Vaya por delante que estoy a favor de las bombillas de bajo consumo. Con la que está cayendo y la que se espera, ahorrar energía es un ejercicio de necesaria responsabilidad, además de una eficaz acción en la lucha contra el cambio climático. Pero me parece muy grave cómo se está promocionando esta sustitución de luminarias en toda Europa, donde a partir del próximo año se prohibirá la venta de cualquier tipo de bombilla incandescente, las de toda la vida, sin explicarnos antes los riesgos de este cambio.
Primero se popularizan (y hasta regalan) y ahora, muy tímidamente, empiezan a desarrollarse campañas para promover su reciclaje. Sin embargo, ninguna administración nos advierte del peligro sanitario que el manejo de estas bombillas encierra en su interior: vapor de mercurio.
Es verdad, la cantidad es muy pequeña, cien veces inferior a la de un termómetro, pero su inhalación puede provocar graves problemas en nuestro sistema nervioso, especialmente en el de los niños, pues es un metal pesado bioacumulable.
¿Sabías que si se nos rompe en casa una de estas bombillas, lo recomendable es abrir las ventanas y evacuar la habitación durante al menos 15 minutos?Ni tú ni prácticamente nadie.
Compruebo con preocupación cómo la improvisación no es un vicio de exclusividad española. Junto al plan de recambio de lámparas incandescentes por las de bajo consumo, es imprescindible un plan de recolección diferenciado que no sólo haga hincapié en el buenismo cívico del reciclaje, sino también en los peligros de su manejo y destrucción, ampliando la distribución de contenedores específicos fuera de los comercios. Al menos hasta que la tecnología led, sin estas amenazas para la salud, abarate los costes y permita sustituir dentro de pocos años a las ahora recién llegadas de bajo consumo.
Resumiendo, y sin caer en alarmismos, es importante tener en cuenta unos mínimos consejos cuando debas sustituir tanto estas bombillas como los tubos fluorescentes convencionales:
> Nunca las tieres al cubo de basura doméstica o a los contenedores de reciclaje de vidrio.
> Deposítalas en los contenedores de cartón que para su reciclaje existen en los comercios de iluminación o llévalas al punto limpio más cercano.
> Cuando las dejes en el contenedor hazlo con cuidado para evitar su rotura.
> Siempre que se rompan, adviértelo y ventila la habitación durante un cuarto de hora.
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