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jueves, 16 de agosto de 2012

Estopa se pone reivindicativo y consigue expulsar al PP de su concierto


Dicen que la juventud tiene arreglo y es que se cura con la edad. Pero hay actitudes de esa etapa de la vida que nunca deberían perderse: como la ironía reivindicativa de un artista en el escenario. Los supremos hermanos Muñoz, 'Estopa', consiguieron convencer en Marbella en el cierre del Festival Starlite. Rumba fresquita y swing mezclado con un alegato a la dura situación que vive el país: El dúo de Cornellá criticó con su mítica Partiendo la pana los recortes que está aplicando el Gobierno central en la sociedad.

"No queremos recortes en sanidad, no queremos recortes en educación, no queremos que nos recorten la vida”. Y ya con un ¡Viva Zapata!, provocaron el alboroto del público, que les alababa mientras los políticos del PP que estaban en el palco de honor, sin apenas hacer ni un vaivén, desaparecieron de sus asientos para no dejarse ver más. En su actuación no faltó tampoco una canción para el movimiento 15M que se originó en la capital madrileña, un ejemplo de "civismo y ciudadanía, sin violencia ni estupideces" sentenció el mayor de los hermanos, mientras su público, con el puño cerrado, coreaba la canción.

Por los currantes

Si los Estopa mostraron su lado más reivindicativo, su público no fue menos. Los seguidores del grupo se quejaron a través de las redes sociales del elevado precio de las entradas de este concierto, ya que las más baratas costaban 40 euros, por lo que la organización decidió, de acuerdo con los artistas, bajar el precio un 30%. Una vez solucionado el percance, éxito total en un concierto desenfadado de más de dos horas y media donde sonaron temas al más puro estilo Estopa, siempre dibujando sus peculiares rumbas callejeras, así como canciones más renovadas, donde la banda mezcla su estilo con el rock, jazz y funky.

Las pegadizas letras del dúo eran mascadas con suma facilidad por el asistente que copó el recinto a golpe de palmas y zapateos. Mañanitas fue el tema perfecto para arrancar. Una canción roquera de su nuevo disco, a la que siguió Vino tinto, y Me quedaré, canción que ha dedicado a los empleados que trabajaron en décadas pasadas en la cantera de Nagüeles "para hacer las casitas del señor Banús", lugar de donde se extrajeron las piedras para construir el recinto portuario de Puerto Banús en Marbella.

Run run

Los seguidores de la formación pudieron cantar al unísono con sus ídolos éxitos populares como El del medio de Los Chichos o Run run, y hasta hacer un viaje en el tiempo virtual para corear Jardín del olvido. Luego llegó la parte acústica de la velada con Mi primera cana, Demonios o La bombillita, canción de sonidos jazzísticos dedicada al hijo de David, que estuvo con el público durante toda la actuación. "Más pop" decía David irónico para interpretar La raja de tu falda, momento en el que la excitación de los asistentes crecía por segundos.

La recta final llegó con Me falta el aliento, y Cacho a Cacho y ellos, con una reverencia a su público, abandonaron la escena para dar paso a los turnos de bises con La locura o Poquito a poco, sentenciando la nota final Como Camarón como broche de color.

Marbella sólo ha sido una parada en largo tren de noche que lleva a este dúo por el mundo. Cuando acaben la gira española, los hermanos harán las maletas y se marcharán a Sudamérica. Ya tienen conciertos cerrados en Argentina, Uruguay, Perú y Chile. Después, conjugan el verbo vacacionar: Ellos dicen que no necesitan irse al Caribe ni a ningún destino lejos para sentirse de vacaciones. Lo único que necesitan es "desconectar mentalmente". Y para ello "una hamaca, una caja de 'quintos', y un ventilador". El resto ya lo pone el universo.




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