El
nuevo proyecto que sacará el gobierno español para su sistema de
pensiones promete mucha polémica. Hasta ahora el cálculo se realizaba
siguiendo el IPC o inflacción anual general, desde la reforma ya no. Lo
que se va a tener en cuenta es la sostenibilidad del sistema a través de
una complicada fórmula en la que se tienen en cuentan tantos factores
que resultará inevitable que en 2027, cuando la jubilación se produzca a
los 67 años, sino más tarde, su importe se verá reducido como mínimo en
un 12%.
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Un
equipo de “sabios está reformando la manera de establecer el nivel de
las pensiones, de acuerdo con una predicción que estriba entre los 11 y
13 años. sin tener en cuenta la inflacción, tal como ocurre siguiendo El
Pacto de Toledo. Las pensiones revalorizarán sólo si el PIB se
incrementa entre un 2 ó un 2,5%, algo que, según las previsiones del FMI
no ocurrirá al menos hasta 2019. Este conjunto de medidas, que responde
a la mala gestión de un gobierno que no sabe lo qué es el interés
general sino el de sus aliados, va a prolongar
el
periodo de cotización necesaria para tenerla, de modo que, dada la
situación económica con seis millones de parados, resulta muy poco
imaginable que muchas personas que actualmente tienen mediana edad
puedan acceder a estar ayudas públicas en un futuro no muy lejano. De
hecho, tener en cuenta las previsiones de ingresos y gastos públicos y
el IPC sólo en tiempos de bonanza, no es una buena noticia para los
millones de personas que actualmente se benefician de ella.
La reforma, que está siendo elaborada por un consejo de expertos,
guiados por la ministra de trabajo, aún no ha salido del horno pero ya
se sabe que su sabor va a gustar bien poco…
ÁNGEL VILVOORD.
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