Lo peor de todo no es que se desmorone esta
sociedad gracias a la desidia de todos, y muy especialmente, gracias a la
mezquina actividad de la casta política y de los secuaces de la ralea
periodística que los enaltece y alardea.
Lo peor de todo, no es padecer
el sometimiento de las más dispares ideologías y formas de estado, controlados
y dirigidos por estirpes oligárquicas parapetadas tras el poder del dinero, las
mismas que cuando les conviene, fabrican crisis económicas a su medida para potenciar esa subyugación.
Lo peor de todo es, sobre todo,
el desprecio con el que tratan a una sociedad formada por individuos carentes
de libertad de criterio y de capacidad crítica, que permiten se les trate como
auténticos gilipollas para los que la dignidad es una mera entelequia, mientras
sus dueños, o sea sus gobernantes y empleadores, cometen todo tipo de tropelías
amparados en la impunidad de unas leyes en las que sólo los ingenuos carentes
de cerebro todavía pueden creer.
Eso es lo que
se está haciendo,
desde hace mucho tiempo y ahora más que nunca, en este país integrado
por otros
muchos llamado geopolíticamente España, donde la casta económico -
político –
mediática nos bombardea sistemáticamente con noticias que sólo los
idiotas son
incapaces de filtrar, entre quiénes se encuntras todos esos cobardes que
prefieren mirar para otro lado mientras contribuyen, con su silencio y
su pasividad, a crear el futuro de sus hijos y de las generaciones
venideras.
Sería
interminable enumerar esta lista infinita, empezando por la puesta en libertad
de ese criminal de guante blanco que se ha pasado por la cárcel unas horas para
provocar la irritación frustrante de aquellos que todavía conservamos un poco
de conciencia, mientras los ingenuos se pensaban que un esbirro del binomio capital – Estado como este iba, por fin, a
pagar por sus desmanes y fechorías, pobres ingenuos, para eso, ya tenían
previsto que el procedimiento estuviera tan lleno de errores que su final no
podría ser otro que su nulidad y, por tanto, la “liberación” de la imputación
de este mal nacido cuyo nombre ya conoces y que no nombro para evitar problemas
en este “paraíso” de la libertad donde vivimos.
El
otro
ejemplo de “pulcritud” es el de la princesita de turno, a la que esa
banda
de vampiros encabezados por el transalpino mayor, confundió con otra
ciudadana
tras saberse que había supuestamente “ocultado” numerosos bienes
inmuebles,
todo ello gracias a la colaboración de todos los estamentos sacrosantos
del profesionalismo liberal y de los organigramas represivos del Sistema
parapetados detrás del sagrado valor de la Justicia.
Mientras
tanto, la “listilla” de turno se atreve a decir que salir al extranjero para
trabajar no es emigrar, ya que Europa es ahora la “adorada tierra donde vivir”,
al tiempo que se atreven a seguir atentando contra la inteligencia aportando
unos datos del paro tan malos como de costumbre, ya que la calidad de esa
miseria que ellos llaman trabajo es de tan ínfima calidad, que si tuvieran un
ápice de vergüenza le llamaría de otra manera menos eso.
Y
mientras tanto, nos azuzan los oídos diciéndonos que la crisis se está
acabando, sin matizar que la única crisis que supuestamente está finalizando es
la suya, a costa de nuestros bolsillos y del rescate (que ellos llaman línea de
crédito) que sus mafiosos camaradas de la Troika comunitaria dieron a esa
pandilla de ladrones y de canallas que son la Banca.
La
única esperanza es no dejarnos engañar, contrastar fuentes independientes, ver
menos televisión y tirar a la basura los periódicos del Sistema, acostumbrarnos
a de batir desde la diferencia y a organizarnos desde la rebeldía activa frente
a cualquier forma de maquillaje del Estado que nos propongan, al tiempo que
oponernos de todas las maneras posibles, siempre desde la inteligencia, a
colaborar, en este aquelarre del esperpento en el que, al menos yo, me niego a
bailar a su son, y tú?
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