Un supuesto temblor que se presentará el próximo lunes 28 de mayo a las 13 horas, y que acabaría con la vida en la Tierra, los juntó a todos para el ritual religioso-satánico
NEZAHUALCÓYOTL, Méx.— “¡Cierra los ojos, cierra los ojos!”, fue la orden de la madre. “¡No, no los quiero cerrar!”, respondió el pequeño Fernando de cinco años. Entonces su mamá ordenó que le sacaran los ojos al niño.
En una vecindad de la calle Graciano Sánchez, en la colonia San Agustín Atlapulco, estaban reunidos en ayuno desde el lunes pasado 10 personas, entre ellas cuatro menores de edad, que esperaban el fin del mundo.
Un supuesto temblor que se presentará el próximo lunes 28 de mayo a las 13 horas, y que acabaría con la vida en la Tierra, los juntó a todos para el ritual religioso-satánico, como lo califican autoridades ministeriales del Estado de México.
Con veladoras encendidas en el cuarto donde se encontraban, oraban para esperar “el día fatal”.
Ayer, Fernando se cansó de cerrar los ojos para seguir orando.
Carmen, de 23 años y madre del menor, le pidió a su hermana Lizbeth que le arrancara los ojos.
Entre las dos hermanas lo hicieron. Con sus propias manos, según los primeras investigaciones de la Procuraduría General de Justicia local, le extirparon los globos oculares al pequeño.
Otro menor de 17 años que se encontraba en el ritual, salió corriendo de la vecindad. “¡Están matando a mi sobrino!”, fue uno de los gritos que los vecinos escucharon. “¡Le están sacando los ojos!”, fue el segundo alarido que oyeron los habitantes.
Al lugar acudieron elementos de la corporación y encontraron a Carmen abrazando a Fernando y con crisis nerviosa. Los dos estaban ensangrentados.
El fiscal de la PGJEM de Nezahualcóyotl, Jesús Isaac Acevedo Román, confirmó que 10 personas se encontraban en el interior, entre ellos cuatro menores de edad de 17, 8, 5 y 9 meses.
Las imputaciones directas e indirectas señalan a Carmen y a Lizbeth, madre y tía de Fernando, como responsables de extirparles los ojos, dijo el funcionario.
Según el fiscal, Carmen, no había preguntado por su hijo y se mostraba seria, callada. No mostraba arrepentimiento.
Informó que según las primeras declaraciones, los familiares formaban parte de una secta y al momento de la mutilación pedían que el niño fuera “asesinado para evitar el fin del mundo”.
El secretario de Seguridad Ciudadana del gobierno mexiquense, Salvador Neme, informó que el menor fue trasladado al hospital pediátrico de Tacubaya, donde se encuentra delicado de salud.
La dependencia presentó sólo cuatro de los ocho detenidos, debido a que se informó que varios estaban en estado psicótico, además de que eran sometidos a evaluación psicológica.
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