En el siglo XIV, la región de Europa que hoy conocemos como Alemania consistía de numerosos principados independientes y ciudades-estados. En esos tiempos varios de aquellos principados habían surgido como los principales centros primarios de la actividad de la Hermandad en Europa. La mayor parte de las actividades estaban concentradas en el estado central de Alemania: Hesse. En Alemania y otras partes, algunos de los más avanzados iniciados de la Hermandad llegaron a ser conocidos con el nombre latino de los Illuminatis, que significa “uno que es iluminado”. (*)
Una de las ramas más importantes de los Iluminados de Alemania fue la organización mística Rosacruz. Los rosacruces fueron introducidos primero en Alemania por el emperador Carlomagno al principio del siglo IX DC. La primera logia rosacruz alemana oficial fue establecida en Hesse en el año 1100 DC. Los rosacruces lograron fama por su dedicación a la alquimia, sus símbolos complejos y sus grados de iniciación secretos. Los lazos entre los iluminados y los antiguos rosacruces eran bastante estrechos al punto que se podía pasar la admisión a los iluminados a través de los grados rosacruces con bastante frecuencia.
En muchas de las historias de los rosacruces se establece erróneamente que los rosacruces no principian su historia hasta el año 1614, que es el año en que los rosacruces alemanes publican un dramático panfleto en Hesse anunciando su presencia e invitando a la gente a unírsele. Una de las razones de este error tan frecuentemente cometido y del porqué ha sido tan difícil trazarle a la orden Rosacruz una existencia consecutiva, es una política que adoptó la Orden: la realización de ciclos continuos de “actividad” e “inactividad” cada 108 años. De acuerdo a esta regulación, a cada rama mayor de la orden Rosacruz se le requirió establecer una fecha oficial de su fundación. Desde esta fecha se le comenzó a computar períodos de 108 años sucesivos a cada una de las ramas de la orden. El primer período sería uno de una muy bien publicitada actividad de “avanzada” durante la cual la rama de la orden se pondría en existencia y sería ampliamente conocida del público permitiendo abiertamente el reclutamiento de nuevos miembros. El siguiente período debía consistir en una actividad silenciosa y oculta en la cual no se permitía ningún tipo de publicidad y nadie más fuera de la familia inmediata de los miembros, sería admitido. Cada rama rosacruz tendría que alternar entre esas dos fases de 108 años cada una. A medida que los cuerpos rosacruces alternaban en sus dos fases “hacia afuera” y “hacia adentro”, a los observadores externos les pareció que las órdenes rosacruces aparecían y desaparecían de la historia. De acuerdo al Dr. Lewis de AMORC, “no se sabe con certeza el porqué de la puesta en ejecución de esta nueva regulación”.1
Los Iluminados y Rosacruces eran el poder más grande detrás de una nueva ola de movimientos religiosos durante los años de la peste. Uno de los más antiguos de esos movimientos era uno místico-religioso conocido como los “Amigos de Dios”.
Los Amigos de Dios aparecieron en Alemania en el mismo año en que la Muerte Negra golpeó por primera vez a Europa. La organización de los Amigos de Dios fue fundada por un banquero llamado Rulman Merswin, quien había comenzado su carrera financiera temprano en la vida y había hecho una considerable fortuna. De acuerdo a Merswin, en el año de 1347 fue visitado por un extraño que pretendía ser un “amigo de Dios”. La identidad del misterioso visitante nunca fue revelada por Merswin, por lo que se sospechaba que Merswin meramente la había inventado. No obstante, parece que el “amigo” de Merswin fue muy real e influyente, como lo revelan los súbitos cambios operados en Merswin y el considerable apoyo que el movimiento de los Amigos obtuvo para su rápido crecimiento.
Durante uno de sus primeros encuentros, el misterioso amigo de Merswin estableció que había recibido muchas revelaciones místicas directamente de Dios y que Merswin había sido escogido para propagar esas revelaciones al resto del mundo. Merswin estaba profundamente impresionado. Después de este encuentro, Merswin renunció a sus negocios bancarios y se despidió del mundo para dedicarse a sí mismo y su fortuna personal a diseminar la nueva religión que le había traído el misterioso extranjero. Resulta que, lo que el misterioso extranjero logró fue que Merswin creara otra rama de la red de la Hermandad. Las enseñanzas de los Amigos eran profundamente místicas y se divulgaban a través de un sistema de grados e iniciaciones secretas. La historia registra que los “místicos iluminados” y otros iluminados estaban, en principio, dentro de los partidarios de Merswin.
Las enseñanzas de los Amigos de Dios no eran sólo místicas, ellas eran profundamente apocalípticas. Los Amigos predicaban un mensaje poderosamente findemundista para ganar conversos. El mismo Merswin afirmaba que era el receptor de muchas “revelaciones sobrenaturales” en las cuales hablaba de que Dios se había disgustado con el Papa y la iglesia Católica. Dios estaba ahora colocando su fe en la gente como el señor Merswin para enviarle sus mensajes sagrados. De acuerdo a Merswin, Dios estaba planeando castigar severamente a la humanidad en un futuro próximo porque la corrupción y el pecado se incrementaban en la humanidad. Merswin tenía el deber sagrado de predicar la necesidad de que cada quien sería en adelante completamente obediente a Dios. Merswin no era el Único en diseminar el mensaje antes dicho. Profetas similares encontraron también su camino dentro del movimiento de los Amigos haciendo idénticas advertencias. Todos ellos recalcaban la necesidad de inquebrantable obediencia a Dios en las proximidades de la destrucción del mundo. Merswin y sus socios findemundistas estaban en lo cierto acerca de una cosa: en el mundo estaba a punto de producirse un cataclismo. Estaba justamente haciendo su aparición la Muerte Negra.
Los Amigos de Dios atrajeron una gran cantidad de seguidores en Europa. Los adherentes eran indoctrinados en un programa de nueve pasos para lograr ser incuestionablemente y en extremo obediente a Dios. Ellos estaban convencidos de que este régimen los salvaría de la peste y de la devastación social que estaba ocurriendo alrededor.
El primer paso del programa era una sincera confesión para restablecer la salud. Una confesión apropiadamente hecha, puede ejercer un efecto altamente beneficioso sobre un individuo, y una confesión pobremente hecha o innecesaria, puede ser dañina. El segundo paso era una resolución tomada por los adherentes “para renunciar a su propia voluntad y someterse a un iluminado Amigo de Dios, quien sería su guía y su consejero en lugar de Dios”2. Para el séptimo paso, un miembro ya había renunciado completamente a su propia voluntad y había quemado todas las etapas para llegar a ser servil completamente a Dios. Para el paso final todo deseo personal tenía que ser destruido, y el individuo tenía que ser “sacrificado al mundo y el mundo a él” gozando sólo de lo que Dios disponga y no deseando ninguna otra cosa.
Esas enseñanzas eran un programa para hacer obedientes a los seres humanos en un grado extremo. Los miembros eran enseñados a que la obediencia era el más alto llamado hecho a un ser espiritual y algo como para esforzarse en una búsqueda.
La conversación de Merswin lograda por sus misteriosos “amigos” de religión, fue muy dañina para él como sin duda fue a muchos otros. Pronto Merswin empezó a padecer de fuertes síntomas “maniacos depresivos” ; fenómeno que consiste en estar alternativamente en un estado feliz y súbitamente pasar sin explicación a experimentar un estado de depresión mental. En Merswin esos síntomas se hicieron severos y fueron erróneamente percibidos por sus seguidores como un signo de una transformación religiosa. Hoy en día mucha gente reconocería en esos síntomas una indicación de que Merswin estaba conectado con una fuente supresiva, en este caso, la Hermandad corrupta con sus misteriosos “amigos” probablemente.
Durante su vida en el movimiento de los Amigos, Merswin continuó declarando muchas experiencias místicas, incluyendo “mutuas revelaciones” con su “amigo”. En una de esas revelaciones, Merswin fue inducido a usar su dinero para comprar una isla en Strausberg para usarla como retiro para los Amigos. Strausberg era la ciudad sede de Merswin y está ubicada al suroeste en la frontera franco-alemana. Cinco años más tarde Merswin tuvo otra revelación sencilla donde se le dijo que cambiaría totalmente la organización Amigos por una organización llamada la Orden de San Juan, la cual gobernaría en adelante al movimiento Amigos.(*)
La religión de los Amigos de Dios fue uno de los muchos movimientos místicos que proliferaron durante los años de la Peste. Esos movimientos eran generalmente de naturaleza cristiana y propagaban o se anunciaban como una alternativa válida ante la iglesia católica y atraían sobre estas bases a muchos católicos disgustados. Esto comienza a dividir y separar al mundo cristiano. Lamentablemente esta división no significaba que los cristianos estuvieran regresando a las enseñanzas Maverick de Jesús. Las nuevas religiones místicas sólo acentuaban el énfasis en la obediencia y el Apocalipticismo. Desde entonces comienza la gente colocarse fuera de la religión en general y a sentar la fundación de un materialismo radical, que en Alemania principia a emerger casi inmediatamente.
Los Amigos de Dios y otras prácticas místicas de la época llegaron a ser una carga muy pesada para los católicos al punto de ser la consecuencia de uno de los más grandes desafíos a los que se ha enfrentado la iglesia católica: la Reforma Protestante de Martín Lutero.
LEON X
Lutero comienza su famosa rebelión eclesiástica en los inicios del siglo XVI. Por este tiempo la iglesia católica había caído en las manos del Papa León X, quien era hijo de Lorenzo de Médicis. Lorenzo de Médicis era la cabeza de una rica familia de banqueros internacionales con sede en Florencia, Italia. La familia Médicis llegó a estar involucrada con el poder papal en una generación anterior en la ocasión de financiar a un arzobispo de más adelante llegó a ser el cismático anti-Papa Juan XXXIII. Bajo Juan XXXIII a los Médicis se les recompensó con la tarea de la recolección de impuestos y diezmos que se le adeudaban a este pontífice. Los Médicis operaban una extensa red de colectores y sub-colectores para cumplir con este encargo. Los honorarios ganados en esta operación ayudaban a la familia Médicis a ser una de las más ricas e influyentes casa de banco de Europa.
Lorenzo de Médicis (padre de León X)
La participación en los beneficios de los negocios de la iglesia por parte de los Médicis hizo que muchas de las actividades puramente espirituales de la iglesia católica se transformaran en empresas de negocios. Por ejemplo: los católicos creían en la importancia de pagar indulgencias. Una indulgencia es el dinero pagado para compensar por los pecados cometidos. Cuando se paga en conjunto con una apropiada confesión de los pecados, la penalidad monetaria a veces puede llegar a ser efectiva en el alivio de la culpa, especialmente si el dinero es usado para auxiliar a la parte injuriada. No obstante esto, la mayoría de las indulgencias iban a parar a los cofres de la iglesia. Con frecuencia los recolectores autorizados, en este caso los Médicis, estaban mejor enterados que la iglesia sobre cuánto dinero debía pagar una persona penitente para lograr o no cualquier beneficio espiritual. Con esta modalidad es comprensible que muchos católicos se disgustaran y este descontento ayudó a pavimentarle el camino a Martín Lutero.
Los libros de historia nos dicen que Martín Lutero era un sacerdote alemán católico y educador. Había comenzado su carrera como monje de la Orden de los Agustinos y trabajaba duro para mantener también la cátedra de Estudios Bíblicos en la Universidad de Witemberg en la Sajonia alemana.
Como sacerdote católico, Lutero estaba sometido al estricto régimen impuesto a todos los clérigos de la iglesia. Esto incluye la atención regular al confesionario. En el confesionario católico una persona dice a un sacerdote en confidencia los pecados que el confesante ha cometido. Esto está diseñado así para ayudar a desahogar espiritualmente a una persona. Como ya se mencionó, una confesión adecuadamente bien hecha tiene un efecto positivo, y lo curioso es que parece ser necesaria para el avance espiritual de casi todo el mundo. Por la época de Lutero, sin embargo, las confesiones se hacían de una forma inapropiada casi siempre o innecesariamente en otros casos, lo cual producía poco alivio en la gente.
Eventualmente el mismo Lutero encontraba difícil presentarse en el confesionario. Había llegado a odiar el hambre de condenación de Dios de la religión católica y como tal, comenzó a perder la fe en el camino de la salvación católica. Además hubo otra razón importante para que Lutero tuviera dificultades con la confesión: él había cometido actos de los cuales se sentía sin voluntad para confesarlos. Lutero declara que trató de purgar por sí mismo cada pecado concebible, pero algunos actos todavía no “eludían” su memoria cuando llegaba el momento de divulgarlos a su confesor. En parte era porque Lutero no sentía que avanzaba espiritualmente y se desesperaba el no alcanzar nunca la salvación. Se sintió obligado a buscar otro camino para la recuperación espiritual que no lo forzara a sufrir la incómoda confesión. Aunque Lutero evocó muchas críticas legítimas a la iglesia católica y declaraba que él trataba de restablecer la primitiva iglesia cristiana de Jesús, en cierta forma, Lutero era un hombre dirigido y acosado por los demonios de sus inconfesables pecados. Como un resultado, ayudó a crear una nueva forma de cristianismo que en realidad se apartó más de la verdadera enseñanza de Jesús.
A pesar de la corrupción de las enseñanzas de Jesús en el Este romano y de los métodos brutales de la Inquisición, el catolicismo durante el tiempo de Lutero todavía conservaba varios elementos importantes de las lecciones Maverick de Jesús. Por ejemplo: la iglesia católica continuó predicando que la salvación era alcanzada por el individuo mismo. Enseñaba la gran importancia de hacer buenas obras,(*) la necesidad de confesar los pecados cuando el pecado es cometido, la importancia de rectificar los errores y compensar por ellos. La iglesia católica enfatizaba que el hombre tenía la libertad de aceptar o rechazar la salvación; que la salvación no debería ser impuesta a nadie en contra de su voluntad, aunque lo haga un Dios monoteísta, y que todo el mundo estaba dotado del derecho de buscar la salvación. Mientras las enseñanzas católicas tenían todavía muchos defectos y carecían de una verdadera ciencia del espíritu, esas ideas reflejaban algo de la verdad y decencia que estaba en el corazón del mensaje de Jesús.
La clave de Lutero para la Reforma habría sido reforzar los buenos principios todavía vivos en el catolicismo mientras eliminaba la descarada comercialización de los cambios hechos a la doctrina cristiana en el Este romano. Ese no fue el camino que escogió Lutero para tomar. En su lugar, enseñaba la falsa idea de que la persona no tiene control personal sobre su salvación espiritual. Convenía a la gente de que la salvación dependiera totalmente de un Dios monoteísta. Había una sola acción que un individuo podía tomar para obtener la gracia de Dios, decía Lutero, y esta era, creer en Jesús como Salvador y aceptar la agonía de Cristo y la crucifixión como una penitencia por sus propios pecados.
La curiosa noción de Lutero de que la crucifixión de Jesús puede ser la penitencia por los pecados de otros, está parcialmente basada en el concepto del “karma”. El karma es la idea de que todos los actos en este universo eventualmente se “regresan” en el futuro de una persona. La gente con frecuencia invoca la idea de karma cuando se preguntan: ¿qué hice yo para merecer esto? . En la ciencia moderna el karma ha sido expresado como “por cada acción hay una reacción igual y opuesta”. En el monoteísmo el karma generalmente viene en forma de castigo inevitable de Dios por los pecados y un premio por las buenas obras. A nivel personal, el principio del karma parece sostener la verdad en el sentido de que el mundo creado por uno, bueno o malo, mediante la acción o la reacción, es finalmente el mundo el que se le regresa a uno. La pobreza en ética se parece al “boomerang” en la forma de degradación espiritual. Uno de los mayores beneficios de una confesión apropiadamente realizada es que ciertamente parece que rompe el efecto negativo del “boomerang” y de esta manera ayuda a la persona a arrancar otra vez por el camino de la recuperación espiritual.
Debido a que los confesionales de Lutero no eran satisfactorios, se sintió obligado a inventar otra forma de escapar del ciclo del karma impuesto por la recompensa o el castigo de Dios monoteísta. De esta manera, Lutero desarrolló la idea de que Dios habría permitido el dolor y el sufrimiento de Jesús en la cruz para que fuera el boomerang del mundo. En otras palabras, por creer en Jesús tú no sufrirás espiritualmente por las cosas malas que hayas hecho en el pasado, porque Jesús ya ha sufrido por ti. Esta es una visión maravillosamente mágica, casi una filosofía de la responsabilidad, ni siquiera justa con Jesús que debía esperar sufrir lo peor por los errores de todos los demás. Todavía peor, la solución de Lutero no funciona. Mucha gente se siente y actúa mejor después de proclamar a Cristo, por que ellos tienen conocimiento de su existencia personal en un camino que ellos no habían hecho antes y frecuentemente inician una conducta más ética como resultado de esto, aunque su acto de creer no ha causado en ellos una superación de las barreras que están en el camino de la completa recuperación espiritual.
Los protestantes continuaron con la práctica de la confesión, aunque esta no fue más considerada vital para lograr la salvación. El conocimiento práctico del espíritu era también grandemente ignorado. El método de Lutero equivalía a una “rápida salvación” mediante un simple acto de fe. Lutero enseñaba que la salvación estaba garantizada por Dios en la medida que una persona continuara creyendo en Jesús como el Salvador.
Johann von Staupitz (primer mentor de Lutero)
Las ideas de Lutero eran claramente místicas. No es sorprendente cuando consideramos que Lutero había sido grandemente influenciado por alguna de las religiones místicas que eran muy populares en su país. El primer mentor de Lutero en la orden, Johann von Staupitz, predicaba una teología que contenía muchos elementos de los escritos místicos de prominentes alemanes como Heinrich Suso y Johann Tauler. Este Tauler era uno de los más ampliamente leído de los místicos en el siglo XIV y estaba asociado al movimiento de los Amigos de Dios. Lutero se convirtió en un ávido lector de los trabajos de Tauler. La evidencia de una conexión mayor de Lutero a la red de la Hermandad se encuentra en el sello personal de Lutero. El sello de Lutero consistía de sus iniciales en uno de los dos lados de los símbolos de la Hermandad: la rosa y la cruz. La rosa y la cruz son los símbolos principales de la Orden Rosacruz. La palabra Rosacruz misma viene de las palabras latinas “rose” (rosa) y “crusis” (cruz).
Sello de Lutero (Muy parecido al de los Rosacruces)
Durante su vida y después de ella, Lutero contó entre sus seguidores e importantes individuos y familias que eran miembros activos en los Iluminatis y en los Rosacruces. Uno de ellos fue Felipe el Magnífico, cabeza del poder real de la casa de Hesse, cuyos descendientes sostuvieron importantes posiciones de liderazgo más tarde en las organizaciones de la Hermandad, especialmente en la francmasonería alemana, como veremos posteriormente. Felipe el Magnífico, como uno de los primeros líderes de la Reforma, fundó la Universidad Protestante de Marburg y organizó una alianza política contra el emperador católico alemán Carlos V. Después de la muerte de Lutero, su religión fue apoyada por Sir Francis Bacon (1561 – 1626) quien fue por un tiempo el Lord Canciller de Inglaterra. Bacon fue también el más alto ejecutivo de la Orden Rosacruz en la Gran Bretaña. Una de las más grandes contribuciones de Bacon para la Reforma salió de sus esfuerzos como el coordinador de un proyecto para crear una Biblia Protestante Inglesa autorizada por el rey James I. Esta Biblia, conocida como la “Versión del rey San James” fue lanzada en el año 1611 y se convirtió en la Biblia más extensamente usada en el mundo protestante de habla inglesa.
Sir Francis Bacon (1561 – 1626)
Lutero y sus partidarios crearon el cisma simple más grande de la historia cristiana. Le fue arrebatado un enorme poder a la iglesia católica romana. Las sectas protestantes cuentan hoy con un tercio aproximadamente de todo el mundo cristiano, y cerca de la mitad de todos los cristianos de Norte América. La iglesia católica no permitió que esto sucediera sin luchar. Los católicos lanzaron una contra-reforma como un intento infructuoso por eliminar a las herejías protestantes. Sorpresivamente, para conducir la contra-reforma fue creada una organización al estilo de la Hermandad para este propósito: la Compañía de Jesús, mejor conocida como los Jesuitas. La orden jesuita fue fundada en 1540 por un soldado convertido en clérigo llamado Ignacio de Loyola. Los jesuitas eran una sociedad católica secreta con grados de iniciación, períodos de prueba y muchos ritos secretos. Era también una orden militar. Los jesuitas eran estimulados para adoptar un espíritu de lealtad a su “capitán” Jesús. Ignacio fue escogido para que fuera el primer General de la orden en Abril de 1541. La imagen de Jesús como un cuasi-capitán militar puede parecer humorística para cualquiera que esté familiarizado con las enseñanzas de Jesús, pero esa imagen fue de gran ayuda para hacer de la orden jesuita una escuadra efectiva para combatir a los protestantes.
Ignacio de Loyola (fundador de la orden de Los Jesuistas)
Aunque es cierto que la Reforma condujo a la raza humana mucho más allá de la compresión espiritual, tuvo un efecto muy benéfico: ayudó a romperle el trasero a la Inquisición católica. El inquisidor se entrometió en casi todas las actividades del acontecer humano, desde la religión hasta las ciencias y las artes. La inquisición impuso algunos de los más desesperanzados pensamientos científicos anticuados, amenazando a la gente con la tortura y la muerte. Esto entorpeció el desarrollo de muchas de las bellas artes, especialmente el teatro. Probablemente esto no fue de la mayor preocupación por lo que los protestantes enseñaban; sin embargo, ellos fueron capaces de traer un enorme alivio a Europa por lo que fueron capaces de reducir el poder de la Inquisición católica. Eventualmente hubo que pagar un precio por este beneficio y este fue el precio por un más profundo materialismo. Las filosofías del Humanismo, el Racionalismo e ideologías similares con una inclinación materialista tomaron un vigor renovado en el clima de la Reforma.
Aun más importante que muchos de los efectos positivos de la Reforma fueron compensados por el hecho de que el protestantismo era una facción más humana colocada en conflicto irreconciliable con otras facciones sobre soluciones religiosas erróneas. El mismo Lutero contribuyó a esto insinuando que el Papa representaba a las fuerzas del “anti-Cristo”. El resultado ha sido: más guerra, esta vez entre católicos y protestantes, como continua hoy mismo en Irlanda.
A pesar de que la red de la Hermandad continuó con su patrón de generar conflictos durante los siglos discutidos en este capítulo, es importante destacar que una influencia Máverick se manifestó por sí misma en la organización rosacruz a comienzo del siglo XVII. La meta de los rosacruces de la recuperación espiritual del individuo y algunas de sus enseñanzas, eran extraordinariamente similares a algunas de las metas de los antiguos Máverick. La literatura moderna de los rosacruces en los Estados Unidos continua reflejando algunas de sus influencias positivas intentando propagar una visión del fenómeno espiritual más científica y enseñando que los humanos pueden controlar inteligentemente sus vidas. Por desgracia, el rosacrucismo todavía contiene muchos de los elementos Custodios que frenan a sus adherentes la posibilidad de lograr una completa rehabilitación espiritual.
Aunque los rosacruces contribuyeron al éxito de la Reforma, no lograron mucha fama hasta el año 1614 cuando, como anotamos antes, una logia de los rosacruces alemanes comienza una fase de actividad “hacia afuera” y mediante la distribución en masa de un panfleto anuncia la presencia de los rosacruces en el principado más grande de Hesse: el Hesse-Kassel. El panfleto creó un escándalo exhortando a todo el mundo a que abandonasen sus falsos maestros tales como: el Papa, Galeno (un antiguo y popular médico griego) y Aristóteles.
El panfleto también contaba la historia de un personaje ficticio, Christian Rosenkreuz, para simbolizar la fundación de la orden Rosacruz. El panfleto es mejor conocido por su nombre abreviado: el Fama Fraternitis (“La Famosa Fraternidad” o la “Famosa Hermandad”). El título completo traducido al español es: “La Reforma General y Universal de la totalidad de mundo junto con la notable Fraternidad de la Cruz Rosada, dedicada a las personas cultas y a todos los gobernantes de Europa”.
El Fama Fraternitis (panfleto de los Rosacruces)
A pesar del tono pintorescamente altisonante, el título del panfleto revelaba una intención seriamente certera: crear los cambios de la sociedad humana con extensión universal. Por el tiempo en que apareció Fama Fraternitis, la red de la Hermandad había lanzado ya su programa para lograr la transformación. En los siguientes años, la red de la Hermandad suministró al mundo los líderes que inspiraron los movimientos revolucionarios violentos alrededor del mundo, en un esfuerzo por lograr la transmutación masiva de la sociedad humana. Ellos lo lograron y nosotros vivimos hoy en el mundo que ellos crearon.
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