ECONOMíA. Escrito por Juan Carlos Barba
Durante varias generaciones en el imaginario de los ciudadanos de los EEUU pesó como una losa el trauma colectivo que supuso la Gran Depresión: un tiempo de pobreza y penurias que marcó el fin de una época en la política económica no sólo de los EEUU sino de todo el mundo. Durante aquel período el PIB de los EEUU, país donde casi con más gravedad golpeó la crisis, declinó aproximadamente una tercera parte, el paro llegó al 25% y el consumo y la inversión se desplomaron.
Existe un cierto consenso entre los estamentos oficiales y la mayoría de los economistas en que en modo alguno puede compararse ese período de empobrecimiento con el que estamos viviendo ahora; pero, ¿es eso cierto? ¿Qué está ocurriendo realmente en España con aquellos parámetros que reflejan el nivel de vida de los ciudadanos? Es decir, fundamentalmente el consumo.
En primer lugar veamos lo que ha pasado con el comercio en los últimos cinco años. En el gráfico podemos apreciar cómo éste ha decaído nada menos que un 27,1%, siendo lo más preocupante que la caída en estos momentos es más grave que durante la media del período.
Podemos ver a continuación la evolución de un índice más amplio, el de los servicios de mercado, que incluye también el comercio. Como vemos el descenso es aún mayor, llegando al 33,2%. En este caso el descenso que se aprecia en los últimos meses está dentro de la media de los últimos cinco años. Las ventas interiores de las grandes empresas, que suponen más de la mitad de la actividad económica del país, han tenido una evolución aún peor, en concreto bajan un 36,2% desde 2007. Hay que destacar que en este caso no se trata de encuestas, sino de datos totales compilados por la Agencia Tributaria. La situación en el último año se ha agravado sobremanera, y especialmente desde la subida del IVA.
Existen también agregados que miden el consumo dentro del país. El primero de ellos son las disponibilidades interiores de bienes de consumo no duradero (menos de tres años de vida útil), que se hunden un 32,2% desde 2007.
En cuanto al consumo de bienes duraderos, la situación es mucho peor, habiendo bajado un 71,9% desde 2007.
Por fortuna disponemos de datos equivalentes sobre lo que ocurrió en la Gran Depresión en los EEUU. Desde 1929 a 1933 (punto más bajo de la depresión), el consumo de bienes no duraderos cayó un 29%, es decir, 3 puntos menos que en España en el período 2007-2012. En cuanto al consumo de bienes duraderos, éste descendió un 55%, nada menos que 17 puntos menos que los vistos en España actualmente.
Escuchando lo que dicen los políticos y ciertos datos económicos que son los más aireados (especialmente el PIB, que baja sólo 5 puntos desde el inicio de la crisis) podría pensarse que lo que está ocurriendo en España es una recesión sin más, y perfectamente asimilable a la de otros países. Nada más lejos de la realidad. En Francia, por ejemplo, la actividad de los servicios se halla en estos momentos sólo un 2% por debajo de la de 2007, mientras que el índice de comercio minorista está un 8,6% por encima.
Los datos de la coyuntura económica española nos están dando una bien distinta, una imagen de gravísimo declive en los estándares de vida como probablemente no se ha visto en ningún país avanzado en los últimos 100 años, en período de paz. Una imagen que coincide plenamente con la percepción de la gente que vive y lucha a pie de calle y no vive en la torre de marfil de unos despachos situados en Moncloa, en los ministerios, ayuntamientos o consejerías.
Por ello es tan poco comprensible la insistencia de Europa en castigar todavía más a los ciudadanos españoles en lo que a estas alturas parece más un auténtico ejercicio de sadismo que algo dirigido por la racionalidad. Y aún menos se entiende la sumisión de un Gobierno que en lugar de defender a sus ciudadanos parece preocuparse sólo de su propio bienestar.
Desde Financialred recomendamos como lectura relacionada: La pobreza será una de la principales preocupaciones de los españoles en 2013
Imagen: http://www.flickr.com/photos/89225326@N07/
Durante varias generaciones en el imaginario de los ciudadanos de los EEUU pesó como una losa el trauma colectivo que supuso la Gran Depresión: un tiempo de pobreza y penurias que marcó el fin de una época en la política económica no sólo de los EEUU sino de todo el mundo. Durante aquel período el PIB de los EEUU, país donde casi con más gravedad golpeó la crisis, declinó aproximadamente una tercera parte, el paro llegó al 25% y el consumo y la inversión se desplomaron.
Existe un cierto consenso entre los estamentos oficiales y la mayoría de los economistas en que en modo alguno puede compararse ese período de empobrecimiento con el que estamos viviendo ahora; pero, ¿es eso cierto? ¿Qué está ocurriendo realmente en España con aquellos parámetros que reflejan el nivel de vida de los ciudadanos? Es decir, fundamentalmente el consumo.
En primer lugar veamos lo que ha pasado con el comercio en los últimos cinco años. En el gráfico podemos apreciar cómo éste ha decaído nada menos que un 27,1%, siendo lo más preocupante que la caída en estos momentos es más grave que durante la media del período.
Podemos ver a continuación la evolución de un índice más amplio, el de los servicios de mercado, que incluye también el comercio. Como vemos el descenso es aún mayor, llegando al 33,2%. En este caso el descenso que se aprecia en los últimos meses está dentro de la media de los últimos cinco años. Las ventas interiores de las grandes empresas, que suponen más de la mitad de la actividad económica del país, han tenido una evolución aún peor, en concreto bajan un 36,2% desde 2007. Hay que destacar que en este caso no se trata de encuestas, sino de datos totales compilados por la Agencia Tributaria. La situación en el último año se ha agravado sobremanera, y especialmente desde la subida del IVA.
Existen también agregados que miden el consumo dentro del país. El primero de ellos son las disponibilidades interiores de bienes de consumo no duradero (menos de tres años de vida útil), que se hunden un 32,2% desde 2007.
En cuanto al consumo de bienes duraderos, la situación es mucho peor, habiendo bajado un 71,9% desde 2007.
Por fortuna disponemos de datos equivalentes sobre lo que ocurrió en la Gran Depresión en los EEUU. Desde 1929 a 1933 (punto más bajo de la depresión), el consumo de bienes no duraderos cayó un 29%, es decir, 3 puntos menos que en España en el período 2007-2012. En cuanto al consumo de bienes duraderos, éste descendió un 55%, nada menos que 17 puntos menos que los vistos en España actualmente.
Escuchando lo que dicen los políticos y ciertos datos económicos que son los más aireados (especialmente el PIB, que baja sólo 5 puntos desde el inicio de la crisis) podría pensarse que lo que está ocurriendo en España es una recesión sin más, y perfectamente asimilable a la de otros países. Nada más lejos de la realidad. En Francia, por ejemplo, la actividad de los servicios se halla en estos momentos sólo un 2% por debajo de la de 2007, mientras que el índice de comercio minorista está un 8,6% por encima.
Los datos de la coyuntura económica española nos están dando una bien distinta, una imagen de gravísimo declive en los estándares de vida como probablemente no se ha visto en ningún país avanzado en los últimos 100 años, en período de paz. Una imagen que coincide plenamente con la percepción de la gente que vive y lucha a pie de calle y no vive en la torre de marfil de unos despachos situados en Moncloa, en los ministerios, ayuntamientos o consejerías.
Por ello es tan poco comprensible la insistencia de Europa en castigar todavía más a los ciudadanos españoles en lo que a estas alturas parece más un auténtico ejercicio de sadismo que algo dirigido por la racionalidad. Y aún menos se entiende la sumisión de un Gobierno que en lugar de defender a sus ciudadanos parece preocuparse sólo de su propio bienestar.
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Imagen: http://www.flickr.com/photos/89225326@N07/
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