Todas las cifras marcan la pauperización de la mayoria a escala mundial, así por ejemplo:
. Las diez compañías más importantes de telecomunicaciones controlan el 86% del mercado mundial. Los diez productores de pesticidas dominan el 85% del mercado y los diez principales fabricantes de ordenadores tienen el 70% de la producción en el mundo.
. La FAO estima que en 1999 más de 30 millones de personas murieron de hambre. En 1990, 822 millones de personas estaban gravemente afectadas por el hambre. En 1998, son 828 millones. Según la FAO, nuestro planeta podría alimentar más del doble de la población actual.
Cada día hay más diferencia entre ricos y pobres. Las 475 personas más ricas del mundo, por ejemplo, tienen tanto dinero como la mitad de la humanidad. En EE.UU. El patrimonio financiero de las 225 personas más ricas del mundo es equivalente a la renta de 2.500 millones de personas de los países más pobres. Entre las cien entidades económicas más importantes del mundo, cincuenta y uno son multinacionales y sólo cuarenta y nueve son Estados.
Contra esta realidad se ha alzado un movimiento de protesta antiglobalizacion, compuesto por grupos con distintas ideologías, métodos y objetivos pero con una meta en común.
Los movimientos antiglobalización consideran las instituciones financieras internacionales, como el FMI, la OMC y el BM, como punta de lanza de la globalización, empeñadas en derribar barreras comerciales a toda costa y estar al servicio de los intereses de las grandes empresas, sin tener en cuenta el respeto al medio ambiente, los derechos humanos y los derechos de los trabajadores.
Así a causa de las deudas que contraen los países pobres con las instituciones financieras, crean miseria y dependencia económica. Muchos de estos países sobreviven a base de monocultivos destinados a la exportación, cuyo valor depende de la fluctuación de los precios de mercado, precios fijados por unas pocas empresas que controlan todo el mercado. Una sola caída de precios basta para empobrecer a todo un Estado. Más aún, el hecho de que los países pobres, muchos herederos del colonialismo, dependan de la mano de obra barata para ser competitivos supone condiciones de trabajo esclavas, cuyos principales perjudicados son niños y mujeres.
A esto se suma sus políticas de dar prioridad a los programas de ajuste macroeconómico, en lugar de intentar luchar contra la pobreza como objetivo primordial. Aunque el medio ambiente y los derechos laborales capitalizan gran parte de las protestas, también hay grupos opuestos a la libre circulación del capital financiero, a lo que EE.UU. se opone.
Uno de los principales objetivos de los movimientos antiglobalización es pues poner freno a una situación en la que el gran capital, las grandes empresas multinacionales, la supremacía del dinero y de la competitividad pasan por encima de los ciudadanos, los pueblos, las naciones y los gobiernos que no tienen otra opción que aceptar una filosofía política y económica que se ha convenido en considerar como la única alternativa posible.
No hay comentarios:
Publicar un comentario