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martes, 14 de agosto de 2007

Payasos sin fronteras


'The New York Times' critica al PP por "excusar" a los militares "antes que defender la democracia"

El diario estadounidense The New York Times publica en su edición de hoy un editorial titulado ‘Trogloditas en el Ejército español’ en el que acusa al PP de estar más interesado en exculpar las palabras del general Mena y otros militares sobre elEstatuto catalán “que en defender el orden democrático” y advierte que este partido “nunca ha aceptado la legitimidad democrática” de las últimas elecciones generales.



El editorial del Times empieza por una severa llamada de atención contra la injerencia del estamento militar en la política española a raíz del discurso pronunciado el pasado día 6 por el general José Mena Aguado, apelando a la intervención del Ejército si la reforma de Estatuto de Cataluña sobrepasaba los "límites infranqueables" de la Constitución.

"Es un principio básico de la democracia que los oficiales del Ejército no desafíen públicamente la legitimidad de los gobiernos electos ni hablen de marchar con sus tropas sobre la capital para invertir decisiones del Parlamento”, dice el diario estadounidense.

“España es un país cuya historia del siglo XX obliga a tomar estas amenazas seriamente, incluso cuando parecen escasas las posibilidades del discurso insubordinado que llaman a la insubordinación”.

Tras aplaudir la destitución y arresto del general (“la respuesta del Gobierno de centro-izquierda del primer ministro José Luis Rodríguez Zapatero ha sido adecuadamente firme”), carga las tintas contra la actitud del PP.
“Lamentablemente, el Partido Popular, de centro-derecha, principal grupo de la oposición, parece más interesado en excusar a los militares que en defender el orden democrático”.

En este sentido, el Times recuerda que la Guerra Civil española “comenzó cuando militares derechistas se rebelaron contra un Gobierno electo de izquierdas entonces considerado ilegítimo y demasiado amable con los separatistas regionales”.

Y concluye con una petición para los dirigentes del partido: “El Partido Popular ha tenido mucho tiempo para recuperarse de su derrota electoral de hace dos años, días después de los atentados terroristas contra los trenes de cercanías en Madrid. Nunca ha aceptado la legitimidad democrática de esa votación. Es hora de que el Partido Popular avance. La democracia española necesita y merece un apoyo rotundo de ambos bandos”.


Versión inglesa

Army Troglodytes in Spain

It is a basic principle of democracy that army officers do not publicly challenge the legitimacy of elected governments or talk about marching their troops into the capital to overturn decisions of Parliament. Yet that is just what has happened twice this month in Spain, a country whose 20th-century history compels it to take such threats seriously, even when the chances of insubordinate words' leading to insubordinate actions seems quite unlikely.

The response of the center-left government of Prime Minister José Luis Rodríguez Zapatero has been appropriately firm, including the dismissal and arrest of one of the culprits, a senior army general. Regrettably, the center-right Popular Party, the main opposition group, seems more interested in making excuses for the officers than in defending the democratic order in which it has a vital stake.

Spain's swift and smooth passage to modern democracy after the death of Francisco Franco in 1975 makes it easy to forget the horrors of the civil war and the brutal dictatorship that preceded it. Those nightmares began when right-wing army officers rebelled against an elected left-wing government they considered to be illegitimate and too deferential to regional separatists.

Spanish society, Spanish politicians and, for the most part, Spanish military officers have come a long way from that era, moderating their views and deepening their commitment to democratic give-and-take. But the Popular Party has had a hard time getting over its electoral defeat nearly two years ago, days after the terrorist bombings of commuter trains in Madrid. It has never really accepted the democratic legitimacy of that vote. It is time for the Popular Party to move ahead. Spanish democracy needs and deserves vigorous bipartisan support

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