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miércoles, 22 de junio de 2011

Una corte rabínica de Jerusalén ha condenado a muerte a un perro del que se sospecha es la reencarnación de un abogado secular que insultó a sus miembros hace 20 años

. El perro entró a la Oficina de Asuntos Monetarios del barrio judío ultraortodoxo de Mea Shearim perturbando la tranquilidad de los empleados. Y por alguna razón que ha sido considerarada como prueba de su transmigración, el perro no quiso  salir de las instalaciones.
Uno de los jueces recordó entonces una maldición que había proferido la corte a un abogado que había insultado a los jueces: la retribución preferida fue que el abogado reencarnara como un perro.

Aún ofendido, uno de los jueces sentenció al animal a morir apedreado por los niños locales (acción que para las costumbres occidentales suena atroz). Por suerte, este canino (o abogado transmigrado) logró escapar antes de ser ultimado por las piedras.

Según el diario Yediot Aharonot, un grupo defensor de los derechos animales se quejó ante la corte, la cual respondió a través del rabino Avraham Dov Levin que los jueces no habían pedido la lapidación del perro. Sin embargo, según la misma fuente periodística, uno de los administradores de la corte confirmó que esa fue la sentencia dictada.

Algunas escuelas de pensamiento en el judaísmo creen en la reencarnación de las almas.

Según cuenta Xenofanes, el filósofo Pitágoras, quien introdujo en Occidente la noción de la transmigración de las almas, en una ocasión reconoció en un perro que estaba siendo maltratado a un viejo amigo que había muerto años antes.
fuente: señales de los tiempos

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