Aunque es un gran desconocido en nuestro país, fuera ya se utiliza con propósitos estéticos y medicinales
El aceite de coco es beneficioso para los afectados por diabetes de tipo 2. Aunque no es una cura, sí se han observado mejoras en enfermos con este problema. Ayuda, además, a las personas que padecen hipotiroidismo (regula el metabolismo y logra aumentar la temperatura corporal), y colabora con el buen funcionamiento de los sistemas cardíaco e inmunológico.
También ayuda a mejorar a las personas con problemas de riñón y a mantener unos dientes y huesos sanos. Todas estas propiedades se derivan de su contenido en ácido láurico, ácido cáprico y ácido caprílico, que tienen propiedades antibacterianas, antimicrobianas, anti-hongos, antioxidantes y calmantes.
Tiene un alto poder regenerador y nutritivo. Puede calmar la piel irritada o sensible. Además, como es antibacteriano, resulta un poderoso remedio contra el acné.
Su uso en el cabello no sólo le aporta altas dosis de nutrición por su capacidad de penetrar en el pelo y evita la pérdida de proteínas, sino que muchos profesionales lo utilizan para dar forma y fijar.
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