A VER SI ACERTAMOS LA QUINIELA
"¿Por qué ustedes los demás no son simples?"
Libertad - Quino
ofrecido por: http://www.kaosenlared.net/
Ante las actuales revueltas populares en Libia podemos afirmar sin temor a equivocarnos que presenciamos un curioso caso en el que estamos siendo atravesados tanto por la saturación de información, la posible contra información y la nunca desaprovechada desinformación, cuando no simple y puro caos informativo con poca profesionalidad periodística, escasa contrastación de las noticias (y los supuestos hechos), enorme desconocimiento de la realidad política y social de aquel país y nula capacidad crítica.
Todo esto tiene como consecuencia una serie de posicionamientos que, contra todo pronóstico, se suceden día a día en el panorama político internacional. Así podemos ver que los ayatolás de Irán están en la misma postura que los sionistas en Israel y los imperialistas en Washington y Bruselas: contra el Dictador Gadafi y a favor de lo que llaman “Revolución Libia” (curioso término para llamar a muchos de los que enarbolan la bandera monárquica).
Por otro lado, tenemos luego a los socialistas latinoamericanos que en una posición de ambigüedad y equidistancia para con Gadafi (excepto Nicaragua) terminan poniendo toda la carga de la prueba en la manipulación de los medios internacionales que responden al imperialismo, agitando la teoría de que todas estas revueltas han sido preparadas desde algún laboratorio de inteligencia político occidental, hasta desplegar la tesis, en las ya conocidas Reflexiones de Fidel, de una inminente invasión de la OTAN al soberano país de Libia, lo que no deja de ser preocupante.
Entre medio, se sucede sin parar una guerra de cifras de muertos que van desde las oficiales 300 hasta las declaraciones de un miembro libio del CPI (Corte Penal Internacional) que afirma que hay más de 10.000. Dimisiones en las filas del gobierno de Gadafi tanto en su cartera de Interior, sectores de las Fuerzas Armadas, Fiscalía General del Estado o en el ámbito diplomático. Todas las ciudades importantes tomadas por los rebeldes desde Benghazi hasta Tobruk, excepto Trípoli. Y el resto del mundo que presencia atónito algo que no parece lograr entender del todo pero que aún así les lleva a una posición casi inflexible: sí a las revueltas del pueblo de Libia, no a Gadafi.
¿Por qué? ¿Por qué hay tácito acuerdo en el resto del mundo en apoyar las revueltas y no a Gadafi? ¿Es esto la consecuencia inevitable de las Rebeliones en Túnez y Egipto? ¿Por qué el mundo no apoya al líder revolucionario que en 1969 y como capitán militar comandó un golpe de Estado que sacó a Libia de la tiranía pro occidental y corrupta monárquica y llevó al pueblo de Libia al nacionalismo panárabe de inspiración social-arabista? ¿Por qué el resto del mundo no apoya al autor del Libro Verde y su democracia directa, la Jamahiriya, entre comités populares?
Hay quienes ven en Gadafi una evolución natural y sujeta a las cambiantes circunstancias del mundo. De querer haber sido líder de los árabes y fracasado, pasando por haber querido ser líder de los palestinos y fracasado, hasta pasar a ser líder de los africanos y decirle NO al AFRICOM; lo cierto es que lo que periodistas experimentados como Tomás Alcoverro le llaman pragmático y extravagante, otros como Santiago Alba Rico le llaman lisa y llanamente Calígula libio. Pero ambos coinciden en que en los últimos 10 años, Gadafi empieza a construir una nueva imagen Internacional en Occidente y a dejar atrás esos discursos cargados de antiimperialismo y antisionismo que lo caracterizó durante la década del 70 y del 80. Pero su cambio no es sólo discursivo y como destaca sin contemplaciones Santiago Alba Rico van más allá:
“Gadafi ha sido durante los últimos diez años un gran amigo de la UE y de EEUU y de sus dictadores aliados en la zona. Baste recordar las incendiarias declaraciones de apoyo del Calígula libio al depuesto Ben Alí, a cuyas milicias muy probablemente proporcionó armas y dinero en los días posteriores al 14 de enero. Baste recordar también la dócil colaboración de Gadafi con los EEUU en el marco de la llamada “guerra antiterrorista”. La colaboración política ha ido acompañada de estrechos vínculos económicos con la UE, incluida España: la venta de petróleo a Alemania, Italia, Francia y EEUU ha sido paralela a la entrada en Libia de las grandes compañías occidentales (la española Repsol, la británica British Petroleum, la francesa Total, la italiana ENI o la austriaca OM), por no hablar de los suculentos contratos de las constructoras europeas y españolas en Trípoli. Por lo demás, Francia y EEUU no han dejado de proporcionarle armas para que ahora mate desde el aire a su propio pueblo, siguiendo el ejemplo de la Italia imperial desde 1911. En 2008 la ex secretaria de Estado Condoleeza Rice lo dejó muy claro: “Libia y Estados Unidos comparten intereses permanentes: la cooperación en la lucha contra el terrorismo, el comercio, la proliferación nuclear, África, los derechos humanos y la democracia”.
Cuando Gadafi visitó Francia en diciembre de 2007, Ayman El-Kayman resumió la situación en un párrafo que reproduzco aquí: “Hace casi diez años, Gadafi dejó de ser para el Occidente democrático un individuo poco recomendable: para que le sacaran de la lista estadounidense de Estados terroristas reconoció la responsabilidad en el atentado de Lockerbie; para normalizar sus relaciones con el Reino Unido, dio los nombres de todos los republicanos irlandeses que se habían entrenado en Libia; para normalizarlas con Estados Unidos, dio toda la información que tenía sobre los libios sospechosos de participar en la yihad junto a Bin Laden y renunció a sus “armas de destrucción masiva”, además de pedir a Siria que hiciese lo mismo; para normalizar las relaciones con la Unión Europea, se transformó en guardián de los campos de concentración, donde están internos miles de africanos que se dirigían a Europa; para normalizar sus relaciones con su siniestro vecino Ben Alí, le entregó a opositores refugiados en Libia”
La Tesis Tribal
Sin embargo hay una tesis que empieza a tener fuerza sobre los crudos acontecimientos que se están sucediendo en Libia: su peso tribal.
Y en efecto, parece ser que el éxito del poder unificador de Gadafi sobre Libia, que le mantuvo durante 4 décadas, no se debe tanto a su Revolución Social-arabista en el sentido occidental del término, como a la ingeniería de poder tribal que reinventó y a su astucia a la hora de manipular las hostilidades entre las diferentes tribus. Pero en su discriminación de las tribus de Oriente por considerarlas feudos del islamismo salafista, que ya en 1989-1990 iniciaron las primeras grandes revueltas contra Gadafi, estaría el origen de las actuales revueltas y justamente en la misma ciudad que ha sido estos días la protagonista: Benghazi.
Un preciso artículo de Rodrigo Fresán “El peso tribal es clave en Libia” nos arroja luz sobre una realidad poco difundida en Occidente y la resistencia histórica de la región de Cirenaica… ya desde los tiempos de Omar el Muktar frente al colonizador italiano.
Sin embargo lo que es menos difundido aún es el dossier del Scotland Yard de 2007 llamado “Libia Islámica”, compuesto por 22 páginas en las que se desmenuza con precisión la historia, su labor y la importancia del Grupo Islámico Combatiente Libio (LIFG). Desde su nacimiento en Trípoli en 1982 a manos de Awatha al-Zuwawi (estudiante de la ley islámica), cómo se forman en Afganistán luchando al lado del Talibán y de Bin laden contra el invasor soviético, cómo luego siguen su formación yihadista y entrenamiento en Sudán para más tarde volver a Libia, apoyar al GIA argelino y que tiene su feudo justamente en la región Cirenaica y en la gran ciudad de Benghazi.
Un grupo que ha cometido un atentado fallido contra Gadafi en 1996 y que fue acusado de estar financiado por el MI6 (servicio de inteligencia británico) justamente por un ex miembro del MI5 (servicio de seguridad británico) el señor David Shayler.
Conclusión:
Creemos que las tesis denunciadas por Fidel Castro y las posiciones de Cuba, Venezuela y Nicaragua deben tenerse en cuenta seriamente, no sin antes hacerles notar que las revueltas populares que se están sucediendo en Libia parecen tener un claro origen democrático y contrario a toda injerencia extranjera. Hayan grupos integristas agiornados o estén también algunos servicios de inteligencia extranjeros en la sombra, el poder de convocatoria y seguimiento de las revueltas excede claramente a estos grupos, que no puede contener, ni puede redirigir. Por tanto, resulta delicado sólo acusar a una posible intervención de la OTAN (que todavía no ha llegado a darse en Libia) y obviar los bombardeos a la población civil de Oriente por parte de las Fuerzas Armadas leales a Gadafi, con las consecuencias humanitarias que ello implica.
Pero también creemos que los posicionamientos de una gran parte de la prensa occidental pro imperialista y la prensa pro iraní e islamistas responden a sesgos e intereses que poco tienen en común con el pueblo de Libia y sí con particularismos hegemónicos. Resulta muy curioso ver en la misma tónica discursiva a un Simon Peres (en su visita a España) y a las autoridades iraníes o las autoridades del grupo islámico Hamás en la Franja de Gaza, mientras la aviación israelí bombardea una vez más la Franja.
Creemos que estas revueltas ponen de manifiesto el hartazgo social legítimo del pueblo libio contra la Dictadura de Gadafi, quien dejó hace tiempo de ser revolucionario y dividió al país entre Oriente y Occidente. También creemos que así y todo, el pueblo debe saber estar a la altura de las circunstancias para no dejarse manipular por la injerencia extranjera o el integrismo radical de algunos grupos del este de Libia. Está en la capacidad del pueblo libio el encontrar sus propios caminos de liberación interna en una sociedad con costumbres muy conservadoras y cuya microfísica del poder tribal obliga al desarrollo de potencialidades capaces de contener a todas ellas sin discriminación y en armonía.
http://rompiendo-muros.blogspot.com/2011/02/libia-donde-se-cruzan-todas-las.html
Libertad - Quino
ofrecido por: http://www.kaosenlared.net/
Ante las actuales revueltas populares en Libia podemos afirmar sin temor a equivocarnos que presenciamos un curioso caso en el que estamos siendo atravesados tanto por la saturación de información, la posible contra información y la nunca desaprovechada desinformación, cuando no simple y puro caos informativo con poca profesionalidad periodística, escasa contrastación de las noticias (y los supuestos hechos), enorme desconocimiento de la realidad política y social de aquel país y nula capacidad crítica.
Todo esto tiene como consecuencia una serie de posicionamientos que, contra todo pronóstico, se suceden día a día en el panorama político internacional. Así podemos ver que los ayatolás de Irán están en la misma postura que los sionistas en Israel y los imperialistas en Washington y Bruselas: contra el Dictador Gadafi y a favor de lo que llaman “Revolución Libia” (curioso término para llamar a muchos de los que enarbolan la bandera monárquica).
Por otro lado, tenemos luego a los socialistas latinoamericanos que en una posición de ambigüedad y equidistancia para con Gadafi (excepto Nicaragua) terminan poniendo toda la carga de la prueba en la manipulación de los medios internacionales que responden al imperialismo, agitando la teoría de que todas estas revueltas han sido preparadas desde algún laboratorio de inteligencia político occidental, hasta desplegar la tesis, en las ya conocidas Reflexiones de Fidel, de una inminente invasión de la OTAN al soberano país de Libia, lo que no deja de ser preocupante.
Entre medio, se sucede sin parar una guerra de cifras de muertos que van desde las oficiales 300 hasta las declaraciones de un miembro libio del CPI (Corte Penal Internacional) que afirma que hay más de 10.000. Dimisiones en las filas del gobierno de Gadafi tanto en su cartera de Interior, sectores de las Fuerzas Armadas, Fiscalía General del Estado o en el ámbito diplomático. Todas las ciudades importantes tomadas por los rebeldes desde Benghazi hasta Tobruk, excepto Trípoli. Y el resto del mundo que presencia atónito algo que no parece lograr entender del todo pero que aún así les lleva a una posición casi inflexible: sí a las revueltas del pueblo de Libia, no a Gadafi.
¿Por qué? ¿Por qué hay tácito acuerdo en el resto del mundo en apoyar las revueltas y no a Gadafi? ¿Es esto la consecuencia inevitable de las Rebeliones en Túnez y Egipto? ¿Por qué el mundo no apoya al líder revolucionario que en 1969 y como capitán militar comandó un golpe de Estado que sacó a Libia de la tiranía pro occidental y corrupta monárquica y llevó al pueblo de Libia al nacionalismo panárabe de inspiración social-arabista? ¿Por qué el resto del mundo no apoya al autor del Libro Verde y su democracia directa, la Jamahiriya, entre comités populares?
Hay quienes ven en Gadafi una evolución natural y sujeta a las cambiantes circunstancias del mundo. De querer haber sido líder de los árabes y fracasado, pasando por haber querido ser líder de los palestinos y fracasado, hasta pasar a ser líder de los africanos y decirle NO al AFRICOM; lo cierto es que lo que periodistas experimentados como Tomás Alcoverro le llaman pragmático y extravagante, otros como Santiago Alba Rico le llaman lisa y llanamente Calígula libio. Pero ambos coinciden en que en los últimos 10 años, Gadafi empieza a construir una nueva imagen Internacional en Occidente y a dejar atrás esos discursos cargados de antiimperialismo y antisionismo que lo caracterizó durante la década del 70 y del 80. Pero su cambio no es sólo discursivo y como destaca sin contemplaciones Santiago Alba Rico van más allá:
“Gadafi ha sido durante los últimos diez años un gran amigo de la UE y de EEUU y de sus dictadores aliados en la zona. Baste recordar las incendiarias declaraciones de apoyo del Calígula libio al depuesto Ben Alí, a cuyas milicias muy probablemente proporcionó armas y dinero en los días posteriores al 14 de enero. Baste recordar también la dócil colaboración de Gadafi con los EEUU en el marco de la llamada “guerra antiterrorista”. La colaboración política ha ido acompañada de estrechos vínculos económicos con la UE, incluida España: la venta de petróleo a Alemania, Italia, Francia y EEUU ha sido paralela a la entrada en Libia de las grandes compañías occidentales (la española Repsol, la británica British Petroleum, la francesa Total, la italiana ENI o la austriaca OM), por no hablar de los suculentos contratos de las constructoras europeas y españolas en Trípoli. Por lo demás, Francia y EEUU no han dejado de proporcionarle armas para que ahora mate desde el aire a su propio pueblo, siguiendo el ejemplo de la Italia imperial desde 1911. En 2008 la ex secretaria de Estado Condoleeza Rice lo dejó muy claro: “Libia y Estados Unidos comparten intereses permanentes: la cooperación en la lucha contra el terrorismo, el comercio, la proliferación nuclear, África, los derechos humanos y la democracia”.
Cuando Gadafi visitó Francia en diciembre de 2007, Ayman El-Kayman resumió la situación en un párrafo que reproduzco aquí: “Hace casi diez años, Gadafi dejó de ser para el Occidente democrático un individuo poco recomendable: para que le sacaran de la lista estadounidense de Estados terroristas reconoció la responsabilidad en el atentado de Lockerbie; para normalizar sus relaciones con el Reino Unido, dio los nombres de todos los republicanos irlandeses que se habían entrenado en Libia; para normalizarlas con Estados Unidos, dio toda la información que tenía sobre los libios sospechosos de participar en la yihad junto a Bin Laden y renunció a sus “armas de destrucción masiva”, además de pedir a Siria que hiciese lo mismo; para normalizar las relaciones con la Unión Europea, se transformó en guardián de los campos de concentración, donde están internos miles de africanos que se dirigían a Europa; para normalizar sus relaciones con su siniestro vecino Ben Alí, le entregó a opositores refugiados en Libia”
La Tesis Tribal
Sin embargo hay una tesis que empieza a tener fuerza sobre los crudos acontecimientos que se están sucediendo en Libia: su peso tribal.
Y en efecto, parece ser que el éxito del poder unificador de Gadafi sobre Libia, que le mantuvo durante 4 décadas, no se debe tanto a su Revolución Social-arabista en el sentido occidental del término, como a la ingeniería de poder tribal que reinventó y a su astucia a la hora de manipular las hostilidades entre las diferentes tribus. Pero en su discriminación de las tribus de Oriente por considerarlas feudos del islamismo salafista, que ya en 1989-1990 iniciaron las primeras grandes revueltas contra Gadafi, estaría el origen de las actuales revueltas y justamente en la misma ciudad que ha sido estos días la protagonista: Benghazi.
Un preciso artículo de Rodrigo Fresán “El peso tribal es clave en Libia” nos arroja luz sobre una realidad poco difundida en Occidente y la resistencia histórica de la región de Cirenaica… ya desde los tiempos de Omar el Muktar frente al colonizador italiano.
Sin embargo lo que es menos difundido aún es el dossier del Scotland Yard de 2007 llamado “Libia Islámica”, compuesto por 22 páginas en las que se desmenuza con precisión la historia, su labor y la importancia del Grupo Islámico Combatiente Libio (LIFG). Desde su nacimiento en Trípoli en 1982 a manos de Awatha al-Zuwawi (estudiante de la ley islámica), cómo se forman en Afganistán luchando al lado del Talibán y de Bin laden contra el invasor soviético, cómo luego siguen su formación yihadista y entrenamiento en Sudán para más tarde volver a Libia, apoyar al GIA argelino y que tiene su feudo justamente en la región Cirenaica y en la gran ciudad de Benghazi.
Un grupo que ha cometido un atentado fallido contra Gadafi en 1996 y que fue acusado de estar financiado por el MI6 (servicio de inteligencia británico) justamente por un ex miembro del MI5 (servicio de seguridad británico) el señor David Shayler.
Conclusión:
Creemos que las tesis denunciadas por Fidel Castro y las posiciones de Cuba, Venezuela y Nicaragua deben tenerse en cuenta seriamente, no sin antes hacerles notar que las revueltas populares que se están sucediendo en Libia parecen tener un claro origen democrático y contrario a toda injerencia extranjera. Hayan grupos integristas agiornados o estén también algunos servicios de inteligencia extranjeros en la sombra, el poder de convocatoria y seguimiento de las revueltas excede claramente a estos grupos, que no puede contener, ni puede redirigir. Por tanto, resulta delicado sólo acusar a una posible intervención de la OTAN (que todavía no ha llegado a darse en Libia) y obviar los bombardeos a la población civil de Oriente por parte de las Fuerzas Armadas leales a Gadafi, con las consecuencias humanitarias que ello implica.
Pero también creemos que los posicionamientos de una gran parte de la prensa occidental pro imperialista y la prensa pro iraní e islamistas responden a sesgos e intereses que poco tienen en común con el pueblo de Libia y sí con particularismos hegemónicos. Resulta muy curioso ver en la misma tónica discursiva a un Simon Peres (en su visita a España) y a las autoridades iraníes o las autoridades del grupo islámico Hamás en la Franja de Gaza, mientras la aviación israelí bombardea una vez más la Franja.
Creemos que estas revueltas ponen de manifiesto el hartazgo social legítimo del pueblo libio contra la Dictadura de Gadafi, quien dejó hace tiempo de ser revolucionario y dividió al país entre Oriente y Occidente. También creemos que así y todo, el pueblo debe saber estar a la altura de las circunstancias para no dejarse manipular por la injerencia extranjera o el integrismo radical de algunos grupos del este de Libia. Está en la capacidad del pueblo libio el encontrar sus propios caminos de liberación interna en una sociedad con costumbres muy conservadoras y cuya microfísica del poder tribal obliga al desarrollo de potencialidades capaces de contener a todas ellas sin discriminación y en armonía.
http://rompiendo-muros.blogspot.com/2011/02/libia-donde-se-cruzan-todas-las.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario