Los seres humanos nos educamos como personas dentro del ámbito de la familia, pero una vez emprendemos nuestro camino adulto, podemos aspirar a ser ciudadanos fuera de ella. Ser ciudadano significa formar parte activa de una Nación. La Nación es la suma de todos los ciudadanos que habitan y se desplazan por un territorio común, heredado por nacimiento o por méritos legales, y que disfrutan además de una lengua, unas tradiciones y una historia compartidas. España es una nación, pero no es una nación de ciudadanos libres, sino de personas que aspiran a serlo. ¿La razón? En nuestro país no hay libertad colectiva, libertad política, sino sólo determinados derechos civiles condicionadas por el gobierno de turno.
Nuestra historia, como la de la humanidad, recoge el devenir del hombre en busca de la libertad. España ha sufrido durante toda su existencia la servidumbre impuesta o voluntaria, el vasallaje, la falsa lealtad. Esa condición humana y política nos ha transformado en un pueblo cobarde y oportunista (como la mayoría), necesitado de “Señores” que tomen la iniciativa y nos “salven” cuando las cosas no van bien. Pero el rescate nunca llega. Porque sólo tú te puedes recuperar de la ceguera ciudadana o la servidumbre voluntaria que padeces, conformismo.
A la muerte de Franco, existió la posibilidad de abrir un periodo constituyente que permitiera a los españoles la participación en un referendo para que eligieran con libertad la forma de Estado y de gobierno. Esto no sucedió, y las élites de los partidos, clandestinos hasta entonces, de izquierdas, de derechas, de “centro”, nacionalistas y demás, tomaron la decisión de encargar a un grupo de personas “destacadas” la redacción de una Constitución para que se acabara consultando al pueblo con un impositivo y simple sí o no a lo ya hecho. ¿Qué iban a decir aquéllos que venían de sufrir una dictadura de partido único de cuatro décadas? Pues que sí, que lo que fuera con tal de cambiar de régimen.
El nuevo régimen, condicionado por el dictador Franco y secundado, como ya indiqué, por todos los partidos y sindicatos de nueva y vieja planta, sería la Monarquía Parlamentaria. El Rey traicionó a su padre y la partidocracia quedó instaurada entre un clamor popular que desconocía la democracia formal. Así nos ha ido.
¿Por qué España no es una democracia formal? Inspirándome en las palabras de D. Antonio García-Trevijano, nuestra nación no goza de forma de gobierno democrática por las siguientes cuatro razones fundamentales:
1º- Para adquirir la condición de ciudadanos, todos los habitantes de una nación debemos gozar de igualdad de oportunidades, derechos y obligaciones para con el Estado. Una monarquía rompe por definición esta premisa. Disfrutar de igualdad de oportunidades no significa que se nos imponga la igualdad, ya que la propia condición de ciudadanos nos hace únicos, irrepetibles y necesarios en el grado que cada uno pueda aportar.
2º La democracia sólo es posible en la forma de Estado “res-publicana” (cosa pública). El Estado res-publicano es elemento común a todos los ciudadanos que lo mantienen con sus impuestos para garantizar unos servicios públicos necesarios para nuestra convivencia en sociedad. Si todos participamos del Estado y el Estado nos implica a todos, todos deberíamos poder decidir la forma de gobierno de ese Estado que tanto repercute en nuestra Nación. En España, el Estado lo encabeza un “mon-arca” (gobierno de uno solo) y lo dirige un grupo de partidos que se mantienen con la subvención que ese mismo Estado les garantiza, conformando otra clase social superior ajena a la Nación que gobierna. ¿Nuestro cometido? Elegir quiénes se reparten el pastel en elecciones proporcionales que fomentan gobiernos irresponsables y todopoderosos, alejados además de la problemática real de sus pretendidos ciudadanos.
3º En España, el partido o los partidos que ocupan el poder adquieren la condición de autoridad absoluta, más si disfrutan de la antidemocrática “mayoría absoluta”. El régimen de partidos no contempla la separación de poderes. Legislativo, ejecutivo y judicial permanecen bajo la dirección de una élite de tecnócratas vividores de lo público que hacen carrera política desde la adolescencia hasta sus retiros millonarios. La no existencia de límite ni división de poderes asegura la corrupción y el tráfico de influencias con impunidad y genera una servidumbre hacia los partidos que los transforma en grandes empresas ajenas a su cometido teórico original, que hubo de ser la representación de los ciudadanos.
4º Nuestro país sufre el mal de la alternancia política dramática. Nuestro sistema partidocrático (que no democrático) permanece tan blindado cara los ciudadanos, que sólo facilita el cambio de gobierno bajo condiciones de una gravísima crisis o una tragedia humana. Los partidos aspiran a perpetuarse en el poder porque allí pueden favorecer con mayores garantías de impunidad a sus aliados y amigos. Pero el partido en la oposición no deja de conformar un gobierno en la sombra con numerosos departamentos y sus consiguientes cargos, cuyas altísimas nóminas, sufragadas también por todos los ciudadanos, les confiere la forma de un Estado de repuesto. Por ello no opositan, sino que aguardan su momento. Un pueblo que no puede cesar a sus políticos por la simple razón de que aquéllos no hayan cumplido sus compromisos electorales no es un pueblo que viva en democracia.
Después de lo argumentado, no espero que dejes de ir a votar, sino que por lo menos sepas de aquello en lo que participas y de lo fraudulento de su forma y de su contenido. Para aspirar a ser ciudadano, primero hay que hacerse valer como ciudadano no dejándose engañar por quienes nos dominan y nos mienten por principio. Porque... ¿acaso no llevan más de treinta años vendiéndonos que España es una democracia? Si sabemos que no lo es, ¿cómo podemos ofrecer lealtad a una nación si no somos leales a nosotros mismos?
Yo no votaré hasta que no se nos devuelva la voz. Libertad constituyente por principio.
Paco Bono
Más en
http://www.somoslibres.esMás información sobre la libertad política colectiva a través del grupo MCRC en facebook o en las web:
http://diariorc.com/http://antoniogarciatrevijano.com/http://www.radiolibertad.com/node/53Bibliografía:
Teoría pura de la República (Antonio García-Trevijano, Editorial el Buey Mudo, 2010)
Libertad Constituyente (Antonio García-Trevijano, editorial MCRC, 2011)
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