Páginas

viernes, 29 de marzo de 2013

LA NO VIOLENCIA YA ES EL DISCURSO DE LAS CLASES DOMINANTES


 
Nunca he pretendido negar que Ernesto Guevara cometiera actos violentos durante sus años de guerrillero en Sierra Maestra. Los testimonios de esa época coinciden en señalar que se ocupaba personalmente de atender a los prisioneros enfermos y no consentía que se les maltratara. Eso no impidió que ejecutara personalmente al guerrillero Eutimio Guerra. Eutimio reveló su posición a las tropas de Batista. Su traición se utilizó para aniquilar a decenas de combatientes y situar a Fidel Castro al borde del fracaso. Es fácil condenar este acto cuando sobrevivir no es un problema diario y el adversario respeta las leyes de guerra, algo que no hacía el ejército de Batista, aficionado a la tortura, la mutilación y el asesinato. No es posible acabar con una dictadura sin derramar sangre. 

Es algo terrible y moralmente dañino para la humanidad del que se implica en una confrontación de esta naturaleza, pero la violencia revolucionaria no es un capricho, sino una necesidad que nace del propósito de luchar contra odiosas injusticias. Me parece escandalosamente hipócrita indignarse ante la pérdida de vidas humanas en un contexto de lucha y rebelión popular, sin reparar en que la globalización es una forma de imperialismo económico (y militar) que está propagando la miseria y la desesperación.

 Si alguien cree que esta nueva agresión contra la clase trabajadora y los países del Tercer Mundo se detendrá con consignas pacifistas, no sólo se equivoca, sino que además incurre en una indeseada complicidad, pues el dogma de la no violencia ya forma parte del discurso oficial de las clases dominantes y se ha convertido en una poderosa herramienta para desarmar a los humillados y oprimidos. El derecho de rebelión es perfectamente legítimo cuando millones de hombres, mujeres y niños se hunden en la pobreza y la marginación, sin otra esperanza que la caridad privada o una muerte invisible y anónima.

No hay comentarios:

Publicar un comentario