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miércoles, 16 de enero de 2013

El polémico –y falso– ‘Diario de Anna Frank’

Publicado en el periódico Jaque Mate, editado por Rafael Palacios.
El polémico –y falso– ‘Diario de Anna Frank’
AnnaFrankEstudiada en los colegios de medio mundo como la autobiografía de una niña judía recluida en su casa de Ámsterdam para evitar ser capturada por los nazis, la veracidad de El diario de Ana Frank se enfrenta a una serie de evidencias imposibles de rebatir.
En 1959, una publicación sueca pone en duda la veracidad del relato en una serie de artículos que serían reproducidos por la revista americana Economic Council Setter del 15 de abril de ese mismo año. Unos años antes, el 2 de octubre de 1955, el diario New York Times hablaba de que en el diario original había “aproximadamente 150 inscripciones propias de una jovencita (“mamita me trata a veces como un bebé, lo que no puedo soportar”) con pocas referencias políticas. Sin embargo, el diario que se publicó contiene 293 páginas, plagadas de referencias políticas que presuponen un conocimiento de la historia impropio de una niña y con un estilo más propio de un adulto.
El propio padre de la niña, Otto Frank, reconoció que el relato que publicó se había filtrado previamente de las referencias criticas a la madre (propias de una niña) y que al menos tres personas lo habían corregido: la escritora judía Anneliese Schütz, Isa Cauven y, por fin y sobre todo, el periodista holandés Albert Cauven. El propio semanario oficialista alemán, Der Spiegel,  reconoció: “el diario en su conjunto no es auténtico y aquello que ha hecho emocionar al mundo, no proviene enteramente de la mano de Anna Frank. En la edición, el diario ha sido transformado por numerosas manipulaciones…”
La investigación oficial llevada a cabo por la Dra. Hübner deduce que el diario publicado está compuesto de 177 capítulos (cartas), que proceden de cuatro diferentes fuentes: cuatro del diario original, cinco de un libro de relatos, 69 de dos diarios, que la Dra. Hübner define como primera elaboración del Diario y 99 procedentes de hojas sueltas, que la investigadora define como segunda elaboración del Diario.
La prueba definitiva de la falsedad del diario que contribuyó a crear el holocausto en el imaginario colectivo, es el pleito en el que se enzarzaron el escritor judío norteamericano Meyer Levin y el padre de Ana Frank, Otto, por los “derechos de autor de la obra, El diario de Ana Frank”. El juicio transcurrió entre 1956 y 1958 ante el County Court House de la ciudad de Nueva York, obteniendo el demandante Meyer Levin un fallo a su favor que condenaba a Otto Frank a abonarle una indemnización de 50.000 dólares de la época por “fraude, violación de contrato y uso ilícito de ideas”. El pleito, que se arregló privadamente después de la sentencia por obvio mutuo interés, versaba sobre la dramatización escenográfica y venta del diario. El juez era el también judío Samuel L. Coleman, quien dictaminó en la sentencia que Otto Frank debía pagar a Meyer Levin “por su trabajo en el diario de Anne Frank”.
Entre la numerosa correspondencia privada de Otto Frank y de Meyer Levin que fue aportada al juicio como prueba de las partes, surge la grave presunción juris tantum de que el diario “es substancialmente una falsificación”, y que el autor material de esa falsificación fue el igualmente judío Meyer Levin. Levin, en legítima defensa de sus derechos de autor, además de demandar al Sr. Frank por cuatro millones de dólares por su labor de parafrasear el manuscrito “para el fin que tenía que cumplir…”, pleiteó igualmente contra el productor de cine Kiermit Bloombarden, pues en la película –del mismo título que la obra– aparecen también escenas escritas por él, no estaban contenidas en el diario original.
Pero no acaba aquí todo, la prueba definitiva de la falsedad del diario de Anna Frank es que en él había tinta de bolígrafo como lo determinaron unos expertos que acudieron expresamente a Suiza para comprobar el manuscrito original. Según estos, parte de los diarios habían sido escritos con bolígrafo –inventado en 1949 y cuya aparición en el mercado data como temprano de 1951– algo imposible al haber fallecido Anne Frank de tifus en 1945. Dos ciudadanos alemanes, Edgar Geiss y Ernst Roemer, pusieron públicamente en duda, una vez más, la autenticidad del famoso diario. Ante ello, el Tribunal del Distrito de Hamburgo encargó a la Oficina Federal Criminal Alemana (BKA) un examen de los textos para determinar científicamente si la escritura de éstos se había llevado a cabo durante los años 1941 a 1944, basándose en los análisis del papel y la escritura del manuscrito original. Este análisis químico y técnico fue llevado a cabo en abril de 1981, bajo la dirección del Doctor Werner. El español Pedro Varela pasó cinco años en la cárcel por defender todas las evidencias expuestas.

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