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miércoles, 14 de mayo de 2014

Sobre la mayor mafia que existe en este país se rumorea:


# la hija de la asesina saca una plaza en la diputación de León tras años de oposición y perderte lo mejor de tu juventud...
# estas años trabajando sin ninguna queja de nada...

# entra este bicho de presidenta de la Diputación y le coge manía...
# la echa a la calle para meter a una amiga suya en su puesto...
# se va a paro (pero hay que seguir pagando la hipoteca)... Y se acaba...
# la chica se busca la vida en Astorga ( tu padre es allí policía nacional ) y se presentas a las elecciones como segunda de lista del PP (concejal seguro) ...
# diez días antes de las elecciones Isabel Carrasco ("el Bicho") que también es presidenta del PP de León y la expulsa del partido...
# gracias a un recurso la readmiten en la Diputación con ayuda del vicepresidente también del PP...
# la vuelven a echar y blindan su despido...
# Isabel Carrasco se inventa unos Plus que había cobrado de más y le meten 12.000 euros de multa...
# la chica se queda sin paro y no puede pagar la multa...
# la Diputación de León le embarga la casa y como su madre te avaló van a por ella...

 
RESULTADO: la madre percibe que la única solución al drama familiar es pegar cuatro tiros a la acumuladora de cargos y sueldos públicos, practicante, además, de mobing laboral. 

 
VALORACIÓN MORAL: obviamente todo asesinato es condenable.

 
VALORACIÓN POLÍTICO-SOCIAL: la desesperación de una madre, por primera vez en la historia reciente de España, ha castigado brutalmente la prepotencia, las obsesiones, la desmesura en las ambiciones, el carácter tosco y desagradable, de una política típica del régimen nacido en 1978. Cada uno de nosotros, en su provincia, en su comunidad autónoma, en su municipio, conoce políticos de la misma ralea que la asesinada. La diferencia entre Isabel Carrasco y otros muchos políticos exactamente iguales a ella es que se topó con la horma de su zapato.

 
PREVISIÓN: la madre acusada será objeto de un castigo ejemplar por parte de los tribunales y sus atenuantes no serán tenidas en cuenta. No se trata, para el aparato de justicia, que la gente se tome drásticamente la justicia por su mano. Salvo su familia y sus beneficiarios, muy pocos parecen haber llorado el asesinato de Isabel Carrasco. Que tome nota la clase política porque este crimen es de los que marcan época. Alguno tendrá sensación de que la impunidad ha terminado.

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