Autora del best seller: La mafia médica. (Ed. Vesica Piscis).
Ghislaine Lanctôt ha ejercido la Medicina durante 27 años. Ahora no ejerce... aunque quisiera.
¿El motivo?
Hace ocho años la retiraron la licencia de médico.
¿Por qué? Por publicar este libro
¿Y qué contiene? Una descripción exhaustiva del "sistema de enfermedad"
-y no sanitario- que actualmente existe.
La autora acabó sus estudios de Medicina en 1967, una época en la que -como ella misma confiesa- estaba convencida de que la Medicina era extraordinaria y de que antes del final del siglo XX se tendría lo necesario para curar cualquier enfermedad. Sólo que esa primera ilusión fue apagándose hasta extinguirse.
....Y llego pronto a la conclusión de que las medicinas no agresivas son más eficaces, más baratas y, encima, tienen menores efectos secundarios.
….Por otra parte, como médico había participado en muchos congresos internacionales -en algunos como ponente- y" me di cuenta de que todas las presentaciones y ponencias que aparecen en tales eventos están controladas y requieren obligatoriamente ser primero aceptadas por el "comité científico" organizador del congreso.
¿Y quién designa a ese comité científico?
Pues generalmente quien financia el evento: la industria farmacéutica.
¡Hoy son las multinacionales las que deciden hasta qué se enseña a los futuros médicos en las facultades y qué se publica y expone en los
congresos de medicina! El control es absoluto.
Darme cuenta del control y de la manipulación a la que están sometidos los médicos -y los futuros médicos, es decir, los estudiantes- me hizo entender claramente que la Medicina es, ante todo, un negocio.
La Medicina está hoy controlada por los seguros -públicos o privados, da
igual- porque en cuanto alguien tiene un seguro pierde el control sobre el tipo de medicina al que accede. Ya no puede elegir. Es más, los seguros determinan incluso el precio de cada tratamiento y las terapias que se van a practicar.
Y es que si miramos detrás de las compañías de seguros o de la seguridad social... encontramos lo mismo.
¿Y cómo ganar más?
Pues haciendo que la gente esté enferma... porque las personas sanas no generan ingresos.
La estrategia consiste, en suma, en tener enfermos crónicos que tengan
que consumir todo tipo de productos paliativos, es decir, para tratar sólo síntomas; pero nunca fármacos que puedan resolver una dolencia.
El llamado sistema sanitario es en realidad un sistema de enfermedad. Se practica una medicina de la enfermedad y no de la salud.
Se trata de un sistema que mantiene al paciente en la ignorancia y la dependencia, y al que se estimula para que consuma fármacos de todo tipo.
-¿Y qué papel juega el médico en esa mafia?
-El médico es -muchas veces de forma inconsciente, es verdad- la correa de transmisión de la gran industria. Durante los 5 a 10 años que pasa en la Facultad de Medicina el sistema se encarga de inculcarle unos determinados conocimientos y de cerrarle los ojos a otras posibilidades.
Se enseña que el médico no debe implicarse emocionalmente y que es una especie "dios" de la salud.
Se trata de una medicina que además sólo reconoce lo que se ve, se toca o se mide y niega toda conexión entre las emociones, el pensamiento, la conciencia y el estado de salud del físico. Y cuando se la importuna con algún problema de ese tipo le cuelga la etiqueta de "enfermedad psicosomática" al paciente y le envía a casa tras recetarle pastillas para los nervios.
-Salvo en lo que a cirugía se refiere, los antibióticos y algunas pocas cosas más, como los modernos medios de diagnóstico, solo se trabaja en sintomas.
-¿Quiénes integran, a su juicio, la "mafia médica"?
-A diferentes escalas y con distintas implicaciones, por supuesto, la industria farmacéutica, las autoridades políticas, los grandes laboratorios, los hospitales, las compañías aseguradoras, las Agencias del Medicamento,los colegios de médicos, los propios médicos, la Organización Mundial de la Salud (OMS) -el Ministerio de Sanidad de la ONU- y, por supuesto, el gobierno mundial en la sombra del dinero.
-Tenemos entendido que para usted la Organización Mundial de la Salud es "la mafia de las mafias".
La OMS es la organización que establece, en nombre de la salud, la "política de enfermedad" en todos los países. Todo el mundo tiene que obedecer ciegamente las directrices de la OMS. No hay escapatoria. De hecho, desde 1977, con la Declaración de Alma ATA, nadie puede escapar de su control.
-¿En qué consiste esa declaración?
-Se trata de una declaración que da a la OMS los medios para establecer los criterios y normas internacionales de práctica médica. Se desposeyó así a los países de su soberanía .
Así es como se han impuesto las vacunas y los medicamentos a toda la población del globo.
-Una labor que no se cuestiona.
-Claro, porque, ¿quién va a osar dudar de las buenas intenciones de la Organización Mundial de la Salud?
Sin embargo, hay que preguntarse quién controla a su vez esa organización ?
-¿Cree que ni siquiera las organizaciones humanitarias escapan a ese control?
-Por supuesto que no. Las organizaciones humanitarias también dependen de la ONU, es decir, del dinero de las subvenciones. Y, por tanto, sus actividades están igualmente controladas. Organizaciones como "Médicos sin fronteras" creen que sirven altruistamente a la gente pero en realidad sirven al dinero.
Al final es el enfermo es el único que puede curarse. Nadie puede hacerlo en su lugar. La autosanación es la única medicina que cura. La cuestión es que el sistema trabaja para que olvidemos nuestra condición de seres soberanos y nos convirtamos en seres dependientes. En nuestras manos está pues romper esa esclavitud....
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