar a los Pueblos del mundo en contra de los dueños del Nuevo Orden Mundial..


"Pienso que las instituciones bancarias son más peligrosas para nuestras libertades que ejércitos enteros listos para el combate. Si el pueblo americano permite un día que los bancos privados controlen su moneda, Estos privaran a la gente de toda posesión, primero por medio de la inflación, enseguida por la recesión, hasta el día en que sus hijos se despertarán sin casa y sin techo, sobre la tierra que sus padres conquistaron."

THOMAS JEFFERSON, 1802

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