Páginas

viernes, 21 de marzo de 2008

China: de un socialismo a un capitalismo muy "sui géneris"


Ahora, que en Cuba se habla de modificaciones estructurales, por parte de Raúl Castro, así como de cambio del modelo actual, conceptuado como obsoleto, por muchos dentro del pueblo, este artículo sirve para la continuidad y profundización de un debate que ha comenzado a dar inicio, mediante diversos comentarios a artículos, en Kaos/Cuba.
Pedro Echeverría V. (de México) (Para Kaos en la Red) [20.03.2008 18:37]
- 251 lect
1. China perteneció al llamado “bloque de países socialistas” desde que en 1949 triunfó su Revolución encabezada por Mao Tsetung (hoy Mao Zedong) hasta que este gran líder y teórico falleció en 1976. Después surgieron luchas internas al interior del partido y del Estado que eliminaron a las corrientes izquierdistas que encabezaron en 1966 la Revolución Cultural, entre las que estaba la misma esposa de Mao. La derrota de la llamada “Banda de los cuatro” (que buscaba la continuidad del maoísmo) dio paso a la corriente derechista (dentro del mismo Partido Comunista) encabezada por Deng Xiaoping para obtener el control total del poder. Si bien China no era realmente socialista porque (como los demás países del bloque) aún persistía el trabajo asalariado y la plusvalía, a partir de finales de los setenta se impuso un nuevo modelo económico idéntico al modelo capitalista aunque políticamente se diga que es diferente.

2. La Revolución Cultural fue muy importante en la historia de la dirigencia China. Sus repercusiones llegaron a los jóvenes que dos años después gritarían en las calles sus consignas contra la cultura burguesa. Fue una batalla “contra los representantes del revisionismo soviético y el imperialismo yanqui representados por Liu ShaoChi y Deng Xiaoping”. En ese año los jóvenes radicales, dirigidos por Lin Piao, llevaban en las manos el “libro rojo” que contenía los pensamientos del presidente Mao en forma de citas. La realidad es que fue un año de grandes movilizaciones que buscaban que el pueblo chino radicalizara sus posiciones políticas apoyando al pueblo de Vietnam en su lucha contra el imperialismo yanqui invasor y repudiara las posiciones derechistas que se estaban fortaleciendo al interior del partido comunista. Muchos intelectuales, entre ellos Sastre, y millones de jóvenes se hicieron maoístas por la Revolución Cultural.




3. Los tiempos de Mao fueron realmente heroicos porque se tuvo que enfrentar una gran guerra contra Japón, se hizo una revolución desde el profundo campo chino, se defendió ante las amenazas y agresiones yanquis, se sorteó una gran polémica ideológica con la Unión Soviética y se logró que la o­nU en 1973, al fin, la reconozca como parte de la organización. Durante más de 30 años mantuvo Mao la convicción y la enorme voluntad por hacer de China un país socialista igualitario; no puede ponerse en duda la honestidad de sus luchas por lograr ese objetivo, sin embargo (como sucedió en Rusia, Yugoslavia, Checoslovaquia, en todo el bloque, el socialismo sólo fue un buen deseo que nunca se logró. Fueron sociedades mucho menos injustas que las llamadas sociedades libres y democráticas en cuanto a la distribución de la riqueza, pero estuvieron muy lejos del gobierno autogestivo, de la superación del salariado y la explotación.

4. A pesar de que en los discursos se siga hablando de socialismo y de la continuidad del pensamiento colectivista y comunitario de Mao Tsetung, en la práctica China se ha metido a la competencia mundial en la producción y la exportación capitalista de mercancías. Lo que el mundo observa, porque es lo que más se difunde, es que China ha estado desplazando a casi todos los países en el comercio internacional, en el crecimiento económico anual (más del 10 por ciento) y, en el campo financiero, ese país oriental de más de 1300 millones de habitantes, ha empezado a desplazar a países como Japón, Alemania y EEUU. La pregunta entonces podría ser: ¿Le resultó a China mejor la vía capitalista que el llamado socialismo que “construía” hasta 1976? Ese es el punto que hay que evaluar. Hoy en China han surgido miles de multimillonarios nacionales y extranjeros, pero a su lado hay una gran masa de población pobre y miserable.

5. Desde hace cinco años, la economía del poderoso país asiático ha crecido por encima de casi todos los países del mundo. Se dice que han aumentado considerablemente los ingresos de la población china, tanto urbana como rural, así como el crecimiento del nivel de vida general. Sin embargo ese crecimiento “macro”, global, no ha beneficiado por igual a ricos y pobres ni en China ni en ningún país, aunque que se sigue hablando de democracia y socialismo. Por ejemplo su dirigente principal Hu Jintao ha declarado que se ha fortalecido el Partido Comunista Chino (73 millones de miembros) en su capacidad de gobernación del país y en su carácter de vanguardia. Apunta que “los problemas que aún subsisten en un país tan gigantesco y tan poblado como China también son objeto de atención, sobre todo en lo que se refiere a los recursos y el medio ambiente, y a los desequilibrios entre la ciudad y el campo, así como entre regiones”.

6. ¿Un país con prácticas capitalistas bajo la dirección de un partido comunista que se autoproclama marxista? Parece absurdo, pero me hace recordar una polémica central en 1917 entre bolcheviques y mencheviques al interior del Partido Socialdemócrata Ruso. Los primeros apostaban la transformación del capitalismo al socialismo mediante la dictadura del proletariado, por eso Lenin se apresuró a la toma del poder en (octubre o noviembre, según calendario) porque “sólo el bolchevismo podría hacer tal cambio”. Los mencheviques, con Mártov a la cabeza, se opusieron a la toma del poder porque pensaban que en Rusia (dada las condiciones de atraso) sólo se podría construir el capitalismo y si se forzaban las cosas vendría una burocracia y la degeneración del ideal socialista. Se le conoció a esta posición como la revolución por etapas, pero allí esta la experiencia. En la China de hoy no es igual, pero es un elemento de análisis importante.

7. En los últimos años se ha venido planteando que el socialismo no vendrá de las luchas radicalizadas en las calles y que el socialismo, “según todas las experiencias”, sólo puede construirse a partir de la instituciones y se dan ejemplos de lo que sucede en Venezuela, Bolivia, Ecuador, Nicaragua. Dice Emir Sader, analista brasileño, que “la dificultad con los movimientos sociales es que, en muchos casos, no logran construir opciones políticas”. Que allí está el caso de Argentina, con todo lo nuevo que significaron los piqueteros, las asambleas. “Frente a la elección la consigna predominante es “que se vayan todos”. No se fueron y se corrió el riesgo de que llegara Menem”. Apunta: No se puede movilizar a la gente todo el tiempo. Este planteamiento de Sader no descarta las poderosas movilizaciones; al contrario, éstas siguen determinando los cambios, pero no debe olvidarse el papel de las “legalidades”.

8. ¿Puede entonces China construir el socialismo usando la economía capitalista y sus métodos de explotación y competencia? Desde el marxismo clásico lo que los dirigentes chinos hacen es totalmente contrario, aunque lo hagan desde el partido comunista y en nombre de Marx. Es posible que China se convierta en la primera o segunda potencia económica mundial y llegue a dominar a muchos países. Incluso puede elevar el nivel de vida de la mayoría de su población. Sin embargo el socialismo por el que hemos luchado durante muchas décadas es otra cosa: “No es ni el crecimiento económico, ni el consumo máximo, ni el aumento de un tiempo libre (vacío) en cuanto tales; sino la restauración, o mejor dicho, la instauración por primera vez en la historia de la dominación del hombre y la mujer sobre sus actividades y, por tanto, de su principal actividad: el trabajo. Se refiere a la transformación de todos los aspectos de la vida y en particular a la vida diaria, la primera de los asuntos importantes” Castoriadis.

pedroe@cablered.net.mx


No hay comentarios:

Publicar un comentario