El otro día me dio por mirar al cielo y me encontré con esta imagen del cielo visto desde la localidad de Estepona (Málaga). El aeropuerto más cercano de esta localidad se encuentra a unos
En la foto se pueden apreciar al menos, seis rastros de chemtrails. ¿Qué es lo que contiene esos rastros de “fumigación”?... Puede ser cualquier cosa. Desde virus hasta toxinas o venenos de cualquier tipo.
Hace un par de días, estuve hablando con uno de los pocos pastores que quedan en Estepona. Me comentó que las cabras se le estaban muriendo. Que los de la Diputación Provincial de Málaga (perteneciente a la Junta de Andalucía), fumigaban los bordes de la carretera que sube a la Sierra para que no crezcan las plantas y que sus cabras se comen esas plantas fumigadas y se mueren. Me comentó que se había quejado y que le habían dicho que ese veneno era inicuo (jajaja). Ya me gustaría ver a uno de los personajes que dicen que ese veneno es inicuo comiéndose una ensalada después de haberla rociado con esas sustancias. No me extraña que cada vez queden menos animales salvajes cuando no paran de envenenarlos… También me comentó que ha visto aviones fumigando. Dice que fumigan para matar a unas orugas. Esto tiene gracia. Nos rocían con veneno, rocían la naturaleza con venenos, y rocían las cosechas con veneno. Yo creo que aún no han inventado un veneno inteligente que no se deje llevar por el viento hasta nuestras narices, hasta nuestros alimentos o hasta los animales que viven en libertad, así que ese veneno no es para las orugas, es para nosotros. Pero bueno, luego surgen numerosos tipos de enfermedades y virus mutantes que nos ayudan a aligerar la carga de soportar una vida guiada por el “sinsentido” con el que actúan unos personajillos que se suelen llamar políticos. Y nosotros seguimos pagando numerosos impuestos para que estas buenas personas utilicen sus sublimes neuronas en pensar como dificultar nuestra existencia.
Curiosamente, aquí, en Estepona se ha dado el caso Astapa. Uno de los casos más bochornosos acaecidos en la política española y europea. Después de décadas de estar robando como locos sin que nadie hiciera nada para remediarlo, se ha destapado un caso donde sólo le faltaba robar al gato que suele merodear por la plaza del Ayuntamiento… Irónicamente, la justicia actuó después de que un político denunciara la situación. En este caso se confirma que la excepción hace la regla. Seguramente los juzgaran por lo poco que puedan averiguar de lo que hayan robado (trapicheos con licencias de obras y otras artes) y que pueden ser miles de millones de euros (contando con que se han “malvendido” o “regalado” numerosos terrenos del municipio de la Costa del Sol) y después de estar un breve tiempo en la cárcel viviendo como los Reyes Magos, seguirán llevando su vida de multimillonarios mientras los ciudadanos padecen el desfalco de las arcas municipales… Pero no hay que desanimarse. Tenemos la suerte de contar con una democracia en la que podemos votar a otro político que robe menos o que fumigue de otra forma.
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