El reciente terremoto de Haití, que ha costado la vida a casi 100.000 personas, presenta muchos indicios de haber sido provocado artificialmente con fines políticos.
No sólo por las múltiples evidencias físicas: "Un sismo con magnitud de 7.0, debió afectar las Aguas del mar, pero el terremoto fue directo a la Capital. Un terremoto según los expertos en la materia muy atípico, porque las ondas que destruyeron las edificaciones, llegaron en dirección vertical por eso las edificaciones resultaron aplastadas" (Aporrea.org), el terremoto Haití presenta indicios de haber sido provocado de forma artificial también por la sospechosa actitud de las potencias imperialistas, especialmente de Estados Unidos, que no han dudado en aprovechar esta terrible tragedia para justificar el aumento de su presencia militar en un país brutalmente saqueado, durante siglos, por el imperialismo.
“EE.UU. enviará en los próximos días nuevas dotaciones militares a Haití, entre ellos varios buques de guerra y helicópteros, lo que hará que se multiplique su presencia militar de 1.000 a 10.000 soldados antes del lunes, según el jefe del Estado Mayor Conjunto, almirante Mike Mullen.” (EFE, Washington 15 de enero)
Cualquier persona con unos mínimos conocimientos militares sabrá que no es labor de poco tiempo, y mucho menos de 4 días, planificar una intervención militar de más de 10.000 efectivos, en un país extranjero.
Otro dato muy importante a tener en cuenta es que para octubre de 2010 estaba previsto el final de la MINUSTAH (Misión de las Naciones Unidas para la Estabilización de Haití), tras haber sufrido múltiples retrasos, con lo que la retirada de los efectivos militares comenzaría a realizarse en un breve plazo de tiempo. Desafortunadamente, la reciente tragedia no sólo serviría para justificar un nuevo retraso de la MINUSTAH, sino también para reforzarla.
Todo parece indicar que a pesar de los intentos de la ONU por prohibir el uso militar o de cualquier otro tipo de técnicas de modificación ambiental, cuando este tipo de técnicas estaban aún en su infancia, (Convención sobre la Prohibición de técnicas de modificación ambiental para uso militar o de cualquier otro tipo, Ginebra, 18 de mayo de 1977), las grandes potencias imperialistas las estén usando para sus intereses políticos y económicos.
Por todo esto y con el fin de evitar lo que podrían estar siendo masacres planificadas de población civil indefensa, se hace más necesaria que nunca una amplia investigación sobre el estado actual de las técnicas de modificación medioambiental y sobre su posible uso con fines militares por parte de las potencias imperialistas.
Escribe el resto de la entrada aquí (Ya completo...)
No sólo por las múltiples evidencias físicas: "Un sismo con magnitud de 7.0, debió afectar las Aguas del mar, pero el terremoto fue directo a la Capital. Un terremoto según los expertos en la materia muy atípico, porque las ondas que destruyeron las edificaciones, llegaron en dirección vertical por eso las edificaciones resultaron aplastadas" (Aporrea.org), el terremoto Haití presenta indicios de haber sido provocado de forma artificial también por la sospechosa actitud de las potencias imperialistas, especialmente de Estados Unidos, que no han dudado en aprovechar esta terrible tragedia para justificar el aumento de su presencia militar en un país brutalmente saqueado, durante siglos, por el imperialismo.
“EE.UU. enviará en los próximos días nuevas dotaciones militares a Haití, entre ellos varios buques de guerra y helicópteros, lo que hará que se multiplique su presencia militar de 1.000 a 10.000 soldados antes del lunes, según el jefe del Estado Mayor Conjunto, almirante Mike Mullen.” (EFE, Washington 15 de enero)
Cualquier persona con unos mínimos conocimientos militares sabrá que no es labor de poco tiempo, y mucho menos de 4 días, planificar una intervención militar de más de 10.000 efectivos, en un país extranjero.
Otro dato muy importante a tener en cuenta es que para octubre de 2010 estaba previsto el final de la MINUSTAH (Misión de las Naciones Unidas para la Estabilización de Haití), tras haber sufrido múltiples retrasos, con lo que la retirada de los efectivos militares comenzaría a realizarse en un breve plazo de tiempo. Desafortunadamente, la reciente tragedia no sólo serviría para justificar un nuevo retraso de la MINUSTAH, sino también para reforzarla.
Todo parece indicar que a pesar de los intentos de la ONU por prohibir el uso militar o de cualquier otro tipo de técnicas de modificación ambiental, cuando este tipo de técnicas estaban aún en su infancia, (Convención sobre la Prohibición de técnicas de modificación ambiental para uso militar o de cualquier otro tipo, Ginebra, 18 de mayo de 1977), las grandes potencias imperialistas las estén usando para sus intereses políticos y económicos.
Por todo esto y con el fin de evitar lo que podrían estar siendo masacres planificadas de población civil indefensa, se hace más necesaria que nunca una amplia investigación sobre el estado actual de las técnicas de modificación medioambiental y sobre su posible uso con fines militares por parte de las potencias imperialistas.
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