Lobo Blanco
Se dice que el papa da sus bendiciones finales y que se acerca el planeta amargo del Apocalipsis. La Luna cambia su órbita, las estrellas giran lentas y la Tierra se tambalea como un borracho.
Yo Darrel Whitewolf (Lobo Blanco), anciano entre los pacíficos Chéroki, con este mensaje poderoso desafío a los ancianos de todas las naciones. Solicito aquí la liberación y la entrega inmediata de la información -sagrada para toda la humanidad- que se refiera al futuro próximo de sus familias y seres queridos. Con el riesgo de que se me disparen muchas flechas envío este mensaje.
Soy un viejo guerrero que no es ajeno a las batallas. Atrae mi atención que los ancianos están preparando las últimas ceremonias. El pueblo Hopi no tiene ninguna palabra para nombrar el futuro, pero se alista para descender bajo el suelo.
Los Ojibwa y los Lakota dicen que estamos en el final. Dicen -y repito lo que afirman-: vuelvan a sus aldeas y digan a la gente que ya pasó la undécima hora. Se dice que la estrella azul Katchina ha llegado y que sigue el purificado, que es un gran cuerpo celeste.
Es hora de la limpieza, de la tercera sacudida. Es hora de contar a todos sobre la llegada de los que vigilan los cielos, que no se parecen a nosotros, y también de los que viven bajo la tierra. He oído que ha vuelto la mujer del becerro del Búfalo Blanco.
Me han dicho que enseñe las historias de la creación y cómo debemos llegar ser como Uno. Esto no es suficiente.
El cacique Lookinghorse (Caballo Observador) entregó sus mensajes en todos los lugares sagrados del mundo, pero éste aun es confuso, ahora mismo, para las gentes de otras naciones; las cosas pueden ocurrir incluso este mismo mes: sucederán en un tiempo muy próximo.
Esto está perfectamente claro para mí, pero ¿quién creerá a un anciano? No es bastante citar los versos de la Biblia. No es bastante contar las viejas historias. No es bastante hablar de los animales y el significado que surge cuando cierto animal se aparece en sus vidas.
Pienso que puedo decir con seguridad que hablo para todos, ahora, cuando les desafío con la simple y llana verdad acerca lo que está a punto de suceder.
No más palabras de la Biblia, la de la cruz desequilibrada, dichas por los que robaron nuestra tierra, violaron a nuestras mujeres y mataron a nuestros niños. Los manipulados por los que a todos vigilan.
No más viejas historias. No más códigos. ¿Quién desea oír tales absurdos? El tiempo corre muy aprisa.
Sé que lo que ustedes saben. Y sé también que hay todavía incredulidad en el corazón de algunos, y que no quieren que los otros pueblos conozcan estas cosas. Pero ha llegado el tiempo -y ésta es la hora precisa- para que ustedes, hombres de sabuduría, hablen con claridad y digan lo que deben decir con decisión para liberar y entregar la información con el objeto de que todas las naciones se preparen en cuerpo y espíritu.
Se dice que el Papa entrega sus finales bendiciones. Él sabe que Amargo, el planeta oscuro, se aproxima. Se dice que supuestos astrónomos observan algo grande que se apresura hacia la Tierra.
Hay una muestras claras y nítidas de que los cielos, el día y noche, han cambiado repentina y gravemente.
La Luna alterará su órbita y cuando se eleve aparecerá en el cielo del oeste. Las estrellas que danzan en el cielo de la noche giran más lentas. La madre Tierra se tambalea como un borracho. Con gran respecto me inclino con humildad y pido la enseñanza del creador sobre estos asuntos.
No para mí, sino para mis hermanas y hermanos, para mis amigos y familiares.
Con el gran respecto por los ancianos pido que ellos entreguen este conocimiento y respalden sus palabras; como dijo Mitakoye Oyasin. Todos somos sus hermanos y hermanas.
¿Nos dejarán ustedes atrás, conociendo sólo medias verdades?
El Abuelo me perdonará si he ofendido; este mensaje viene de mi corazón, y del espíritu de Caballo Loco que habla dentro de mí.
El Abuelo perdona a los que todavía mantienen su desprecio hacia el hombre blanco:el hombre negro, el rojo y el amarillo. Enviamos nuestra oración a ustedes con el humo dela pipa sagrada sobre las alas de nuestra hermana Awahili, el Águila.
Les pido que que nos mantengan a todos nosotros aquí, ante su presencia, ahora y para siempre. Permitan que las verdades sean nítidas para todos.
Wado, Wakan Tanka, Aho.
Es todo lo que tengo para decir.
Yo Darrel Whitewolf (Lobo Blanco), anciano entre los pacíficos Chéroki, con este mensaje poderoso desafío a los ancianos de todas las naciones. Solicito aquí la liberación y la entrega inmediata de la información -sagrada para toda la humanidad- que se refiera al futuro próximo de sus familias y seres queridos. Con el riesgo de que se me disparen muchas flechas envío este mensaje.
Soy un viejo guerrero que no es ajeno a las batallas. Atrae mi atención que los ancianos están preparando las últimas ceremonias. El pueblo Hopi no tiene ninguna palabra para nombrar el futuro, pero se alista para descender bajo el suelo.
Los Ojibwa y los Lakota dicen que estamos en el final. Dicen -y repito lo que afirman-: vuelvan a sus aldeas y digan a la gente que ya pasó la undécima hora. Se dice que la estrella azul Katchina ha llegado y que sigue el purificado, que es un gran cuerpo celeste.
Es hora de la limpieza, de la tercera sacudida. Es hora de contar a todos sobre la llegada de los que vigilan los cielos, que no se parecen a nosotros, y también de los que viven bajo la tierra. He oído que ha vuelto la mujer del becerro del Búfalo Blanco.
Me han dicho que enseñe las historias de la creación y cómo debemos llegar ser como Uno. Esto no es suficiente.
El cacique Lookinghorse (Caballo Observador) entregó sus mensajes en todos los lugares sagrados del mundo, pero éste aun es confuso, ahora mismo, para las gentes de otras naciones; las cosas pueden ocurrir incluso este mismo mes: sucederán en un tiempo muy próximo.
Esto está perfectamente claro para mí, pero ¿quién creerá a un anciano? No es bastante citar los versos de la Biblia. No es bastante contar las viejas historias. No es bastante hablar de los animales y el significado que surge cuando cierto animal se aparece en sus vidas.
Pienso que puedo decir con seguridad que hablo para todos, ahora, cuando les desafío con la simple y llana verdad acerca lo que está a punto de suceder.
No más palabras de la Biblia, la de la cruz desequilibrada, dichas por los que robaron nuestra tierra, violaron a nuestras mujeres y mataron a nuestros niños. Los manipulados por los que a todos vigilan.
No más viejas historias. No más códigos. ¿Quién desea oír tales absurdos? El tiempo corre muy aprisa.
Sé que lo que ustedes saben. Y sé también que hay todavía incredulidad en el corazón de algunos, y que no quieren que los otros pueblos conozcan estas cosas. Pero ha llegado el tiempo -y ésta es la hora precisa- para que ustedes, hombres de sabuduría, hablen con claridad y digan lo que deben decir con decisión para liberar y entregar la información con el objeto de que todas las naciones se preparen en cuerpo y espíritu.
Se dice que el Papa entrega sus finales bendiciones. Él sabe que Amargo, el planeta oscuro, se aproxima. Se dice que supuestos astrónomos observan algo grande que se apresura hacia la Tierra.
Hay una muestras claras y nítidas de que los cielos, el día y noche, han cambiado repentina y gravemente.
La Luna alterará su órbita y cuando se eleve aparecerá en el cielo del oeste. Las estrellas que danzan en el cielo de la noche giran más lentas. La madre Tierra se tambalea como un borracho. Con gran respecto me inclino con humildad y pido la enseñanza del creador sobre estos asuntos.
No para mí, sino para mis hermanas y hermanos, para mis amigos y familiares.
Con el gran respecto por los ancianos pido que ellos entreguen este conocimiento y respalden sus palabras; como dijo Mitakoye Oyasin. Todos somos sus hermanos y hermanas.
¿Nos dejarán ustedes atrás, conociendo sólo medias verdades?
El Abuelo me perdonará si he ofendido; este mensaje viene de mi corazón, y del espíritu de Caballo Loco que habla dentro de mí.
El Abuelo perdona a los que todavía mantienen su desprecio hacia el hombre blanco:el hombre negro, el rojo y el amarillo. Enviamos nuestra oración a ustedes con el humo dela pipa sagrada sobre las alas de nuestra hermana Awahili, el Águila.
Les pido que que nos mantengan a todos nosotros aquí, ante su presencia, ahora y para siempre. Permitan que las verdades sean nítidas para todos.
Wado, Wakan Tanka, Aho.
Es todo lo que tengo para decir.
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