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viernes, 31 de mayo de 2013

Aspartame: la dulce historia de terror del endulzante en las bebidas refrescantes

A sabiendas de que hay cosas que son “demasiado buenas para ser verdad”, el aspartame prometía endulzar bebidas y productos sin aumentar las calorias ni producir obesidad en los usuarios –pero a un costo demasiado grave para la salud.

 
aspartame

El 23 de abril del 2007, el doctor italiano Morando Soffritti recibió el premio Irving J. Selikoff en la escuela de medicina de Nueva York Monte Sinaí, uno de los galardones más prestigiosos de la medicina. Soffritti fue reconocido así por su “destacable contribución a la identificación de cancerígenos ambientales e industriales y por su promoción de la investigación científica independiente.” Soffritti es sólo uno de muchos científicos que han cuestionado el aspartame comercial como sustancia endulzante, a pesar de que el gobierno estadunidense siga ratificándolo como un producto no peligroso.
En el caso del aspartame como en el de pesticidas, semillas genéticamente modificadas e industrias como la del tabaco, la FDA (agencia gubernamental encargada de aprobar los ingredientes utilizados en medicinas y alimentos en Estados Unidos) ha hecho oídos sordos: los estudios independientes siguen demostrando los peligros de sustancias y productos de uso cotidiano mientras que los estudios conducidos por la FDA o fuentes corporativas alaban sus propiedades. ¿De qué lado está la ciencia?
¿Qué es el aspartame?
Es una combinación de metanol y dos aminoácidos, fenilalanina y ácido aspártico. Fue descubierta por accidente en 1965 por el químico James Schlattler, quien trabajaba en la empresa G.D. Searle, mientras trabajaba en otra sustancia. El aspartame resultó ser mucho más dulce que el azúcar convencional pero sin el añadido de las calorías.
La panacea de este químico de sabor a caramelo es amenazada por los metabolitos, que no son sino los remanentes de una sustancia cuando esta es absorbida (es decir, metabolizada, “descompuesta” a través de la digestión u otro proceso químico del cuerpo), y que pueden tener efectos secundarios con el paso del tiempo.
Casi todos los estudios científicos que provienen de fuentes corporativas sobre el aspartame no encuentran ninguna señal de los posibles efectos adversos de la sustancia; en oposición, casi todos los estudios independientes evidencian peligros para la salud. Uno de los más tempranos estudios data de 1967, cuando Harold Waisman, bioquímico de la Universidad de Winsconsin, suministró leche endulzada con aspartame a siete bebés mono. Uno murió y otros cinco desarrollaron convulsión tónico-clónica. El estudio puede consultarse aquí.
Pensando un poco en una teoría de conspiración, puede tratarse de que los gobiernos conozcan los efectos secundarios descritos por estudios independientes (aumento en la agresividad y el enojo) por lo que bebidas carbonatadas endulzadas con aspartame son entregadas puntualmente en el frente de guerra a los soldados desde hace décadas.
La etiqueta de los productos que consumimos, así como la información, son nuestra única arma para elegir conscientemente qué productos deseamos en nuestras vidas y qué sustancias no deseamos en nuestros cuerpos. Aquí una pequeña lista de los tipos de productos y bebidas comerciales que contienen aspartame:
Diet Coca Cola
Coca Cola Zero
Pepsi Max
Sprite Zero
7Up Free
Fanta Zero
Dr. Pepper Zero
Danone Activia Cherry
Canderel
Silver Spoon Sweetness y Light
Silver Spoon Light Granulated Sugar
etc.

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