A mediados del siglo pasado, un grupo de científicos hizo un experimento
con unos monos en Japón. Estos monos comían unas patatas dulces. Se las
comían con tierra y todo. Uno de estos monos aprendió a lavar las patatas y
se dio cuenta de que estaban más sabrosas. Éste, empezó a enseñar a los
demás monos a lavar las patatas y, cuando hubo una determinada cantidad
de monos que lo aprendieron, se produjo un efecto sorprendente. Monos de
otros lugares, con los que no habían tenido contacto físico alguno,
empezaron a lavar las patatas sin que les hubiesen enseñado. De algún
modo, les llegó ese conocimiento de forma instantánea y lo pusieron en
práctica.
Todo está conectado a todo. A su vez, existen unas redes de conexiones que
unen a todos los individuos de cada especie. Estamos conectados. Esto hace
que, cuando un determinado número de cada especie adquiere un
conocimiento, instantáneamente, el resto que la compone también adquiere
ese conocimiento. Es aquí donde podemos darnos cuenta de por qué
aquellos que sí conocían la verdad sobre el funcionamiento de la vida, por
qué aquellos que han estado gobernando el Planeta y nuestras vidas, se han
preocupado sobremanera de controlar los medios de comunicación y de
mantener ocultos esos conocimientos. Ellos, esos artistas, lo han utilizado
para situarse en el poder y para lucrarse a costa de la desgracia de los
demás. Ahora saben que se les está desmoronando la vida ilusoria que
crearon y que creamos nosotros mismos al ser manipulados por ellos. Y ya
no pueden controlar el resultado.
En una ocasión, hablándole a mi hermano pequeño sobre el efecto del
centésimo mono, me preguntó que si esto ocurre así, ¿por qué no todas las
personas saben leer o escribir?. Una muy buena pregunta que me dejó,
ciertamente, estupefacto.
Le dije que, los monos, al igual que el resto de animales, se mantienen en
equilibrio de acuerdo al objetivo que Dios les ha dado y que, para que se
produzca este efecto, esta masa crítica necesaria tiene que estar en
equilibrio. Su consciencia, su vibración, debe estar acorde con el motivo de
su existencia.
Mediante los medios de comunicación, las religiones y otros medios, nos
han llenado constantemente de miedos y temores o de cualquier otra cosa
que mantuviese nuestra mente ocupada. Así no tendríamos tiempo para
darnos cuenta de la verdad. Terrorismo, guerras, desgracias, sexo en su
forma instintiva… Y todo tipo de historias que fuesen capaces de desviar
nuestra atención hacia otro lado, alejándonos de la Felicidad. Seguramente,
lo próximo que nos dirán para intentar hacer su manipulación más efectiva,
es que nos pongamos un chip. Así podrán, mediante ondas cerebrales,
hacer que hagamos lo que quieran.
En algunas religiones y pueblos antiguos se habla de los 144.000 justos que
salvarán la Tierra. Estoy seguro de que se referían a una masa crítica
necesaria que, tras haber comprendido el verdadero funcionamiento de la
vida, transmitirían esa información a los demás; evitando así la
autodestrucción hacia la que vamos encaminados.
(Extracto de "La Semilla. Un libro para recordar")
*En este link podrán encontrar un buen artículo sobre el experimento del centésimo mono: http://starviewer.wordpress.com/2009/10/21/el-centesimo-humano-si-yo-cambio-todo-cambia-hipotesis-para-cambios-globales/
Escribe el resto de la entrada aquí (Ya completo...)
con unos monos en Japón. Estos monos comían unas patatas dulces. Se las
comían con tierra y todo. Uno de estos monos aprendió a lavar las patatas y
se dio cuenta de que estaban más sabrosas. Éste, empezó a enseñar a los
demás monos a lavar las patatas y, cuando hubo una determinada cantidad
de monos que lo aprendieron, se produjo un efecto sorprendente. Monos de
otros lugares, con los que no habían tenido contacto físico alguno,
empezaron a lavar las patatas sin que les hubiesen enseñado. De algún
modo, les llegó ese conocimiento de forma instantánea y lo pusieron en
práctica.
Todo está conectado a todo. A su vez, existen unas redes de conexiones que
unen a todos los individuos de cada especie. Estamos conectados. Esto hace
que, cuando un determinado número de cada especie adquiere un
conocimiento, instantáneamente, el resto que la compone también adquiere
ese conocimiento. Es aquí donde podemos darnos cuenta de por qué
aquellos que sí conocían la verdad sobre el funcionamiento de la vida, por
qué aquellos que han estado gobernando el Planeta y nuestras vidas, se han
preocupado sobremanera de controlar los medios de comunicación y de
mantener ocultos esos conocimientos. Ellos, esos artistas, lo han utilizado
para situarse en el poder y para lucrarse a costa de la desgracia de los
demás. Ahora saben que se les está desmoronando la vida ilusoria que
crearon y que creamos nosotros mismos al ser manipulados por ellos. Y ya
no pueden controlar el resultado.
En una ocasión, hablándole a mi hermano pequeño sobre el efecto del
centésimo mono, me preguntó que si esto ocurre así, ¿por qué no todas las
personas saben leer o escribir?. Una muy buena pregunta que me dejó,
ciertamente, estupefacto.
Le dije que, los monos, al igual que el resto de animales, se mantienen en
equilibrio de acuerdo al objetivo que Dios les ha dado y que, para que se
produzca este efecto, esta masa crítica necesaria tiene que estar en
equilibrio. Su consciencia, su vibración, debe estar acorde con el motivo de
su existencia.
Mediante los medios de comunicación, las religiones y otros medios, nos
han llenado constantemente de miedos y temores o de cualquier otra cosa
que mantuviese nuestra mente ocupada. Así no tendríamos tiempo para
darnos cuenta de la verdad. Terrorismo, guerras, desgracias, sexo en su
forma instintiva… Y todo tipo de historias que fuesen capaces de desviar
nuestra atención hacia otro lado, alejándonos de la Felicidad. Seguramente,
lo próximo que nos dirán para intentar hacer su manipulación más efectiva,
es que nos pongamos un chip. Así podrán, mediante ondas cerebrales,
hacer que hagamos lo que quieran.
En algunas religiones y pueblos antiguos se habla de los 144.000 justos que
salvarán la Tierra. Estoy seguro de que se referían a una masa crítica
necesaria que, tras haber comprendido el verdadero funcionamiento de la
vida, transmitirían esa información a los demás; evitando así la
autodestrucción hacia la que vamos encaminados.
(Extracto de "La Semilla. Un libro para recordar")
*En este link podrán encontrar un buen artículo sobre el experimento del centésimo mono: http://starviewer.wordpress.com/2009/10/21/el-centesimo-humano-si-yo-cambio-todo-cambia-hipotesis-para-cambios-globales/
Escribe el resto de la entrada aquí (Ya completo...)
Bonita teoría, pero solo eso: una teoría. En realidad tiene muy poco de científica, pues la hipótesis, como el mismo Watson admite, está repleta de improvisaciones, “dado que los primatólogos no saben qué ocurrió”. Pero la ciencia no improvisa los detalles.
ResponderEliminarParece que el primer mono aprendió a lavar batatas en 1952, pero en 1962, sólo 32 de los 59 monos que había en la isla de Koshima sabían lavar batatas. Es decir, los treinta y seis monos no fueron una masa crítica, ni siquiera dentro de la isla. Y aunque es cierto que en otras islas se produjeron conductas similares, no hay prueba alguna de que el fenómeno esté conectado con la isla. Pudieron aprender a lavar batatas ellos mismos, como ocurrió con el mono de Koshima, o pudieron ser enseñados por habitantes de esas otras islas.